El embalse de Mazar y la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair se han convertido en los puntos claves en medio la crisis energética por la que atraviesa Ecuador que deriva en racionamientos de electricidad, que se registran desde el pasado 23 de septiembre y que actualmente son de hasta catorce horas.
En el país también hay otras hidroeléctricas además de Mazar y de Coca Codo Sinclair que destacan por sus características, pero en la actualidad todas atraviesan el mismo problema: no tienen agua suficiente para la generación de energía.
La matriz energética de Ecuador está compuesta por la generación hidráulica, de acuerdo con las autoridades, un 72 %, lo restante viene de otras fuentes, es decir, que en el país se depende en gran parte de las lluvias para que haya electricidad.
Para el expresidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos del Ecuador, Andrés Oquendo, se debe tener en cuenta cuánto de lo instalado en una hidroeléctrica normalmente está produciendo. La capacidad de Coca Codo Sinclair es de 1.500 megavatios (MW) y a la tarde del viernes pasado estaba por los 346 MW.
Oquendo explica que Coca Coda Sinclair desde su inicio fue pensada como hidroeléctrica de paso y como no tiene un embalse grande, lo que se usa es la fuerza del río Coca, que es muy caudaloso cuando no está en estiaje. Entonces lo que se hace es aprovechar todo este volumen de agua que esté en ese momento, por lo que en esta central no depende de la capacidad de embalse, sino de cuán caudaloso está el río Coca.
Mientras que el Complejo Hidroeléctrico Paute Integral, conformado por las centrales Mazar, Molino y Sopladora, es el de mayor generación, en conjunto suma más potencia instalada que Coca Codo Sinclair, además que cuenta con un gran embalse que es Mazar -su cota a las 06:00 de este sábado 26 de octubre estaba en 2.111,37 metros que la acercan al mínimo para que entre en riesgo- y por eso su importancia, ya que sirve como depósito para las otras represas que están aguas abajo, Amaluza y Sopladora.
Hace un mes, el entonces ministro de Energía y Minas, Antonio Goncalves, advertía que cuando la cota de Mazar “llegue a 2.110 metros perdemos el control, donde se pueden cerrar las dos turbinas y a partir de ese momento dependemos exclusivamente de lo que llueva”. Ese criterio había sido ratificado por la ministra encargada actual, Inés Manzano, al comentar que lo mínimo es 2.110 m.s.n.m., aunque el viernes pasado dijo que “no estamos en la cota mínima, la cota mínima es de 2.098. En abril se fue la primera unidad a la cota de 2.108 y después se perdió la segunda unidad en unas cotas menores. Lo que estamos haciendo en este momento es tratar de prevenir que Mazar pierda una unidad”. Esa central sigue parada.
En ese contexto, indica que el Complejo Paute es el de mayor cantidad en megavatios que genera. La central Mazar tiene una capacidad de generación de 170 MW; Molino, 1.100 MW; y Sopladora, 487 MW. En total 1.757 MW.
En conclusión, Oquendo explica que no es que importe mucho cuán grande sea la capacidad de generación, sino más bien cuánto puede generar todo el tiempo y en esa línea las que más pueden generar son aquellas que tienen un mayor embalse.
Además del Paute Integral y Coca Codo Sinclair, en el país también hay otras centrales, entre ellas:
- Minas San Francisco. Está entre las provincias de Azuay y El Oro. Potencia instalada de 270 MW.
- Agoyán (Tungurahua). Potencia instalada 156 MW.
- Pucará (Tungurahua). Potencia instalada 70 MW.
- San Francisco (Tungurahua). Potencia instalada de 230 MW.
- Delsitanisagua (Zamora Chinchipe). Potencia instalada de 180 MW.
- Baba (Los Ríos). Potencia instalada 42 MW.
- Marcel Laniado de Wind (Guayas). Potencia instalada de 213 MW.
- Manduriacu. Se encuentra entre Pichincha e Imbabura. Potencia instalada 65 MW.
Oquendo, quien también fue presidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos de Pichincha, indica que si bien se destacan a Paute y Coca Codo Sinclair, de estas pueden seguir las que están en Tungurahua o Minas San Francisco, aunque las hidroeléctricas tienen un denominador común, “en su conjunto casi todas están en una misma cuenca, la del oriente” y todas están en la misma situación, falta agua, inclusive cuando deja de funcionar Mazar tratan de usar más a Minas San Francisco, pero esta central se encuentra en el mismo problema, “esto es como cuando ponen las fichas dominó y empiezan a caerse la una y la otra”.
Y reitera que “no es tan importante el orden de la potencia instalada, sino la capacidad del embalse”, y eso se está reflejando ahora y lo que “nos hace pensar es que debemos buscar alguna manera de mejorar los embalses y lo cual es bastante complicado”.
Ahora si es que llueve, con la coyuntura de actual, explica que se debe esperar a que los embalses aumenten su nivel para generar energía, porque eso se demora. “Subir un metro es muy complicado, sobre todo cuando los embalses son bastante grandes, entonces ahí tenemos una complicación, mientras que en Coca Codo Sinclair empieza a llover puede generar los 1.500 MW que tiene de capacidad”.
Para el caso del Complejo Paute, que está en cadena, dice que se requieren de al menos unos 15 días de lluvia continua para que vuelva a generar los 1.757 MW.
En todo el tema de las hidroeléctricas, Oquendo explica que se debe considerar a Toachi Pilatón, que “lamentablemente se le dio muchas largas”, y es que esta central se encuentra en una cuenca diferente a la de las otras, está en la del Pacífico, es decir, que cuando en la cuenca del oriente hay sequía en el Pacífico “llueve mucho” y aquí es en donde entraría Toachi Pilatón si se encontrara en funcionamiento, la importancia que tendría en este momento. “Si Toachi Pilatón estaría produciendo energía eso sería muy importante, pero lamentablemente no se le dio la importancia que se debía”.
El 22 de octubre, el Gobierno anunció que concluyó la reparación del túnel de carga de la central hidroeléctrica Alluquirín, la más importante del complejo Toachi Pilatón. Proveerá al país de 204 MW. Está previsto que inicie la operación experimental en diciembre.
El proyecto hidroeléctrico Toachi-Pilatón está entre las provincias de Pichincha, Santo Domingo de los Tsáchilas y Cotopaxi, según la Corporación Eléctricia del Ecuador (Celec), aprovechará las aguas de los ríos Pilatón y Toachi, que están en la vertiente occidental de la Cordillera de los Andes, aportantes a la cuenca del Pacífico.
El proyecto comprende las centrales de generación Sarapullo, 49 MW; Alluriquín, 204 MW; y con minicentral de 1,4 MW, que da como resultado 254,4 MW de potencia instalada. (I)
Fuente: El Universo