El sector agrícola de El Oro se enfrenta a una situación alarmante debido a la decisión del Gobierno Nacional de extender los cortes de energía de 8 a 14 horas diarias a partir del 25 de octubre.
Para los más de 3.800 productores de banano y 1.200 cacao, esta medida implica un golpe directo a sus operaciones, dificultando los procesos productivos y retrasando los embarques de exportación, vitales para la economía de la provincia.
Mauricio Ortiz, presidente del pueblo montubio de El Oro, expresó su profunda preocupación sobre los efectos inmediatos de estos apagones prolongados. “Sin energía, nuestras máquinas están paralizadas y cada hora que pasa significa pérdidas económicas graves”, afirmó.
Ortiz explicó que los equipos utilizados en el procesamiento, como aspiradoras de sellado al vacío y sistemas de bombeo, dependen totalmente del suministro eléctrico.
El impacto de los cortes no solo afecta el funcionamiento de las maquinarias, sino que ha paralizado tareas fundamentales en las fincas, desde el lavado de banano hasta el manejo administrativo.
Paúl González, otro dirigente agrícola, subrayó que los cortes no solo afectan la producción sino también la liquidez. “Sin energía no hay señal, los pagos se atrasan y hasta las transferencias internacionales rebotan. Así no hay cómo mantener el flujo de dinero”, indicó. Resaltó que la falta de electricidad ha generado serios problemas en la cadena productiva.
También denunció que, sin un suministro eléctrico constante, las haciendas quedan vulnerables a la inseguridad. “Somos blanco fácil para los delincuentes”, advirtió González.
Por su parte Arturo Fajardo, productor bananero, indicó que la situación es insostenible en un momento en el que los productores deben cumplir con plazos estrictos para cumplir contratos de exportación.
A la crisis energética se suma la falta de agua generada por el estiaje, lo que ha causado estragos en la producción. Ortiz detalló que esta situación crítica ya representa pérdidas estimadas en $ 53 millones cada semana, afectando la estabilidad económica de miles de familias que dependen del sector agrícola.
El dirigente también cuestionó la inacción sobre el mantenimiento del gasoducto de Bajo Alto, que podría haber mitigado los efectos del estiaje. “Esos equipos hubieran sido clave en esta crisis, pero las instalaciones no recibieron el mantenimiento necesario para operar”, señaló Ortiz, lamentando la falta de previsión.
Por otro lado, la empresa YILPORT Holding, que opera en Puerto Bolívar, asegura que mantiene sus actividades de manera normal gracias a generadores de energía propios.
No obstante, Ortiz enfatizó que la mayoría de los pequeños y medianos agricultores carecen de estas opciones, dependiendo exclusivamente del sistema eléctrico nacional, que ha dejado de ser confiable.
La preocupación entre los productores es evidente y, ante el riesgo de un colapso económico, exigen al Gobierno una respuesta inmediata. “No podemos seguir esperando mientras nuestras fincas y nuestras economías se tambalean”, enfatizó Fajardo.
Los agricultores temen que, sin electricidad constante, los embarques hacia mercados internacionales se vean seriamente comprometidos. Ortiz advirtió que los retrasos en la exportación afectarían la reputación del sector en el extranjero, impactando a largo plazo los contratos de exportación.
“El tiempo es esencial en la producción agrícola; si no actuamos ahora, las consecuencias serán devastadoras para miles de familias”, finalizó Ortiz. (I)
Fuente: El Universo