El gobierno argentino reveló hoy la identidad de jefe operativo del grupo terrorista Hezbollah en América Latina. Se trata de Hussein Ahmad Karaki. Está acusado de operaciones de reclutamiento y planificación de numerosas acciones terroristas, entre las que se destacan los atentados de la AMIA y la Embajada de Israel en Buenos Aires. Concretamente, el informe de inteligencia destaca que se fue de Buenos Aires el día del atentado a la Embajada con un pasaporte colombiano.
El anuncio estuvo a cargo del ministerio de Seguridad de la Nación, comandado por Patricia Bullrich, y se hizo en coordinación con otros países de la región.
El Gobierno sostuvo que la revelación sobre Hussein Ahmad Karaki está a la altura del asesinato de Hassan Nasrallah, uno de los fundadores del Hezbollah, que murió hace un mes en un ataque aéreo del ejército israelí.
Nasrallah aparecía mencionado en un informe sobre el atentado que elaboraron el por entonces fiscal de la Unidad Fiscal AMIA, Alberto Natalio Nisman, y el fiscal general Marcelo Martínez Burgo sobre el atentado a la AMIA. En ese entonces, el terrorista era secretario general de la organización.
En abril de este año, la Cámara de Casación, máxima instancia penal de la justicia argentina, determinó que el ataque contra la embajada de Israel, en marzo de 1992, y la bomba que hizo explotar la sede de la AMIA, el 18 de julio de 1994, “respondieron a un designio político y estratégico” de la República Islámica de Irán y que ambos atentados fueron ejecutados por Hezbollah.
Esa sentencia incluyó una fuerte exhortación a los jueces a cargo de las causas judiciales conexas sobre los atentados para que se avance con mayor celeridad. Pero también a los poderes ejecutivo y legislativo para que definan a la brevedad políticas públicas en relación a la instauración del proceso en ausencia, la creación de agencias federales de investigación para delitos complejos como el terrorismo, la modernización y dotación de mayores recursos en el proceso de sistematización y conocimiento de la documentación de inteligencia que fue desclasificada y que, a casi treinta años de cometido el atentado, aún no ha concluido.
Para la Justicia argentina, los funcionarios iraníes considerados responsables de decidir, planificar y ejecutar el ataque a la AMIA fueron: Alí Akbar Hashemi Bahramaie Rafsanjani (a la época de los hechos presidente de la República Islámica de Irán), Alí Fallahijan (por entonces Ministro de Información iraní), Alí Akbar Velayati (en aquel tiempo Ministro de Relaciones Exteriores de la nación persa), Mohsen Rezai (por entonces a cargo del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria “Pasdaran”), Ahmad Vahidi (en aquella época a cargo de la fuerza de elite “Al Quds” perteneciente a la Guardia Revolucionaria), Mohsen Rabbani (al tiempo de los hechos Consejero Cultural de la Embajada iraní en Argentina), Ahmad Reza Asghari o Mohsen Randjbaran (en aquel entonces Tercer Secretario de la representación diplomática iraní en Argentina), y Hadi Soleimanpour (por entonces Embajador de la República Islámica de Irán en Buenos Aires).
También figura Imad Fayez Moughnieh, quien estaba a cargo del Servicio Exterior de la agrupación terrorista libanesa y acusado de dirigir el grupo que atacó la sede de la mutual judía en Buenos Aires. Según se pudo establecer, ya falleció al igual que el ex presidente Rafsanjani y por lo tanto se ordenó sus respectivos sobreseimientos.
A esa lista se sumaron en 2023 otros cuatro sospechosos, en base a información judicial trabajada con Brasil, pedida por el fiscal de la UFI AMIA Sebastián Basso y el juez Daniel Rafecas: se trata de Hussein Mounir Mouzannar, Farouk Abdul Hay Omairi, Alí Hussein Abdallah,
En junio, el juez Rafecas ordenó la captura internacional de esas cuatro personas y finalmente en agosto los declaró en rebeldía.
Según fuentes judiciales consultadas por Infobae, Omairi estaría en Brasil. En cambio, los tres restantes se habrían refugiado en el Líbano.
En el caso de , ya había sido declarado prófugo de la Argentina por la voladura de la Embajada de Israel en 1992. Según un informe del Mossad, revelado en 2022 por este medio, José El Reda se habría ocupado de la estadía del suicida en una “casa segura” y lo llevó a reconocer el estacionamiento donde estaba escondido el coche bomba. Juntos también habrían estudiado el recorrido hasta la puerta de la embajada.
El coche bomba, siempre según el informe de inteligencia, se habría preparado en una casa ubicada en la provincia de Buenos Aires, en un lugar no identificado. La persona encargada de alquilar esa vivienda habría sido Samuel El Reda, hermano de José. Lo hizo mediante un documento falso a nombre de un ciudadano brasileño identificado como Antonio Hadad.
“En múltiples publicaciones Al Reda fue descrito como un libanés que emigró a Colombia en 1987 y se ‘convirtió al Islam’. Esas publicaciones son falsas. El Reda y su hermano pertenecen a una familia chiíta religiosa de gran tamaño del Líbano, y Salman/Samuel proviene de una aldea chiíta ubicada en Bent Jbeil, al sur del Líbano. El mencionado nació en esa aldea el 5 de junio de 1963″, dice el informe del Mossad en la página 18.
Fuente: Infobae