El duelo medía nada menos a dos de las sorpresas de esta Champions League. Especialmente por parte del conjunto francés, que tenía que medir sus dos primeros triunfos ante el campeón de la pasada Bundesliga, quien partía como favorito pero se encontró con un rival que sabe hacer muy bien las cosas.
Xabi Alonso cumplió con lo esperado y, pese a las rotaciones, llevó a su equipo a tener la iniciativa. Sin Xhaka en la medular, ganó peso Aleix Garcia en la distribución, que intentó conectar al máximo con un Florian Wirtz tocado por la varita, algo que dejó claro en los primeros 45 minutos. No solo porque fuera el encargado de adelantar al Leverkusen, recibiendo entre líneas y definiendo sin nervios (24′), sino porque de sus botas nacieron las mejores jugadas del Bayer. Incluso en el plano personal, porque casi culmina una obra de arte tras dejar atrás hasta a tres rivales en un palmo de terreno, pero en esta ocasión Bizot acertó y la detuvo.
El Brest mostró muy poco en ataque. Pareció dar la razón a los que consideraban que lo cosechado hasta ahora era más fruto de la casualidad que del mérito pero Lees-Melou, casi de la nada, enganchó una volea que superó a Kovar para poner las tablas (39′) poco antes del descanso. Un tanto que le dio la vuelta totalmente a las sensaciones sobre el césped en la segunda mitad, en la que los franceses dieron un paso adelante y hasta por momentos dominaron, anulando las virtudes del Leverkusen.
Hasta tal punto que Alonso se vio obligado a realizar cambios para retomar el control, dando entrada a Xhaka, Frimpong y Adli, aunque este último duró poco porque tras una fuerte entrada de Coulibaly tuvo que ser sustituido. No tuvo tanto efecto como el deseado. Sí se equilibraron las cosas en un duelo en el que se cancelaron entre ambos, sin haber casi oportunidades de gol. Tah, de saque de esquina, dio el susto al Brest, que hizo lo propio en la recta final en una jugada de Balde al espacio que no supo aprovechar.
Reclamó por el camino dos penaltis el Leverkusen. El primero por una mano de Lees-Melou al ir al suelo, y ya casi en el descuento, en una caída de Hofmann tras ir abajo Coulibaly, que tomó mucho riesgo. Tardó en decidirse el VAR, varios minutos, y finalmente decidió que no había nada, con el cabreo de un Xabi Alonso que terminó muy cabreado con el colegiado del encuentro. (D)
MB