«Atravesamos un momento difícil», lamentó el presidente francés, Emmanuel Macron, durante su visita al Salón del Automóvil de París, que comenzó el lunes (14 de octubre). «El mercado europeo se contrae y la competencia de China es muy fuerte». Por eso, en tiempos como estos, es necesario protegerse para aplicar normas justas. «Si determinados fabricantes de China reciben subvenciones, es normal introducir aranceles para compensarlo. De lo contrario, no se está jugando con reglas justas. Y nosotros lo apoyamos», afirmó Macron.
A principios de octubre, la Comisión Europea decidió introducir aranceles adicionales a los coches eléctricos fabricados en China. Alemania votó en contra en el referéndum. Francia, Italia, Países Bajos y varios países de Europa Occidental se mostraron a favor.
Mientras Bruselas y Pekín siguen negociando un acuerdo amistoso conforme a las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), la espiral arancelaria continúa. En primer lugar, Pekín exige recargos sobre el brandy importado de la Unión Europea. Esta semana, se inician investigaciones sobre las subvenciones de la UE a los productos lácteos. Según los informes, el Ministerio de Comercio chino está investigando los precios de las grandes empresas lácteas Elvir (Francia), Sterilgarda Alimenti (Italia) y Friesland Campina (Países Bajos). ¿Una coincidencia?
DW