A pesar de contar con generadores eléctricos, la facturación en los negocios no ha logrado recuperarse en el último mes por los apagones. Con las pocas ventas logradas, según los comerciantes, se cubre el valor de los arriendos o de los servicios básicos y proveedores, pero no alcanza para costear los sueldos de empleados.
Como ‘una segunda pandemia’ califican al escenario que se observa en los locales: mesas y sillas vacías en horas pico de ventas y poco flujo de clientes, aún con promociones y descuentos para atraer a los usuarios.
El movimiento se redujo en los comercios desde que se iniciaron oficialmente los racionamientos el 23 de septiembre por el ‘peor estiaje de los últimos 61 años’. Ahora, con el anuncio de este 9 de octubre de cortes de hasta 10 horas, el panorama es incierto.
“Estamos con deudas hasta el cuello porque uno para septiembre y octubre se ‘stockea’ para la Navidad y ahora se nos sumó la compra de generadores, focos recargables y la gasolina para que funcionen los generadores. A mis empleados logré pagarles a tiempo en septiembre, pero en este mes aún no sé qué pasará”, indicó la dueña de un local de variedades de la calle Cacique Álvarez y Franco Dávila, centro de Guayaquil.
La propietaria del negocio tiene dos empleados que laboran con ella desde 2022, pues en los meses más críticos de la pandemia por el COVID-19 cerró momentáneamente el local y tuvo que finiquitar los contratos de cuatro personas. Desde esa fecha redujo el personal y no ha logrado incrementarlo.
Ahora, mencionó, se encuentra en una ‘encrucijada’ similar a la de 2020 y 2021 porque las ventas han caído en un 40 % desde que se iniciaron los cortes de energía en septiembre. Ante este escenario tiene en la mira, nuevamente, cerrar el local y volver a terminar contratos.
“Es algo que no se puede sostener y me da mucha pena con los empleados, pero uno no puede vivir apretada y con estrés de no saber cómo se le va a pagar a la gente”, dijo la comerciante.
La dueña de un restaurante ubicado sobre la calle Ayacucho trabaja junto a tres personas, un cajero y dos cocineros que también hacen de meseros. Hace una dos semanas tuvo que despedir a un trabajador porque el horario de cortes de energía que le tocaba a su sector mermó las ventas.
“Yo lo que más vendo es después de las 19:00 y mi corte era hasta las 20:00 y a veces no llegaba a esa hora. Es triste saber que los cortes de luz le han puesto y sellado la fecha de caducidad de los empleados y más adelante de los negocios porque uno no sabe si podrá aguantar”, dijo la mujer.
En su caso, aunque tiene generador, este le sirve solo para mantener encendido un mostrador, la caja registradora y los focos. Según la propietaria del negocio, los clientes no se quieren sentar en un lugar en el que no hay aire acondicionado.
Otro vendedor que tiene un local pequeño en la calle Vélez contó que ha hablado con sus tres empleados sobre la posibilidad de reducirles la jornada para aminorar gastos.
“Ellos no quieren perder el trabajo y yo tampoco quiero perderlos a ellos, pero no se puede, no hay para pagar completos los sueldos. Les dije que desde quincena cortemos la jornada y ellos aceptaron, igual ellos saben que si esto no camina, ya saben lo que viene luego”, relató.
Los comerciantes solicitan que existan alternativas para alivio financiero. Por ejemplo, facilidades de pago de créditos en banco o subsidio en el combustible que se usa para los generadores.
“Sabemos que no se va a cumplir que eliminen los cortes porque sabemos la situación, pero que se nos ayude a los comerciantes para subsistir y para que subsistan los empleos”, menciona el propietario de una boutique en la calle Ayacucho.
Fuente: El Universo
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