“Desde hace dos semanas bajé a la mitad los pedidos de helados, fue cuando empezaron los apagones de 12 horas, que se iban tres veces al día”. Así contó su estrategia para no perder dinero una tendera que tiene su negocio en la avenida Ernesto Albán, en el sur de Guayaquil.

Las tiendas u otros negocios que venden productos que necesitan refrigeración han debido acoplarse a los cortes de luz que se dan en Ecuador desde septiembre y que durante algunos días se extendieron hasta 12 horas. Ahora bajaron a un promedio de 4 horas en el sector residencial.

Sin embargo, pese a que la demanda de helados en su tienda no ha bajado, la mujer asegura que no puede arriesgarse a tener mucha oferta por los apagones, aunque hayan bajado, porque no sabe si mañana o pasado volverán a ser de 12 horas o más. “Si antes pedía una caja, que venían como 60, ahora pido media caja, y de los helados que tienen más salida. Por ejemplo, los que vienen recubiertos de chocolate duran más cuando no hay luz, son más duritos”, cuenta la comerciante, que también ha racionalizado los pedidos de productos que necesitan refrigeración como leches y yogur por temor a que se dañen.

En el negocio donde atiende Adriana Loy, también en el sur, optaron por la misma idea: bajar sus pedidos de helados. Es un establecimiento más grande y tiene un congelador por cada una de las tres marcas de helados que ofrecen. Sin embargo, a diferencia de algunas tiendas más pequeñas, en este local el consumo de helados sí ha bajado. “El consumo ha bajado también la mitad, la gente no se acerca a comprar cuando no hay luz”, dijo.

Los distribuidores de productos masivos también sienten el impacto de la baja de consumo y pedidos de la mercadería refrigerada. Según Segundo Velasco, que provee a varias tiendas de Guayaquil, los pedidos han bajado hasta el 60 % por los apagones, sobre todo de cervezas, yogur, bebidas, etc. “El consumidor final lo que quiere es que el producto esté helado. Si antes te pedían una caja ahora piden media caja, los que necesitan congelación completa ha bajado la mitad”.

Indicó que, asimismo, debido a los recortes de pedidos hay preocupación porque algunas fábricas exigen un stock mínimo para despachar.

Esto es confirmado por los gremios. Juan Pablo Grijalva, gerente general de la Asociación de Ganaderos de la Sierra y Oriente (AGSO), cuenta que en las tiendas de abarrotes los propietarios no quieren comprar productos perecibles porque se les van a dañar debido a los apagones. “Es toda una cadena. Realmente esto es serio y es grave”, lamentó.

Las empresas no se escapan al impacto de los apagones. Aldo Faidutti, fundador de la fábrica de helados Sorbetto, asegura que los cortes los han afectado porque al inicio se daban a la media mañana y luego a media tarde, por lo que era imposible producir. “Tuvimos que comprar un generador de emergencia, afectando al flujo de la empresa”, dijo el empresario, pero lamenta que no sirve de mucho producir si las ventas bajan, porque el principal negocio de la marca son las heladerías.

Comenta que en algunos de sus locales no pueden poner generadores por falta de espacio en el exterior, pues necesitan grandes generadores por las cantidad de congeladores que tienen y justo la luz se va en las horas pico de ventas. Además, Faidutti asegura que ha sufrido el daño de equipos por la fuerza con la que llega la energía tras los cortes.

Asimismo, al flujo de la empresa le afecta la compra de diésel para los generadores. “Estando en emergencia las gasolineras ponen trabas para vender pomas, en algunas dicen que solo venden máximo una. Las autoridades deben de liberar la venta de pomas hasta que pase la emergencia”. (I)