En su discurso de posesión, el pasado 2 de octubre, la nueva presidenta de la Asamblea Nacional, la correísta Viviana Veloz, dijo que el “odio no puede convertirse en una ideología en el Ecuador” y que la agenda legislativa y de fiscalización que se impulsará desde su gestión tendrá énfasis en temas de carácter social, “a fin de buscar solución a los graves problemas que atraviesa el país”, particularmente para superar los niveles de pobreza, violencia, falta de empleo, marginación en los ámbitos de salud, educación y otros.
Pero sus colegas de otras bancadas, como Construye y el Partido Social Cristiano (PSC), consideran que, a través de Veloz, la Revolución Ciudadana (RC) podría intentar concretar una agenda “de impunidad”, incluso con tintes electorales dada la proximidad de las elecciones generales de 2025.
Y en ese sentido, “seguramente vendrá con juicios políticos nuevos, posiblemente buscará repetir el de la fiscal general, Diana Salazar, por vendetta”, “posiblemente impulsará reformas al Código Orgánico Integral Penal (COIP) para reactivar la posibilidad del recurso de revisión para los prófugos o posiblemente pedirá crear comisiones de la verdad o similares”, indica Peñafiel.
Obviamente, presentará un proyecto de leyes para “justificar su campaña”. “Realmente espero lo más grave y complicado para estos próximos meses, lamentablemente”, dice.
Por otro lado, el socialcristiano Jorge Acaiturri señala que espera que la agenda de Veloz tenga “el único eje que es prioritario: trabajar por el bien del Ecuador”.
El legislador señala que, si bien el correísmo podría intentarlo, ellos no se van “a prestar para ninguna agenda de impunidad”. Recuerda que, por sí sola, esta bancada no tiene votos para nada ni en el pleno ni en Consejo de Administración Legislativa (CAL).
Para el politólogo Juan Rivadeneira, la Revolución Ciudadana tiene una disyuntiva en la conducción de la Asamblea Nacional: continuar con la agenda aprobada al inicio del periodo por Kronfle o plantear una nueva.
“Siendo los tiempos cortos, se podría prever una continuidad de los proyectos de ley que ya comenzaron su trámite. Aquí la clave será su priorización. Ahora, lo más probable es que una agenda legislativa tenga los ojos puestos en las elecciones. Esto quiere decir que los tres primeros meses de este nuevo momento podrían caracterizarse por el populismo legislativo y la batalla electoral. Proyectos de ley serían anunciados y presentados, pero no aprobados”, comenta.
Agrega que un buen componente de esa agenda será la fiscalización y, con ello, el presidente Daniel Noboa tendrá que cuidar la estabilidad de su gabinete.
“Luego de la elección vendrá un momento distinto, ya que, conociendo los resultados, que el comportamiento de los asambleístas, hasta mayo de 2025, será determinado por aquel resultado”, opina.
Rivadeneira no descarta que las negociaciones políticas de la Revolución Ciudadana en la Asamblea Nacional incluyan “alguna consideración con respecto a los líderes que tienen conflictos con la justicia”, pero opina que “el presidente Noboa conoce los efectos electorales que ello podría tener, de manera que será muy cuidadoso en el momento de emprender ese camino”.
El pasado 3 de octubre, Veloz tuvo una reunión con los jefes de todas las bancadas y con los presidentes y vicepresidentes de las comisiones legislativas para conocer el estado de los proyectos de leyes.
Tras la reunión se determinó que la agenda formulada por Henry Kronfle tiene un avance de cumplimiento del 33 %, porque, si bien se aprobaron 30 proyectos de ley, hubo vetos totales del Ejecutivo. Los legisladores se comprometieron a abrir espacios de diálogo con el Gobierno para evitar trabajar en vano.
Veloz informó que con los jefes de bloque se acordó impulsar el avance parlamentario de los temas prioritarios para los ecuatorianos: seguridad, justicia, generación de empleo y producción. (I)
Diario El Universo
