En medio de la creciente transformación digital, los expertos de la Asociación del Sistema Global para Comunicaciones Móviles (GSMA, por su siglas en inglés) y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet) recordaron la importancia de que los Estados garanticen la sostenibilidad del sector de telecomunicaciones (telco) en América Latina. En un contexto donde la conectividad y la digitalización son fundamentales para el desarrollo de la llamada “economía digital”, los especialistas advirtieron que el marco regulatorio, las políticas públicas y la inversión deben alinearse para asegurar que este sector continúe siendo la herramienta transversal para dicho avance.
Maryleana Méndez, secretaria general de Asiet, señaló que el sector telco juega un rol esencial en el desarrollo de la economía digital en la región y destacó que “la transformación digital representa una oportunidad para avanzar hacia la igualdad de oportunidades, procurar el acceso a los servicios básicos, mejorar la productividad y enfrentar desafíos de seguridad y medioambientales”.
Según el reporte del Centro de Estudios de Telecomunicaciones de América Latina (Cetla) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), titulado Brecha de conectividad y necesidades de inversión en América Latina y el Caribe (2023), la digitalización puede impactar directamente en el crecimiento económico. Un incremento del 1 % en el índice de digitalización de un país genera un crecimiento del 0,3 % en su producto interno bruto (PIB) anual.“Las redes de telecomunicaciones son la base de esta transformación y su despliegue depende de altos niveles de inversión por parte de los operadores”, añadió Méndez.
Para lograr este desarrollo es necesario un marco regulatorio que ofrezca predictibilidad jurídica y facilite la inversión, un punto en el que tanto GSMA como Asiet coinciden. Méndez resaltó que “un marco de predictibilidad jurídica contribuye a fortalecer la inversión en el sector de telecomunicaciones, lo que permite la expansión de la calidad y disponibilidad de los servicios”. Sin embargo, uno de los mayores retos regulatorios en América Latina es la falta de actualización de políticas públicas que impulsen la inversión y reduzcan los costos de acceso y renovación del espectro radioeléctrico. Las mejores prácticas internacionales sugieren que, para mejorar la conectividad, se debe priorizar la expansión de cobertura sobre la recaudación fiscal, lo que reduce las tasas por uso del espectro y proporciona certezas sobre la renovación de licencias.
Lucas Gallitto, director para América Latina de GSMA, destacó que el sector telco en la región enfrenta desafíos importantes en cuanto a la sostenibilidad. “El sector de telecomunicaciones es intensivo en capital, con una necesidad constante de inversión en infraestructura para mantener la calidad de los servicios ante el aumento del tráfico”, afirmó. Uno de los principales obstáculos es el acceso al espectro radioeléctrico, cuyos altos costos y disponibilidad limitada afectan la capacidad de los operadores para ampliar y fortalecer sus redes. Gallitto enfatizó que la GSMA colabora con Gobiernos regionales, como en el caso de Ecuador, donde buscan apoyar la renovación de concesiones para asegurar la continuidad y la mejora de los servicios. “Las políticas de espectro deben ser una herramienta para la innovación y la inclusión, no solo para la recaudación fiscal”, subrayó.
Además de los desafíos regulatorios, la alta carga impositiva sobre el sector telecomunicaciones representa otro obstáculo clave. Las tasas impositivas excesivas impactan tanto en la rentabilidad de las inversiones como en la asequibilidad de los servicios para los consumidores. Gallitto también manifestó que la regulación asimétrica entre los operadores de telecomunicaciones y las grandes plataformas tecnológicas globales, como Meta y Google, agravan esta situación y dificultan la competencia en igualdad de condiciones dentro del ecosistema digital.
Un nuevo estudio de la GSMA demuestra que, en 2024, el 70 % del tráfico móvil de descarga en América Latina es generado por 3 compañías: Meta, Alphabet (Google) y TikTok.
Lucas Gallitto, director para América Latina de GSMA.
El sector telco también será clave para impulsar áreas como las ciudades inteligentes (smart cities), la telemedicina y el internet de las cosas (IoT), según Méndez, de Asiet. “La conectividad es una condición indispensable para la implementación de soluciones como las smart cities y la telemedicina, que mejorarán la calidad de vida y la productividad en la región”, explicó. Sin embargo, advirtió que el desarrollo de estas tecnologías requiere de suficiente espectro radioeléctrico a precios asequibles y de la eliminación de barreras que frenan la innovación. “El nivel actual de los derechos por uso del espectro está impactando negativamente a la inversión, la expansión de la cobertura y el futuro desarrollo de tecnologías como 5G y la Industria 4.0″, añadió.
Por otro lado, en cuanto a la adopción de tecnologías emergentes como 5G e inteligencia artificial, tanto GSMA como Asiet coinciden en que los Gobiernos deben tomar medidas proactivas para asegurar que América Latina esté preparada para liderar en estas áreas clave. “Maximizar las posibilidades de desarrollo del sector TIC pasa por comprender las transformaciones tecnológicas y definir políticas públicas acorde a estos cambios”, destacó Méndez. La formación de capacidades digitales en la fuerza laboral y el fortalecimiento de la ciberseguridad también son factores cruciales para garantizar el éxito de la digitalización en la región.
Los expertos de GSMA y Asiet recalcaron que, para que América Latina pueda aprovechar las oportunidades que brinda la economía digital, los Gobiernos deben garantizar la sostenibilidad del sector telco, ofrecer un entorno regulatorio favorable y reducir las barreras que limitan la inversión. Solo así será posible que la región se integre plenamente en la transformación digital global y pueda desarrollar sectores estratégicos como las smart cities, el IoT y la telemedicina, lo que asegurará un futuro digital más inclusivo y próspero para todos.
WOM, en Chile, un caso a considerar para la región
La crisis financiera de WOM en Chile, que llevó a la empresa a recurrir a la reestructuración bajo la Ley de Quiebras de Estados Unidos, ha puesto sobre la mesa importantes temas sobre cómo las empresas de telecomunicaciones manejan sus finanzas y cómo los Estados deben monitorear sus operaciones para evitar que estas situaciones se repitan en el futuro. WOM se vio afectada, principalmente, por su alto endeudamiento y la volatilidad del tipo de cambio, más que por factores regulatorios o del mercado.
Según Claudio Araya, subsecretario de Telecomunicaciones de Chile, la situación de WOM no responde a una crisis estructural del mercado de telecomunicaciones en Chile, sino a decisiones internas de la compañía.WOM optó por una expansión agresiva en infraestructura, incluyendo redes 5G, y al enfrentar una subida en las tasas de interés y una depreciación del peso chileno, la empresa se volvió vulnerable debido a su apalancamiento financiero. “WOM entró en esta situación por acciones propias, más que por una situación específica regulatoria o del mercado, y como Estado estamos mirando muy de cerca a esta situación, procurando que no exista afectación a los usuarios”, mencionó Araya, quien destacó que, a pesar de la reestructuración, la empresa sigue operando normalmente bajo la supervisión de la Subtel (Subsecretaría de Telecomunicaciones).
Frente a esta situación, los Gobiernos de la región, especialmente en mercados emergentes como Ecuador y Perú, pueden extraer valiosas lecciones. Araya sugirió que es fundamental que los Estados implementen mecanismos de monitoreo temprano para identificar crisis financieras antes de que afecten los servicios de los que dependen millones de personas. “Deberíamos tener algún mecanismo de monitoreo que permita advertir a tiempo eventuales situaciones de crisis financiera, sobre todo pensando en que una profundización de la crisis podría poner en riesgo el servicio que reciben más de 6 millones de personas”, expuso.
Una de las propuestas para evitar futuras crisis similares es que los Estados obliguen a identificar al beneficiario final de los concursos de espectro radioeléctrico. De este modo, se garantiza que este recurso estratégico no caiga en manos de actores que no respondan a los intereses del Estado. Sin embargo, Araya aseguró que, en general, el mercado chileno de telecomunicaciones sigue siendo sólido, con una regulación clara y conocida por los concesionarios.
Para fomentar un crecimiento sostenible y evitar los obstáculos que enfrentó WOM, Araya resaltó que las empresas deben buscar generar valor agregado con las nuevas tecnologías. En lugar de depender únicamente de la expansión física, como la instalación de redes, deben explorar cómo estas tecnologías pueden aumentar la productividad y la eficiencia en diversas industrias. “La única forma que vemos es que se genere un mayor valor agregado con estas tecnologías, como, por ejemplo, aporte a la automatización y mayor eficiencia productiva en distintas industrias”, explicó el subsecretario.
Además, para proteger a proveedores y trabajadores en caso de crisis financieras en la industria, los Gobiernos deben priorizar la regulación laboral que garantice el pago de obligaciones laborales antes que cualquier otra deuda, como sucede en Chile. Asimismo, es clave regular el pago oportuno a proveedores, especialmente a pequeñas y medianas empresas, para mitigar el impacto social de estas reestructuraciones.
Aunque la crisis de WOM es una excepción en el mercado chileno, el caso pone de relieve la importancia de un monitoreo constante y un entorno regulatorio que fomente la competencia justa y la estabilidad financiera, específicamente en el sector de telecomunicaciones, que se ha vuelto indispensable para el funcionamiento de los países. La región puede aprender de esta experiencia para prevenir que situaciones similares se extiendan a otros mercados.
Fuente: El Universo.