Luis Gallegos Chiriboga: La dependencia

La dependencia es el antónimo de la autonomía, independencia o soberanía.

La actitud que tienen ciertas sociedades de verse, a sí mismas, incapaces de asumir sus responsabilidades, buscando que otros solucionen sus problemas, es una de las mayores taras del subdesarrollo. El subdesarrollo, les recuerdo, no es solo económico y social, sino fundamentalmente mental.

Las sociedades que asumen este comportamiento creen que las soluciones vendrán por la intervención de otros y no por decisiones propias.

Es un error garrafal el pensar que los otros vendrán a solucionar los problemas del Ecuador sin pedir nada a cambio.

Si el Ecuador no asume sus responsabilidades con entereza, no hay poder en el mundo que venga a “darle solucionando” los problemas, que son consecuencias de nuestros propios actos y decisiones.

Hay que decir basta a los corifeos del desastre e imponernos metas alcanzables con nuestras propias capacidades. Tenemos que llegar a acuerdos comunes entre colectivos que, teniendo intereses distintos, pueden conciliar diferencias en aras del bien común. No hay democracia sin acuerdos. Mal hacen los grupos antagónicos en llevarnos a las puertas del infierno por sus vanidosos intereses, porque del camino al holocausto colectivo quizás no haya regreso.

Un elemento adicional en este análisis es la convicción de que los otros son los culpables. La inculpación es una actitud de quienes no asumen la responsabilidad de sus actos. Es típico culpar a los padres, esposos, profesores o jefes, o a cualquier otro, por los actos, omisiones y equivocaciones que tiene uno solo, a fin de no asumir con entereza su propia responsabilidad.

Las naciones-Estado también recurren a estos argumentos y buscan que fuerzas externas vengan a solucionar los problemas internos, con una lamentable convicción de su incapacidad.

El Ecuador se encuentra en uno de estos momentos históricos en los cuales hay una desesperación y ausencia de confianza en el futuro.

No es que estos problemas no los hayamos enfrentado y superado antes, sino que es inexplicable cómo llegamos a este punto en donde las amenazas son de tal naturaleza que ponen en peligro a todos los miembros de la sociedad.

La inseguridad, la contracción de la economía, el desempleo, la falta de electricidad y todos los otros factores crean un ambiente de frustración, en el que muchos buscan una solución mesiánica a los problemas.

Es la responsabilidad de todos, es el aporte de cada uno de nosotros que llevará al país a encontrar las soluciones a los problemas creados por nuestra desidia, incapacidad, incompetencia, corrupción y falta de preparación.

Debemos asumir que somos responsables y capaces de solucionar los problemas nacionales por nuestros propios medios, si no seremos esclavos de lo que mandan otros, que imponen sus intereses en ausencia de nuestra capacidad de defender nuestros valores y destino. (O)

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