El sábado 21 de septiembre Guayaquil vivió un poco más de nueve horas de música. La cuarta edición del festival Wankabeats tuvo lugar en el Parque Samanes.
Inició con talento nacional. A las 16h00, Paola Navarrete salió al escenario como estaba pautado. La cantautora guayaquileña interpretó varios de sus temas de su álbum más reciente Aries.
Los fanáticos apenas se hacían presentes, pero el show continuó con el DJ chileno Bruno Borlone, quien escogió hits de distintas épocas tanto en español como en inglés, mientras los asistentes disfrutaban de las activaciones de marcas que ofrecían distintas actividades y productos.
El sol empezó a caer con la presentación de Juan Pablo Vega, el artista revelación de esta edición. El bogotano entonó distintas canciones de jazz, reggae y boleros.
La gente se empezaba a reunir y a las 20h00 Los Cafres, con un legendario reggae, captaron la atención del público rápidamente. Las pantallas con visuales de colores brillantes, las luces y la voz de Guillermo Bonetto pusieron en ambiente a quienes los escuchaban.
El siguiente turno fue el de Los Amigos Invisibles, quienes encendieron los ánimos del público con sus letras que son himnos para muchos. Participaron constantemente con sus fanáticos con bromas y animándonos a bailar. Grupos de amigos, parejas y hasta los que asistieron solos bailaron al son de Mentiras, La Vecina, Ponerte en Cuatro, hasta que finalmente cerraron con su famoso tema La que me gusta.
Y finalmente el artista que más se hizo esperar. El público que había sido en su mayoría de personas adultas, se transformó en rostros jóvenes que vestían la camiseta de la selección de Argentina o del equipo de fútbol Boca Juniors. El espacio que antes había para bailar se volvió inexistente. Estaba planificado que el show iniciaría a las 23h20, pero casi cuarenta minutos después, luego de muchos llamados de sus fanáticos, Trueno saltó al escenario.
El rapero argentino puso a corear sus canciones como Rain III, Real Gangsta Love y Tranky Funky que pertenecen a su más reciente álbum El Último Baile, homónimo de su gira. Sin embargo, también incluyó en su repertorio temas de toda su trayectoria.
No obstante, la adrenalina de sus fanáticos fue interrumpida por dos fallas técnicas del audio, que provocó el enojo del cantante que tuvo que suspender el show por unos minutos, pero manifestó que no se iría sin terminar el concierto. Y así fue. Mateo Palacios Corazzina, su nombre de pila, cerró con Dance Crip, pero dejó pendiente la interpretación de Mamichula, canción que los asistentes pidieron a gritos pero no fue concedida.
El festival ofreció una cartelera variada de géneros como el reggae, jazz, alternativo, rap, reggaetón y boleros. Con interludios del DJ Andrés Zevallos que mantuvo vivo el ambiente mientras los artistas estelares se preparaban para su salida.
Wankabeats se está convirtiendo en una tradición en la ciudad costeña que posee un fiel margen de asistentes y cada vez llama la atención de muchos más.
AR