El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) intensifica sus esfuerzos para brindar asistencia técnica y capacitación a los productores y ganaderos de la provincia del Azuay, quienes han visto afectados sus cultivos y la alimentación de sus animales, debido al déficit hídrico que afecta la región.
Estas acciones se enfocan en dotar a los productores de herramientas y conocimientos que les permitan tomar medidas concretas para mejorar la nutrición del ganado en tiempos de sequía, así como implementar acciones de conservación de suelo y agua para sus cultivos.
A través de 13 Comunidades de Aprendizaje de producción sustentable de la Agricultura Familiar Campesina, se han capacitado a cerca de 220 productores en conservación de suelos y uso eficiente del recurso hídrico a través de riego parcelario.
Alrededor de 400 productores han sido capacitados en la elaboración de sales minerales, balanceados y bloques nutricionales. Estas capacitaciones han permitido la producción de 8.000 kilogramos de suplementos que mejoran la dieta del ganado, ayudando a compensar la falta de forraje natural en las zonas más afectadas.
Mediante las Escuelas de Fortalecimiento Productivo Pecuario, 160 productores han recibido insumos necesarios para elaborar 1.200 kilogramos de sal mineral, un componente clave para garantizar una nutrición adecuada del ganado durante la sequía. Esta iniciativa busca que los mismos productores puedan elaborar y aplicar soluciones prácticas para enfrentar los desafíos actuales.
Como parte de las acciones del MAG, se entregarán 10 silotanques de 1.800 kilogramos para productores de las zonas de Nabón y Oña, permitiendo una mejor conservación y almacenamiento de forraje. Además, se ha solicitado la donación de 120 silopacks con 5.200 kilogramos de alimento para ser entregados a 60 productores, contribuyendo a que los pequeños ganaderos mantengan la calidad nutricional de sus animales.
Roxana Torres, directora Distrital del MAG en Azuay, resaltó que el trabajo se enfoca en dotar a los productores de la provincia de conocimientos y recursos que les permitan adoptar prácticas sostenibles frente a los efectos del cambio climático.
«Estas acciones no solo buscan proporcionar alivio temporal, sino también fortalecer las capacidades locales y asegurar que los productores puedan enfrentar futuros desafíos climáticos con mayor preparación y resiliencia», expuso Torres.