El anuncio de un apagón de ocho horas a nivel nacional, previsto para el próximo miércoles 18 de septiembre, ha generado preocupación y molestia en el sector de bares y restaurantes de Ecuador.
La situación se ha agravado tras la declaración de un toque de queda por parte del Gobierno, lo que obligará a estos establecimientos a cerrar sus puertas durante el horario nocturno, afectando a sus operaciones.
El Gobierno nacional informó el domingo, 15 de septiembre, que la suspensión del servicio eléctrico se realizará entre las 22:00 del miércoles y las 06:00 del jueves, con el objetivo de realizar trabajos de mantenimiento en el sistema de transmisión y redes de distribución eléctrica.
Esta interrupción de energía afectará a todo el país, y a esto se suma la medida anunciada por la ministra del Interior, Mónica Palencia, quien comunicó, este lunes, que se impondrá un toque de queda durante la noche del miércoles, aunque no se especificó el horario exacto de la restricción.
Diego Vivero, presidente del Gremio de Restaurantes del Ecuador, expresó su frustración y la de sus colegas frente a las medidas adoptadas por el Gobierno.
“Es patético que la misma administración de las empresas eléctricas hace meses atrás nos sugirió adquirir plantas eléctricas para estar listos para este tipo de acciones, y ahora nuevamente nos ponen en la disyuntiva de querer salir adelante y no permitirnos trabajar”, manifestó.
El representante gremial destacó que la medida perjudica al sector, especialmente en una jornada como la del miércoles, cuando muchos locales tenían preparadas promociones especiales en conjunto con tarjetas de crédito.
“Se ha invertido tiempo y recursos, y es una pena que el Gobierno nacional, como siempre, no mire con la importancia debida al sector turístico”, añadió.
Vivero subrayó que, a diferencia de otros sectores como el industrial o el comercial, los restaurantes y bares no pueden ajustar sus horarios, ya que dependen de la atención nocturna.
“Nosotros solo podemos trabajar en los horarios que se nos da, y el toque de queda incentiva más esta sensación de inseguridad que ya nos tiene contra la pared”, enfatizó.
María Cifuentes, dueña de un bar que suele operar hasta la madrugada, explicó cómo la inversión en una planta eléctrica realizada el año pasado no será suficiente para evitar las pérdidas provocadas por el toque de queda.
“Uno hace inversiones por estos apagones y tiene que pagar créditos, personal. ¿Cómo quieren que pague si me toca cerrar?”, se lamentó Cifuentes, quien también resaltó el impacto financiero que la medida tendrá sobre su negocio.
Al igual que ella, otros propietarios de restaurantes, bares y establecimientos de entretenimiento nocturno habían preparado generadores de energía para hacer frente al apagón y continuar con sus operaciones. Sin embargo, con la imposición del toque de queda los locales deberán cerrar antes del horario habitual, cancelando las actividades planeadas para esa noche.
Los centros comerciales, cines y demás locales que extienden su atención durante la noche también se verán obligados a cerrar, lo que provocará un impacto económico en múltiples sectores que dependen de las horas nocturnas para recibir a sus clientes.
El gremio de restaurantes ha sido enfático en señalar que la medida es desproporcionada y anticonstitucional. “No existe razón alguna para este toque de queda, y esperamos que la Corte Constitucional actúe contra un decreto que recorta las libertades de las personas para movilizarse”, afirmó Vivero.
El empresario subrayó que, si bien se comprende la necesidad de realizar trabajos de mantenimiento en la red eléctrica, imponer restricciones adicionales como el toque de queda afecta a un sector que ya ha tenido que lidiar con múltiples desafíos en los últimos años, desde la pandemia hasta el aumento de la inseguridad.
El Gobierno, por su parte, justifica la medida como una forma de “reducir los niveles de riesgo” durante el apagón, y ha indicado que tanto la Policía Nacional como las Fuerzas Armadas tomarán las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Fuente: El Universo
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