En Gaza, la campaña de vacunación está alcanzando su objetivo. “Probablemente hemos alcanzado el objetivo fijado”, afirmó el jueves 12 de septiembre el doctor Richard Peeperkorn, representante de la OMS en los territorios palestinos ocupados, durante una rueda de prensa.
Dos días antes, las agencias humanitarias de Naciones Unidas anunciaron el inicio de la tercera y última fase de la operación de emergencia destinada a inmunizar a un mínimo de 575.000 niños menores de diez años contra esta enfermedad infecciosa aguda.
Esta campaña a gran escala comenzó el 1 de septiembre en el enclave palestino –en el centro, el sur y luego el norte– tras el descubrimiento, dos semanas antes, de un caso de polio en un bebé de diez meses. El primer caso en 25 años en el enclave palestino.
Está prevista una segunda campaña de vacunación dentro de cuatro semanas, en la que los niños deberán recibir dos gotas adicionales de la vacuna nOPV2, administrada por vía oral, para ser inmunizados.
Más de 230 equipos humanitarios participaron en la distribución y administración de vacunas, según informó el Ministerio de Salud de Hamás, que gobierna Gaza, durante esta misión destinada a prevenir la propagación del poliovirus, que puede provocar fiebre, fatiga, vómitos y, en casos más graves, En algunos casos, daño a los nervios y parálisis.
Para permitir el despliegue de equipos y material, el Ejército israelí aceptó “pausas humanitarias” que en general dieron resultado, a pesar de algunos incidentes, incluidos controles excesivos y, en particular, la detención durante varias horas de un convoy de la ONU por parte de Israel.
Una cepa de vacuna modificada
La presencia del poliovirus en Gaza se detectó inicialmente en julio, durante las pruebas en aguas residuales realizadas por las autoridades del enclave y UNICEF, en las localidades de Khan Younis y Deir al-Balah. Se enviaron muestras al laboratorio nacional de polio de Jordania, que confirmó la presencia del poliovirus.
“Estas pruebas en aguas residuales permiten alertar antes de los primeros casos, porque ofrecen un reflejo de los virus presentes en el tracto digestivo”, subraya Anne-Claude Crémieux, epidemióloga y profesora de enfermedades infecciosas en el hospital Saint-Louis.
Luego, los estudios revelan que el poliovirus presente en Gaza es una variante, derivada de una cepa vacunal de tipo 2 (cVDPV2), detectada por última vez en Egipto en 2023.
“Una de las dos vacunas contra la polio utiliza cepas atenuadas. Ha sido muy efectiva y casi ha eliminado los casos de poliomielitis en niños. También tiene una desventaja: la cepa utilizada para la vacuna puede cambiar y recuperar su virulencia dentro de una población insuficientemente vacunada. Este es el caso aquí”, subraya el experto.
El Ministerio de Salud de Hamás anunció un primer caso el 16 de agosto. Ante la sospecha de que la parálisis fláccida aguda (PFA) era un síntoma común de la polio, el equipo médico envió una muestra de heces al mismo laboratorio, que confirmó la infección por poliovirus.
Muy contagiosa, la enfermedad afecta principalmente a niños menores de cinco años y se transmite por contacto con objetos, bebidas o alimentos contaminados con heces.
“Era urgente actuar porque el riesgo de propagación en Gaza era muy alto”, subraya Tes Ingram, portavoz de Unicef, que participa en la campaña de vacunación. “Desde el inicio de la guerra, hace 11 meses, la tasa de cobertura de vacunación contra la polio ha caído al 89%, mientras que en 2022 seguía siendo del 99%”, indica.
Una constante escasez de agua potable
A esto se suman las deplorables condiciones higiénicas del territorio, ligadas a la destrucción de viviendas, de instalaciones de saneamiento y abastecimiento de agua e incluso de numerosas infraestructuras sanitarias.
“Los residentes dependen del suministro de agua potable por camión, a veces tienen que esperar durante horas y no tienen suficiente agua para lavarse, beber y cocinar”, explica Tes Ingram. “Allí la higiene básica es imposible debido a la escasez y la inflación. Incluso el precio del jabón se ha disparado más de un 1.000%. En este contexto, la enfermedad podría haberse propagado muy rápidamente y provocar una crisis sanitaria regional, porque la polio no conoce fronteras.
“Muchos palestinos sobreviven ahora consumiendo apenas el 3% de sus necesidades diarias de agua”, advirtió en junio Médicos sin Fronteras, uno de los principales actores humanitarios y médicos en Gaza, advirtiendo de la rápida progresión de enfermedades como la diarrea y la hepatitis.
“El Ejército israelí está bloqueando las entregas de pastillas de cloro, que potabilizan el agua, alegando que pueden tener un ‘doble uso’ y utilizarse para fabricar armas químicas”, explica Amber Alayyan, responsable médica de MSF en Medio Oriente. “Esta clasificación es un problema que favorece el desarrollo de enfermedades en el enclave”, lamenta.
“La campaña de vacunación más peligrosa del mundo”
“En esta campaña de vacunación, el mayor desafío fue la entrega de vacunas, equipos médicos y garantizar la cadena de frío”, explica la portavoz de Unicef, Tes Ingram. “El acceso a las poblaciones también fue un problema importante porque casi todos los habitantes de Gaza han sido desplazados al menos una vez en casi un año de guerra”, subraya.
La operación se desarrolló en tres fases de tres a cuatro días cada una, intercaladas con días de “transición” para permitir el movimiento de equipos dentro del territorio. La misión comenzó en el centro, donde tienen su sede la mayoría de las organizaciones humanitarias, antes de desplazarse hacia el sur y luego hacia el norte, la zona más afectada por los bombardeos israelíes y de más difícil acceso.
Para permitir esta campaña, Israel acordó establecer pausas humanitarias de 6 a. m. a 3 p. m. “Este factor fue decisivo, la gente pudo reunirse en lugares específicos a pesar de las dificultades de transporte en las carreteras a menudo destruidas y de la escasez de gasolina”, dice Ingram. “Sin embargo, las condiciones estaban lejos de ser las ideales porque el Ejército israelí continuó sus bombardeos en Gaza. Esta campaña de vacunación es probablemente la más peligrosa del mundo en la actualidad”.
El miércoles, seis miembros de UNRWA (la agencia de la ONU para los refugiados palestinos) murieron en un ataque israelí contra una escuela que albergaba a desplazados en el campo de Nousseirat, situado en el centro de la Franja de Gaza. 18 personas en total murieron, según los socorristas, en este ataque dirigido, según Israel, a “terroristas” de Hamás.
Durante la noche del lunes al martes, otro ataque israelí contra un “centro de mando” de Hamás provocó la muerte de varias decenas de personas en la zona humanitaria de Al-Mawasi en Khan Younis, al sur del enclave.
Horas antes, el Ejército israelí bloqueó durante varias horas un camión de las Naciones Unidas que viajaba hacia el norte como parte de la campaña de vacunación. Al final se vio obligado a regresar a pesar de tener todas las autorizaciones necesarias, según Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU.
Segunda campaña de vacunación en cuatro semanas
A pesar de las numerosas dificultades encontradas, Tes Ingram se felicita del éxito de la campaña de vacunación. “Esta misión es una prueba de que se puede traer más ayuda y proteger a los civiles. El Ejército israelí debe ampliar este acceso a todas las áreas de asistencia humanitaria”.
Según OCHA, la oficina de asuntos humanitarios de la ONU, el volumen diario promedio de ayuda humanitaria que ingresa a Gaza cayó más del 50% entre abril y agosto.
“Desde la operación terrestre del Ejército israelí en Rafah hace cuatro meses, ha sido muy difícil traer ayuda humanitaria desde Egipto”, advierte Amber Alayya, pidiendo la creación de corredores humanitarios.
Mientras las negociaciones para el establecimiento de un verdadero alto el fuego se estancan, las organizaciones humanitarias esperan al menos poder volver a beneficiarse de las pausas humanitarias para la segunda campaña de vacunación que comenzará dentro de cuatro semanas.
“Estamos obviamente contentos con el éxito de esta campaña, pero no debemos perder de vista las razones que la hicieron necesaria: destrucción, promiscuidad y falta de agua potable. Estas son las causas que debemos abordar y no sólo las consecuencias” recuerda Amber Alayyan.
Para las organizaciones humanitarias, la reaparición de la polio en el enclave es solo la punta del iceberg. Les preocupa especialmente la rápida progresión de enfermedades de la piel en los niños, como erupciones cutáneas y sarna. Enfermedades “en gran medida infratratadas”, explica Tes Ingram, debido a la falta de recursos y de personal en los pocos hospitales que aún funcionan en Gaza, desbordados por el flujo casi continuo de heridos graves.
Fuente: France 24
