El toque de queda no fue impedimento para que dos delincuentes lleguen hasta la calle Roldós y García Moreno, en Babahoyo, e incendien un carro, hecho ocurrido a las 04:30 del miércoles anterior.
El dueño del vehículo indicó que desde hace cuatro meses era víctima de extorsión y por negarse a pagar 10.000 dólares a un grupo delictivo, estos enviaron a dos hombres para que incineraran su carro.
Los sujetos aprovecharon que el auto permanecía estacionado en la parte externa de su domicilio para lanzarle una bomba molotov.
Lo ocurrido, para algunos ciudadanos, es una muestra de que la aplicación del toque de queda es aprovechada por grupos criminales para trasladarse y ejecutar hechos delictivos pese a que la Policía y Fuerzas Armadas ejecutan operativos y controles.
Los Ríos, con sus trece cantones, es parte de las cuatro provincias de Ecuador donde rige toque de queda desde el 8 de agosto, debido a la incidencia delictiva.
En Azuay la medida se aplica solo en el cantón Camilo Ponce Enríquez; y en Guayas, en Durán, Balao y la parroquia Tenguel del cantón Guayaquil. En la provincia de Orellana se tomaron en cuenta La Joya de los Sachas, Puerto Francisco de Orellana y Loreto.
Los Ríos es la cuarta provincia más poblada del país y considerada por las cifras policiales una de las más violentas e inseguras.
Durante el 2023 se registraron 996 muertes violentas, sin embargo, para finales de este 2024 se estima que el número de víctimas a causa de la guerra entre grupos del crimen organizado (GDO) como Los Lobos, Los Choneros y otras células aliadas a estas dos bandas sobrepase los mil fallecidos, tomando en cuenta que hasta lo que va del año ya se contabilizan 536 crímenes.
La mayoría de los asesinatos se han registrado en Babahoyo, la capital provincial, donde existen retaliaciones marcadas entre grupos armados para dominar el territorio.
Milton López, analista político fluminense, cree que autoencerrarse o instalar rejas en los alrededores de las viviendas para tener un poco más de tranquilidad ya es cosa del pasado. Según él, a esta misma categoría llegan ahora las declaratorias de estado de excepción con toques de queda o prohibición de circulación ciudadana en determinados horarios.
“Ahora poco sirve autoencarcelarse o crear cárceles domiciliarias para la familia, porque los delitos extremos que hoy nos angustian no se cometen solo en horarios nocturnos o en las madrugadas, es más, son delitos diurnos, a plena luz del día y con calor solar”, sostiene López y añade que a la delincuencia no se la enfrenta en un campo de batalla.