Unas 300.000 personas de cinco provincias de Ecuador fueron beneficiadas por un proyecto de asistencia dirigido a refugiados y comunidades de acogida, respaldado por la cooperación coreana y ejecutado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).
El programa “Integración y Protección Sostenible para Refugiados y Comunidades de Acogida” se desarrolló desde 2021 en las provincias de Pichincha, Tungurahua, Carchi, Imbabura y Santo Domingo de los Tsáchilas.
Este proyecto, que finalizó el miércoles 21 de agosto, tuvo como objetivo mejorar las condiciones de vida y ofrecer “asistencia inmediata” junto con “un marco sostenible para la integración y protección de refugiados y comunidades de acogida” en Ecuador.
Durante la ceremonia de clausura, el vicecanciller ecuatoriano, Jaime Barberis, destacó que este proyecto es un ejemplo tangible de cómo la cooperación internacional puede cambiar vidas. Aunque aún hay desafíos por superar, los avances demuestran que la colaboración con un propósito común puede generar resultados duraderos.
Barberis explicó que el proyecto se centró en áreas como “protección legal y documentación” para los refugiados, “asistencia humanitaria, inclusión económica, compromiso y cohesión comunitaria, salud y bienestar”.
El programa fue financiado por la Agencia de Cooperación de Corea del Sur (Koika) con un aporte de 6 millones de dólares y abordó de manera integral los desafíos enfrentados por los refugiados y las comunidades de acogida en Ecuador.
Ecuador, según un informe de Acnur, cerró el año 2023 con más de 76.000 refugiados reconocidos, una de las cifras más altas de la región, con el 95 % provenientes de Colombia. Además, el país acoge al cuarto mayor número de refugiados y migrantes venezolanos en Latinoamérica, con más de 474.000 residentes, según el Grupo de Trabajo para Refugiados y Migrantes (GTRM).
