No es coincidencia que en barrios donde se registran matanzas y balaceras haya símbolos como murales o zapatos colgados de cables de luz. Estos últimos tienen tres significados que la gente conoce, pero prefiere guardar silencio.
¿Ha visto zapatos colgados en los cables de su barrio? Se ha preguntado qué significan o por qué terminaron ahí.
En Solanda, en el sur de Quito, los moradores temen pasar por los lugares donde esto se puede ver. “Es tenaz que los delincuentes tengan a la vista de todos sus códigos y la Policía no haga nada”, dice un morador que prefiere no identificarse por miedo a represalias.
Hay tres significados en los zapatos amarrados a cables
Para determinar el significado de los zapatos en cables de servicio de telefonía, internet o de energía es necesario observar a detalle. No es lo mismo que los cordones del calzado tengan nudos a que no lo tengan. También es necesario fijarse en los colores y la cantidad.
- Si los zapatos están unidos por sus cordones al colgar del cable, significa que en ese barrio se vende droga.
- Si los cordones cuelgan del cable, pero tienen más de un nudo significa que hay una banda que ha marcado su territorio.
- Si hay más de un par de zapatos quiere decir que las bandas locales fueron reclutadas por una más grande.
Andrés (nombre protegido), quien dice tener conocidos que controlan el microtráfico en el sur de Quito, señala que también es una forma de tributo. “Si el líder de una banda es asesinado se colocan sus ‘tillas’ (zapatillas) en el barrio donde está su gente. Pero, al contrario, si matan a alguien no ponen sus zapatos en los cables; ¿por qué van a querer tenerlos ahí?”.
Solanda está llena de códigos criminales
Durante un recorrido realizado por LA HORA fue fácil percatarse que en las principales calles de Solanda, parroquia ubicada en el sur de Quito, hay estos símbolos.
En la entrada del sector hay zapatos en cables que siguen un recorrido, como marcando un perímetro. Los cordones tienen nudos y los zapatos son principalmente blancos y negros.
De hecho, en el parque frente al colegio María Augusta Urrutia Fe y Alegría – Solanda hay al menos, una docena de pares de zapatos.
“Ahí se reúnen muchos jóvenes y cuando uno pasa siente clarito el olor a la droga”, dice una vendedora del mercado de Solanda, quien agrega que cada vez se ven menos niños en los parques.
“Si en el parque hay zapatos en los cables, ya sabemos que a las 18:00 ya es territorio de ellos”, menciona otra vendedora, quien agrega que estos símbolos se incrementaron desde hace dos años.
Ambas coinciden en que los miembros de las bandas delictivas “hasta tienen un silbido particular y cuando alguien oye eso sabe que debe alejarse”.
Para los moradores, los zapatos en cables son una muestra de que grupos de delincuencia marcan su territorio. “La Policía no hace nada, los ladrones, los que venden droga prácticamente dicen ‘aquí estoy’ y aún así no hay quien intervenga o baje esos zapatos de ahí”, dice otra moradora.
El temor por identificarse es reciente. Y es que hace menos de cinco días Solanda vivió la primera masacre de su historia. Tres jóvenes que tenían entre 21 y 23 años fueron asesinados en una de las calles más concurridas de la zona ‘La Jota’. Otros dos quedaron heridos y uno se salvó del impacto de más de 13 balas, cuando se escondió detrás de un contenedor de basura.
Sobre los murales alusivos a bandas, los moradores niegan haber visto algo donde diga ‘los Lobos’, banda que, según la Policía Nacional, controla el sur de la capital. Eso sí, advierten que hay pasajes donde ya no hay libre circulación y donde se ven grafitis con símbolos cuyo significado desconocen.
Solanda: Un barrio y una comunidad que se pierde por la violencia
Quienes han crecido en Solanda tienen un sentir de barrio diferente al de otros sectores de la ciudad.
José Luis Alarcón, de 43 años, creció en este barrio que, actualmente, tiene 79.499 habitantes.
“Siempre me sentí orgulloso del barrio en el que crecí, porque mis papás levantaron con mucho esfuerzo aquí su casa. Siempre hubo esta división de que el sur era donde te robaban y el norte de los aniñados. Pero jamás tuve miedo, como ahora, de caminar por Solanda”, recuerda el hombre que destaca el sentimiento de la comunidad de esta parroquia.
“Cada manzana es muy unida. Las vecinas van juntas a misa. En las Fiestas de Quito se organizan a jugar 40 o ponen cuota y alzan su tarima con artistas. Los bailes son en la calle”, destaca.
Sin embargo, dice que la gente ha optado por salir del barrio, por seguridad.
Al igual que en Quitumbe, los moradores dicen que los turnos con dos o máximo cuatro policías, para barrios tan grandes, son insuficientes.
La llegada de nuevas bandas a Quito y la sangrienta guerra por territorios
El 7 de agosto de 2024, en el reportaje ‘Quito: ¿Qué bandas criminales mandan y en qué sectores?’ LA HORA reveló que la llegada de más bandas narco criminales a Quito provocó una guerra por territorios, donde hay sicariatos y víctimas colaterales.
En Quito, los Choneros buscan quitarle el territorio ganado a los Lobos; y en Manta, los Lobos quieren las zonas de los Choneros.
En ambas zonas, las estrategias han sido enfrentamientos violentos y matanzas. (DLH)
Los registros policiales detallan que desde 2022 los Lobos reclutaron a miembros de pandillas y bandas locales. Lo hicieron para controlar el microtráfico de drogas, que antes se hacía entre los pasajes y callejones del popular barrio. Ahora, los delincuentes ya no tienen temor de mostrarse a plena luz del día y hostigar a los moradores asaltándolos y extorsionándolos.
Paola Suárez, jefa de la Policía del Distrito Eloy Alfaro, dice que este 2024 –en este distrito al que pertenece Solanda– se ha aprehendido a 354 personas, pero “la mayoría inmediatamente sale en libertad”.
Los principales delitos, dice Suárez, son: extorsión, microtráfico, robo, desmantelamiento de vehículos y robo de casas.
En lo que va de 2024, en Quito se registran 100 muertes violentas.
En sectores como El Calzado y Chimbacalle también se ve zapatos en cables de luz, pero en menor proporción que en Solanda.
Fuente: La Hora