Hemos llegado a la convicción de que los protectores solares son fundamentales cuando vamos a la playa. Lo son, sí, siempre que alguien quiera cometer el error de estar bajo el sol de agosto durante horas. Pero hay que saber que los protectores tampoco son maravillosos. Compuestos por lo general por oxibenzona, avobenzona, octisalato y octilmetoxicinamato, amén del óxido de zinc y dióxido de titanio, son químicos que actúan como barrera, pero contaminan.
Estar ocho horas bajo el astro rey en una playa no tiene sentido. Tomar algo de sol es bueno. Tomarlo en exceso, malo. Las soluciones naturales frente al sol son: la sombra, proteger la piel con ropa, llevar sombrero, evitar la exposición prolongada, utilizar protectores naturales como la rosa mosqueta, el aceite de germen de trigo, el de aguacate o el coco. Naturales y biodegradables. No contaminan. Pero ninguno está pensado para permanecer horas bajo el sol.
La Razón Digital 25