El presidente de Francia, Emmanuel Macron, apela a las fuerzas con “valores republicanos” a formar Gobierno.
Pido a todas las fuerzas políticas que se reconocen en las instituciones republicanas (…) Entablar un diálogo sincero y leal para construir una mayoría sólida
Así lo recalcó en una carta dirigida a los periódicos locales, este miércoles 10 de julio, con lo que rompió su silencio tras conocerse los resultados de las elecciones legislativas anticipadas que concluyeron el pasado 7 de julio sin otorgar la mayoría absoluta a ninguna de las coaliciones políticas.
“Pido a todas las fuerzas políticas que se reconocen en las instituciones republicanas, el Estado de derecho, el parlamentarismo, una orientación europea y la defensa de la independencia francesa, a entablar un diálogo sincero y leal para construir una mayoría sólida, necesariamente plural, para el país”, subrayó el líder del Elíseo.
El mandatario recalcó que solo bajo esos valores nombrará un primer ministro, pero pidió “un poco de tiempo” para concretar esa mayoría sólida a la que insta.
Aunque Macron no mencionó al ala más radical de la izquierda ni a la extrema derecha, su alusión a valores “republicanos” suele excluir a los extremos, por lo que instaría a la unión de las bancadas más moderadas de los espectros políticos.
“Pongamos nuestra esperanza en la capacidad de nuestros líderes políticos para demostrar sensatez, armonía y calma en beneficio de ustedes y del país (…) Es a la luz de estos principios que decidiré el nombramiento del primer ministro. Esto significa dar a las fuerzas políticas un poco de tiempo para construir estos compromisos con serenidad y respeto por todos. Hasta entonces, el Gobierno actual seguirá adelante para ejercer sus responsabilidades y luego hacerse cargo de los asuntos de actualidad como es la tradición republicana”, remarcó el jefe de Estado.
Miembros del macronismo apuestan por unirse a la derecha para nominar un primer ministro
Mientras Agrupación Nacional, ya había señalado que no postularía a su presidente, Jordan Bardella, como primer ministro si no obtenía la mayoría absoluta, el resto de bancadas continúan el rifirrafe para proponer a un primer ministro.
Pero la izquierda y el centro del oficialismo no pretenden ni permitir el dominio de la ultraderecha ni unirse entre ellos para lograr la mayoría.
No forma parte de la cultura de la política francesa hacer alianzas con la oposición, destacan los expertos, y desde el Gobierno el principal rechazo está dirigido al Partido La Francia Insumisa, al considerarlo de extrema izquierda, y que obtuvo el mayor número de escaños-78-dentro del bloque NFP que ocupó el primer lugar.
En un intento por encontrar una alternativa a la izquierda para gobernar, diputados del macronismo mostraron este miércoles que optarían por una alianza con Los Republicanos, el partido de la derecha tradicional en Francia, que quedó en cuarto lugar con 66 escaños.
Se requiere un mínimo de 289 escaños para tener la mayoría absoluta en la Asamblea, de 577 diputados.
“Podría haber un primer ministro de derechas, eso no me importaría en absoluto”, declaró el ministro del Interior, Gérald Darmanin, en entrevista con ‘CNews’ y ‘Europe 1’.
Sin embargo, otros líderes remarcan que será necesaria la unión al menos con parte de la izquierda.
“No podemos crear un Gobierno de unidad nacional con un solo bando (…) Si se pasa por los partidos, serán los intereses partidistas los que se impondrán” y este enfoque “estaría condenado al fracaso”, advirtió, por su parte, François Bayrou, alcalde de Pau, ciudad del suroeste del país.
En ese sentido, Bayrou pidió a Macron que nombre un premier que “pueda unir” ambos lados del hemiciclo.
No obstante, el Nuevo Frente Popular insiste en que tras haber ocupado la primera posición de las votaciones el nuevo jefe de Gobierno debe proceder de sus filas.
Por ahora, el cargo lo mantiene Gabriel Attal, como lo pidió el mandatario francés, pese a que el premier le presentó la renuncia un día después de los comicios que ubicaron a la izquierda en primer lugar.
El mandatario tomó esa decisión “para garantizar la estabilidad del país”, mientras continúa la pugna por esa posición que, de proceder de un ala política distinta al macronismo, obligará al jefe de Estado a cogobernar con un líder de la oposición.
Pero desde ya, y luego de que su coalición quedara en segundo lugar, con 168 escaños, se vislumbran grandes complejidades en las políticas que Macron pretenda impulsar en los tres años restantes de su Presidencia.
La ultraderecha se presenta en la Asamblea, mientras siguen negociaciones para formar Gobierno
La llegada de la extrema derecha al poder en Francia es solo cuestión de tiempo. Así lo recalcó este miércoles 10 de julio la líder absoluta de Agrupación Nacional (RN), Marine Le Pen, a su llegada a la Asamblea Nacional.
Junto a ella arribó el mayor número de diputados del ala radical de esa ideología política nunca antes elegidos en la democracia francesa, para sostener sesiones de orientación y recoger las acreditaciones que los certifican como los nuevos legisladores de esa bancada tras ser respaldados en las urnas.
Y es que tras las elecciones legislativas anticipadas de dos rondas, que concluyeron el pasado domingo 7 de julio, el partido ultraderechista obtuvo 143 escaños en la Cámara Baja del Parlamento, de importantes poderes en el Legislativo francés.
Un aumento considerable frente a los 89 puestos que ostentaba antes, pese a quedar relegada en un tercer lugar después de posicionarse como la primera fuerza política del país, tanto en la primera ronda de las legislativas, como en las pasadas elecciones europeas de junio. Justamente el batacazo del oficialismo frente a la ultraderecha en esos comicios llevó al presidente Emmanuel Macron a convocar a votaciones anticipadas.
Pero, para Le Pen, el dominio de RN en el Gobierno francés “solo está pospuesto”. Previamente, ha reiterado que buscará, una vez más, la Presidencia, en las elecciones de 2027.
En declaraciones a la prensa, en las inmediaciones de la Asamblea, la líder de Agrupación Nacional también denunció lo que describe como “maniobras” de la alianza de Macron, Juntos por la República, y de la coalición de izquierda, Nuevo Frente Popular, que frenaron el avance de su partido.
“Las maniobras de retirada masiva (de candidatos de otras fuerzas) nos han privado de la mayoría absoluta. Ha sido solo un aplazamiento porque no se puede deformar indefinidamente la representación nacional”, se quejó Le Pen.
La apuesta, por separado, del oficialismo y la oposición para retirar a un total de más de 200 de sus candidatos que habían pasado en tercer lugar a la segunda vuelta electoral funcionó para impulsar a quien enfrentara al oponente de Agrupación Nacional en cada distrito y frenar lo que parecía ser una arrasadora victoria del ala radical de derecha.
Pero, también, deja a la Cámara sin la mayoría absoluta para ninguna alianza política y con profundas divisiones en torno al nombramiento de un nuevo jefe de Gobierno.
Fuente: France 24