La audiencia pública de juzgamiento a cuatro procesados por el asesinato del político ecuatoriano Fernando Villavicencio Valencia está a unas 72 horas de concluir, mientras la Fiscalía General del Estado continúa con la práctica de prueba en la que además de testigos están los informes policiales que reconstruyen el momento y los rastros que quedaron en siete escenas ubicadas en Quito.
Pasadas las nueve de la mañana de este martes, 2 de julio, el tribunal de juzgamiento de la Corte Provincial de Pichincha reinstaló el cuarto día de audiencia de evaluación y preparatoria de juicio en el que la agente fiscal del caso, Ana Hidalgo, continúa con la presentación de la prueba práctica. Entre el lunes y martes, se ha escuchado a más de 40 testigos, entre los que están también los solicitados por las defensas de los cinco procesados.
Casi a media mañana de este 2 de julio de 2024, se llamó al capitán de la Policía Byron T., para que detalle los indicios levantados en siete lugares que trazaron los hechos del 9 de agosto de 2023, cuando bajo la modalidad de sicariato fue asesinado Fernando Villavicencio al salir de un acto de campaña que se hizo en el coliseo del colegio Anderson, ubicado en las avenidas Gaspar de Villarroel y Amazonas.
Por este evento se atribuye como autores materiales a Carlos Edwin A. L., alias el Invisible y preso; Laura Dayanara C. B., alias la Flaca, también detenida; Erick Marcelo R. P., Alfonso F. V. y Alexandra Elizabeth Ch. F., también detenidos en varias cárceles del país.
Ese 9 de agosto, el oficial acudió a realizar la inspección ocular de siete escenas, de las que la principal fue la escena A, donde dispararon a Villavicencio cuando salía del coliseo y se subía a una camioneta.
Él llegó pasadas las 18:00 al sitio, donde recabó 65 vainas percutidas de calibre 9 milímetros sobre la avenida Gaspar de Villarroel.
Se encontraron también otras seis balas deformadas, nueve cartuchos de 9 milímetros, un encamisado de latón, una huella parcial, tres vainas percutidas calibre .223, dos armas de fuego, dos muestras tomadas mediante sopado, tres cargadores de alimentadoras, una camioneta plateada y una huella parcial en el cargador de una alimentadora.
La escena B se dio en una panadería ubicada sobre la avenida Amazonas, donde los sospechosos aguardaban que Villavicencio termine el evento. Ahí se encontraron cuatro armas de fuego de los policías que estaban en la escena A, una botella de energizante y una USB (memoria extraíble) con los videos de las cámaras de vigilancia de los alrededores.
La escena C se dio frente a dos farmacias, donde se encontraron dos motos, un casco, una chompa negra y una gorra.
En el cuarto día de audiencia de juzgamiento por este hecho, la Fiscalía presentó a peritos y técnicos que recabaron indicios del asesinato.
Se tomó de indicio una huella dactilar de la moto Kawasaki, que al cotejarla con los sistemas de información evidenció que pertenecía a Manuel M. O., quien fue detenido el día del suceso, aunque semanas después fue encontrado muerto en su celda, al igual que otros cinco procesados.
La escena D fue la clínica de la Mujer, donde ingresaron a Villavicencio y se encontraron fragmentos de plomo de otras personas heridas en el acto político.
Las restantes son lugares adonde se trasladó la evidencia para su resguardo.
Uno de ellos fue la morgue, donde se hizo la identificación preliminar de Villavicencio. El informe balístico daría cuenta de que la víctima recibió dos heridas de proyectil en la cabeza: uno ubicado en el parietal izquierdo, que es por donde entró la bala, y el segundo en la región frontal derecha, que fue de salida.
El abogado Hugo Espín, defensor técnico de Verónica Sarauz, viuda de Villavicencio y acusadora particular en este caso, preguntó al oficial si se había podido identificar la bala que lo mató. «No se pudo identificar porque se hizo una trayectoria referencial y no concluyente», se explicó.
Ese día también murió quien disparó al político. El investigador Diego C., de la Policía, llegó también a hacer una inspección ocular a la Unidad de Flagrancia en Quito a eso de las 19:20. Ahí encontró a un hombre muerto en posición de cúbito dorsal.
Al hacer el levantamiento del cuerpo vieron que llevaba dos pantalones, dos camisetas y una tela amarrada a la cabeza. Las camisetas tenían la frase «Patricio Carrillo, asambleísta» y el paño blanco de la cabeza «Fernando Villavicencio, presidente», ya que en esos días terminaba la campaña electoral de la segunda vuelta en las elecciones nacionales anticipadas de febrero del 2023.
El hombre había sido impactado por un proyectil en el tórax, también en la pierna y heridas en la región genital y la cara.
La Policía llevó hasta sus patios cinco vehículos que fueron levantados como indicios de este caso: la camioneta Chevrolet, en la que llevaban a Villavicencio; un carro marca Nissan Kicks, reportado como robado desde el 1 de mayo de 2023, aunque no se precisó a quién pertenecía.
Adicionalmente, tres motocicletas de las que la Ranger TK 200 tenía un reporte de robada y una Kawasaki, con un reporte de adulteración en su identificación, y una Thunder, que no registraba inconvenientes.
El Tribunal Penal de la Corte Provincial, conformado por los jueces Milton Maroto Sánchez, Luis Fuentes López y Galo Rumiguano Urbano, prevé concluir con esta fase el viernes, aunque no se desestima que este jueves se produzca la exposición de los alegatos de las partes procesales.
Este día, también se escuchó al cabo Alejandro P., agente investigador, que analizó las llamadas telefónicas que mantuvieron los procesados. Sus conclusiones evidenciaron —y que es una de las pruebas de Fiscalía— que la señal de los teléfonos celulares que eran usados por los sospechosos se ubicó en el lugar del crimen o en sus alrededores.
La ruta técnica de las llamadas había permitido a las autoridades hacer allanamientos en varios sectores de Quito, como el valle de los Chillos, Atucucho, Turubamba. (I)
Fuente: El Universo