Organismos multilaterales darán al menos $18.000 millones a Ecuador hasta 2028

Los multilaterales vuelven a apostar por Ecuador y a inyectar liquidez; pero no es un cheque en blanco y no es dinero para ganar tiempo. Se necesitan cambios estructurales y un ejemplo de lo que se debe hacer puede ser Uruguay.

El dinero, vía diversos créditos, llegará poco a poco. Solo en 2024 deben llegar $1.500 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y entre $3.000 millones y $3.500 millones más de otros multilaterales.

Ecuador se ha embarcado en un programa de financiamiento con el FMI, pero que sirve de paraguas para el respaldo de la comunidad internacional a un país en crisis económica y azotado por la violencia.

Hasta 2028, los multilaterales y alguna otra fuente bilateral (crédito de un país específico) apoyarán a la economía ecuatoriana con una inyección de al menos $18.000 millones en créditos frescos. En promedio son más de $3.600 millones al año en financiamiento en condiciones ventajosas.

Nuevamente, de acuerdo con Lorena Valencia, economista y consultora internacional, la comunidad internacional le da una oportunidad a Ecuador de enderezar sus finanzas públicas, hacer reformas estructurales y salir del círculo vicioso de “incumplidor serial de pagos y dependiente crónico de rescates económicos”.

De acuerdo con Valencia, la gran pregunta es si Ecuador se tomará en serio los compromisos que está asumiendo. Hasta finales de 2024, por ejemplo, tendrá que reducir el subsidio a los combustibles y hacer una reforma para bajar el gasto tributario. Estos dos temas son una pequeña parte de lo que hay que hacer hasta 2028.

“Los créditos internacionales nuevamente le dan tiempo a la economía ecuatoriana. Los $18.000 millones que se recibirán de nuevos créditos son equivalentes casi a los vencimientos de deuda externa que el país debe pagar hasta 2028. En concreto, nos está refinanciando las deudas, dando liquidez para cubrir atrasos y, sobre todo, espacio para enderezar el rumbo”, puntualizó.

Recibir dinero como un cheque en blanco, hacer reformas y luego desmontarlas, o hacerlas a medida ya es una historia repetida para Ecuador. Por eso, la economía casi no crece y este 2024 cumple una nueva década perdida.

Receta para Ecuador: Ordenar las finanzas públicas e impulsar a los privados

El Banco Mundial, a través de su informe titulado ‘Ecuador: Crecimiento resiliente para un futuro mejor’, establece que para reducir la pobreza y que la economía crezca más se necesitan tres acciones concretas:

1 Mantener una senda fiscal sostenible. El nuevo acuerdo con el FMI traza el camino fuera de la típica receta del ajuste brutal de otras épocas; pero exige sacrificios de Gobierno, ciudadanía y empresarios.

2 Eliminar la rigidez de las políticas que afectan al sector privado, entre ellas, las laborales y las que frenan la competencia.

3 Desarrollar el potencial de tres sectores: minería, agricultura y turismo.

El cambio, aunque difícil es posible, y Ecuador podría aprender de la experiencia de Uruguay, que con un programa con el FMI pudo salir de su grave crisis económica y fiscal de 2002 y 2003.

Reto para Ecuador: Aprovechar el apoyo multilateral para transformar la economía

En 2002, Uruguay estaba en la parte baja del ranking de libertad económica, pero ahora está en el puesto 27 a escala mundial. Actualmente, los uruguayos tienen un ingreso per cápita más de tres veces superior al de Ecuador. Todo como resultado de aprovechar el apoyo internacional en su momento y haber hecho reformas estructurales.

Ecuador, que se embarcó en un acuerdo con el FMI por las mismas épocas (2003), luego de 21 años tiene un ingreso per cápita a la baja, un crecimiento cercano a cero para 2024 (entre 0,1% y 0,3%) y se ubica en el puesto 114 en el Índice de libertad Económica.

¿Qué hizo bien Uruguay que Ecuador puede replicar para salir de la crisis?

1 Reestructuración de la deuda: Uruguay llevó a cabo una exitosa reestructuración de su deuda en 2003. Esta reestructuración incluyó la extensión de los plazos de pago y una reducción en las tasas de interés, lo cual alivió la presión sobre las finanzas públicas y restauró la confianza de los inversores. A la par se aseguró que tomar medidas para no necesitar nuevos rescates en el futuro.

Ajuste Fiscal: El Gobierno implementó un programa de consolidación fiscal que incluyó recortes en el gasto público y aumento de impuestos para reducir el déficit fiscal. Este ajuste fue necesario para estabilizar las finanzas públicas y recuperar la confianza de los mercados financieros.

Se aumentaron los impuestos sobre el valor agregado (IVA) y otros impuestos al consumo para incrementar los ingresos fiscales.

Reformas Estructurales: Se llevaron a cabo reformas en la administración pública para mejorar la eficiencia y reducir los costos. Esto incluyó la modernización de los procesos administrativos, la implementación de políticas de austeridad, pero sobre todo una mayor participación del sector privado, incluso en sectores como salud y educación. Se destrabaron barreras a la inversión y se establecieron políticas de Estado para incentivar la producción.

4 Apertura comercial y diversificación: Uruguay promovió la diversificación de sus mercados de exportación y productos. Se buscaron nuevos mercados para los productos uruguayos y se fomentó la diversificación de la producción para reducir la dependencia de unos pocos productos y mercados.

5 Incentivos a la Inversión: Se implementaron políticas para atraer inversiones extranjeras y nacionales, ofreciendo incentivos fiscales y facilitando la creación de nuevas empresas.

Se promovió la inversión en sectores clave como la agroindustria, tecnologías de la información y comunicación, y el turismo.

Apoyo al sector agropecuario: Se proporcionaron incentivos y apoyo técnico a los agricultores y ganaderos para mejorar la productividad y la competitividad del sector agropecuario, que es uno de los pilares de la economía uruguaya.

Programas de Protección Social: Se implementaron programas de protección social para mitigar el impacto de la crisis en los sectores más vulnerables de la población. Estos programas incluyeron transferencias monetarias, apoyo alimentario y asistencia sanitaria.

8 Fomento del Empleo: Se crearon programas para fomentar el empleo y la capacitación laboral, con el objetivo de reducir el desempleo y mejorar las habilidades de la fuerza laboral. (JS)

“ Si hacemos las cosas como debemos, ojalá nunca más necesitemos al FMI y podamos financiarnos como Colombia y Perú (mercado de bonos de manera libre y sin condiciones”, Juan Carlos Vega Malo, ministro de Economía.

 

Fuente: La Hora

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