Del tiempo de armonía y buena relación entre el Ejecutivo y la mayoría de la Asamblea Nacional, eso a lo que se llamó un “acuerdo por la gobernabilidad”, quedan apenas recuerdos. El Gobierno consiguió sin dificultad la aprobación de las leyes económicas que impulsó, pero luego hubo una serie de acontecimientos que diluyeron la alianza y avivaron las diferencias. Ahora, el régimen de Daniel Noboa se enfrenta al Parlamento como si fuera uno de sus principales rivales políticos por vencer.
Las últimas semanas, la tensión entre Carondelet y el Legislativo crispó los ánimos y se trasladó a mutuos señalamientos de revanchismos políticos y conspiraciones. En paralelo, el Ejecutivo avanza en su plan para eliminar los subsidios a los combustibles y busca cómo contener la inseguridad que afecta con más crueldad a provincias de la Costa.
La vocería del Gobierno, encarnada en el viceministro Esteban Torres, ha abierto aún más las grietas con los asambleístas que no pertenecen a la bancada oficialista, Acción Democrática Nacional (ADN).
Con total seguridad, el funcionario afirmó el miércoles que el Partido Social Cristiano (PSC), Construye y la Revolución Ciudadana (RC) se unieron en una mayoría “anti-Gobierno y anti-Noboa”, que pretende, entre otras cosas, enjuiciar políticamente al presidente Daniel Noboa y allanar el camino para que la vicepresidenta Verónica Abad tome el poder.
Con ese contexto, el oficialismo plantó en el debate la tesis de que la intención detrás del respaldo a la vicepresidenta es el indulto al exmandatario Rafael Correa.
Las respuestas del presidente de la Asamblea Nacional, Henry Kronfle (PSC), así como de integrantes de las tres bancadas señaladas no se han hecho esperar. Juntos y por separado han desmentido a Torres en cada ocasión. Y han pedido a Noboa que cambie de vocero, porque lo perjudica.
Kronfle inclusive llegó a calificar de “chismoso de pasillo” al viceministro, quien antes había insinuado que en los corredores del palacio legislativo se rumoraba un posible cambio en la presidencia de esa institución.
Ruedas de prensa, declaraciones en medios de comunicación, mensajes en redes sociales, decisiones en el pleno, iniciativas legislativas y vetos presidenciales son el terreno fértil de la reciente contienda política.
Mientras, la discusión Ejecutivo-Legislativo sigue entrampada. El Gobierno teje el escenario para dialogar el lunes 10 de junio, en Quito, con organizaciones sociales sobre la eliminación de los subsidios a los combustibles, específicamente para las gasolinas extra y ecopaís, a cambio de entregar compensaciones a ciertos sectores.
El régimen maneja con cierta prudencia la situación, dado que la Conaie, así como otras agrupaciones protagonistas de los paros de 2019 y 2022, anticiparon su desacuerdo y, en su lugar, proponen ir por la focalización.
Respecto de este tema, la vocería del viceministro Torres ha mantenido un tono más moderado, llamando al diálogo, algo de lo que ha sido esquivo en sus declaraciones sobre la Asamblea. Pero no ha dejado de lado las advertencias de que el Ejecutivo está preparado para enfrentar un eventual calentamiento de las calles, por la eliminación de las subvenciones estatales a las gasolinas, lo cual se piensa implementar este mismo año.
En ambos casos, en la confrontación con la Asamblea y el retiro de los subsidios, el presidente Daniel Noboa se ha mantenido apartado de la polémica hasta ahora. No ha sido el protagonista de las declaraciones oficiales. En sus redes sociales, por ejemplo, sus publicaciones se concentran en resaltar sus decisiones y acciones de la fuerza pública en materia de seguridad, principalmente.
/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/eluniverso/U3JWXBSFDVBJHL4NMDGXOBFHZA.jpg)
Una posible estrategia para distraer temas de fondo
La analista Yanina Mondino, consultora en comunicación política y experta en gestión de gobierno, considera que las vocerías de Carondelet, especialmente a través del viceministro Esteban Torres, envían un mensaje de “pirotécnica política” que tiende a la polarización, lo cual podría resultar contraproducente porque se aleja del estilo inicial con el que arrancó la actual administración.
“Creo que no le conviene al país esa disputa, porque uno de los atributos que tenía el Gobierno era no entrar en esto que ellos denominan la ‘vieja política’. Me parece que en cualquier momento los partidos políticos pueden plantearle al Gobierno una especie de jugada y decir que, finalmente, esto puede ser un distractor político para no analizar de fondo lo que pueda estar sucediendo en el país”, reflexionó la experta.
Mondino considera que hay al menos dos elementos que llaman la atención y que permiten percibir una estratégica política del Ejecutivo. Lo primero es que las “vocerías de confrontación” con la Función Legislativa no las encara justamente el presidente Daniel Noboa. “Él elige los momentos y los temas sobre los que habla, lo cual evita que se desgaste de manera directa. El presidente está, simbólicamente, por fuera, y tenemos un vocero que defiende la idea de esa coalición anti-Noboa”, comentó.
El segundo elemento es que, luego de la consulta popular, en los análisis de opinión ciudadana empiezan a surgir observaciones que cuestionan la efectividad del Plan Fénix y hay preocupación por la situación económica y el costo de vida.
“Y si se suman los subsidios, claramente va haber un malestar generalizado en la sociedad, por el impacto fuerte en un momento en donde todavía la economía no logra reactivarse. También está la discusión sobre qué se va hacer con el dinero del Fondo Monetario Internacional. Creo que ahí los partidos están esperando el momento para contraatacar o criticarle al Gobierno para que eso (el financiamiento) se vea traducido en obras y servicios”, concluyó Yanina Mondino; por ello, dijo, el Gobierno va a necesitar, a corto plazo, mostrar más resultados para poder consolidarse y obtener la reelección en 2025.
La politóloga y docente universitaria Sofía Cordero no descarta que los hechos, como los está presentando la Presidencia, podrían constituirse como “una distracción”, porque no se evidencia que efectivamente en la Asamblea haya una nueva mayoría consolidada en oposición al régimen.
Para Cordero, la vocería de Esteban Torres resulta “confusa”, “ambigua” y “lanza mensajes alarmistas”, que se apegan más a un estilo propio de él que a ser un espejo de la realidad; además, deja en un segundo plano a la secretaria de Comunicación, Irene Vélez.
“Da para dudar mucho. Ha sido desmentido casi al instante. Además, (los asambleístas) tampoco pueden hacer un juicio político al presidente porque no hay las causales; es decir, la revisión del informe presidencial no es ni de lejos una causal para un juicio; quizá tenga otras consecuencias”, puntualizó.
Hace sentido pensar que el Gobierno quiera crear en la Asamblea a su rival político, agregó. “El presidente (Daniel Noboa) necesita crear un contendor político, un opositor para crear su propia identidad, porque el Gobierno se quedó sin identidad el momento que se volvió anticorreísta, que igual hay muchas dudas. Ahora el Gobierno no tiene identidad o, por lo menos, no tiene la identidad ‘pro’ que decía y se vuelve un anticorreísta y un anti-Construye. Sí debe crear un enemigo porque debe captar votos y eso, creo, es lo más importante, porque debe captar los votos del anticorreísmo”, describió Cordero.
A su criterio, no extraña que en una etapa preelectoral surja la estrategia de “pelearse con quienes ya son sus enemigos”, porque en el momento de ganar los comicios “todos son enemigos de todos”. No obstante, la politóloga no ve que haya un divorcio definitivo con los asambleístas, porque las circunstancias e intereses los pueden volver a acercar en los siguientes meses.
Por otro lado, que al mismo tiempo se cree un ruido con la Asamblea y se camine con la eliminación de subsidios “es una coincidencia, que no es coincidencia, porque en política nada es coincidencia”, comentó.
Fuente: El Universo
ra
