Ecuador aún enfrenta un 10 % de niños y niñas que padecen de malnutrición.
En Ecuador, dos de cada diez niños menores de 2 años tienen desnutrición crónica por falta de alimentos, mientras que desde los 6 hasta los 11 años, uno de tres tiene sobrepeso y obesidad.
Estos dos tipos de malnutrición podrían presentarse no solo en la misma comunidad y en la misma familia, sino también en la misma persona.
Existen dos formas distintas de malnutrición: la primera es la desnutrición carente de nutrientes, la que se le atribuye a los niños que pueden ser demasiado delgados para su talla (desnutrición aguda) o niños demasiados pequeños para su edad (desnutrición crónica).
La segunda es la desnutrición crónica, originada por la poca calidad de alimentos, que no solo tiene una repercusión física, sino también en el desarrollo intelectual.
Este tipo de malnutrición no solo caracteriza a los niños extremadamente flacos, sino también a los que sufren de sobrepeso.
Mundialmente los niveles más altos de obesidad están en los quintiles más bajos de la sociedad, o sea, donde hay más pobreza económica.
La obesidad en niños se produce por los alimentos ultraprocesados, ya que estos son los más baratos dentro del mercado y tienen mayor facilidad de compra.
“Los mismos niños que están desnutridos en la infancia tienen sobrepeso en la adolescencia”, mencionó Mauro Brero, asesor de nutrición de Unicef, y aclaró que la desnutrición está vinculada, entre muchos otros factores, a la pobreza, pero solo en un 50 %.
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Situación de Ecuador acerca de la malnutrición
El director de Nutrición y Desarrollo Infantil, Víctor Aguayo, dijo que el Ecuador tiene un índice de malnutrición que oscila entre el 10 % y 20 %.
“No queremos decir que cuando hay un 10 % de niños desnutridos estamos felices, pero es un avance”, dijo Aguayo, quien reconoce el trabajo de Unicef en Ecuador en estos últimos cuatro años.
Los niños ecuatorianos menores de 2 años son la población que tiene más riesgo de padecer malnutrición, situación a la que se suma el nivel socioeconómico que se presenta.
En el país, uno de cada cinco niños y niñas padece de desnutrición crónica; dos de cada diez que la padecen viven en pobreza; tres de diez pertenecen a la población indígena y también al área rural, y cuatro de diez consumieron agua contaminada con la bacteria presente en heces de animales.
Chimborazo es la provincia donde existe más desnutrición crónica entre los niños menores de 2 años, seguida por Bolívar y Santa Elena.
Las consecuencias más evidentes de la malnutrición son los problemas de aprendizaje, el sobrepeso y la obesidad, pero también, en un futuro, afectará en la inserción del niño en el mercado laboral cuando sea adulto. (I)
Fuente: El Universo
