En un video, la fiscal general explica cómo se desarrolló la investigación. En el caso fueron sentenciados Correa, Glas y exministros del correato.
La fiscal general, Diana Salazar, divulgó la mañana de este miércoles, 5 de junio, un video en el que explica cómo se investigó el caso Sobornos 2012-2016, en el que están sentenciados por cohecho agravado el expresidente Rafael Correa, el exvicepresidente Jorge Glas y otros excolaboradores de su Gobierno.
El video fue grabado el 1 de mayo de este mismo año y se colgó en el canal de YouTube de la autoridad.
Salazar sostuvo en su exposición que no es verdad que el caso “se forjó” para implicar al expresidente, como lo sostiene el correísmo.
“No solo era (la prueba) el supuesto cuaderno de Hello Kitty, eran varias agendas que fueron encontradas en el departamento de Pamela Martínez (una de las sentenciadas), producto de un allanamiento, sumadas a su testimonio que tenía concordancia con aquellas facturas y notas que habíamos encontrado. Lo propio con los archivos, porque no es un Excel, encontrados en los computadores que fueron usados en esa época por Pamela Martínez y Laura Terán, porque (el correísmo) se ha olvidado de los archivos y el testimonio de Laura Terán, quien también cooperó con la justicia… Y los testimonio de los proveedores que dan cuenta de cómo tenían que sostener, que financiar actividades de orden político a cambio de obtener contratos. Testimonios, por ejemplo, como el de José Santos (exejecutivo de Odebrecht), en el que claramente manifestó del dinero que era entregado a Pamela Martínez o a Jorge Glas”, explicó.
Salazar lamentó que las diligencias del caso no se hayan transmitido “porque si no, la ciudadanía se iba a dar cuenta de lo que pasaba en la sala de audiencias”. “Mientras los abogados tenían una actividad pasiva en la audiencia, que no se dedicaron a hacer una defensa técnica, sino que se dedicaron a criticar, a desvalorizar, a descalificar, incluso a decir que la fiscal no tiene la capacidad para sostener los casos, sin embargo, obtenemos sentencia”, contó la funcionaria.
La fiscal confesó que, inicialmente, no tenía muchas esperanzas de hallar elementos en las computadoras que se incautaron en el Palacio de Carondelet “dado el paso del tiempo, porque se cree que cuando es reutilizada una computadora se borra la información anterior”.
“Sin embargo, con técnicas forenses que los peritos informáticos habían recomendado se realizan estos allanamientos, esta incautación; de hecho, la fiscal que llevaba el caso me mostró su plan de investigación y ella tenía planificado hacer estos allanamientos, tengo que reconocer que no le ponía muchas esperanzas en esa actividad, pero los fiscales tienen la libertad de ejecutar sus planes… Y una vez que incautaron estos computadores se encontraron esos archivos, los denominados ‘archivos verdes’.
Sobre el ‘influjo psíquico’
La fiscal general explicó qué es el “influjo psíquico” del que se acusó a Correa en el caso, y que ha sido motivo de burla de este sector político.
“El término influjo psíquico, si bien no se encuentra en el Código Orgánico Integral Penal, es una forma de participación a nivel doctrinario, que no es otra que la participación del autor mediato, que sí está en el Código Penal… Es parte única y exclusiva del razonamiento que hace el tribunal para arribar a la conclusión de que existió la responsabilidad del expresidente Rafael Correa, porque él tuvo conocimiento de lo que se tejió alrededor de esta trama de corrupción”, comentó.
“Es el precio que he tenido que pagar por tocar a un intocable”
La persecución política de la que ahora “soy víctima es el precio que he tenido que pagar por tocar a un intocable, a quien se creía no solamente dueño de todos los poderes, del Estado, y el comandante en jefe, sino el dueño del país, de la conciencia y la voluntad de las personas”, dice Diana Salazar.
“Lo único que hemos hecho es develar que detrás de este personaje no es más que un funcionario corrupto que permitió que su círculo cercano forme una estructura de corrupción y que se benefició de esto, por eso es que no me van a perdonar…”. (I)
Fuente: El Universo
