Hace cuatro años el príncipe Andrés dejó oficialmente sus deberes con la monarquía británico, pero aún sigue alojado en una de las residencias reales de la familia. Sin embargo, el rey Carlos III está haciendo todo lo posible para que abandone el lugar.
A inicios del año pasado se informó que Andrés estaba negado a dejar su castillo en Windsor, pese a la el rey había cancelado la manutención del lugar y del mismo príncipe. En su momento se dijo que la realeza británica se hacía cargo de una cuota semanal de £250,000 libras esterlinas para el mantenimiento de la propiedad.
‘The Sun’ compartió algunas fotos donde se muestra el mar estado de la estructura, consecuencia de la falta de mantenimiento del lugar. El estuco de su fachada se está cayendo y hasta parece que hay un infección de moho, aunque es imposible tener certeza de qué tan grave es. Hay que recordar que las infecciones de moho obligan a los propietarios a abandonas sus casas.
La propiedad, conocida como ‘Royal Lodge’, está ubicada a 3.2 millas al sur del Castillo de Windsor, en Inglaterra. Y parece ser que Andrés no sale del lugar, sino que pasa horas viendo televisión o entreteniéndose dentro de la propiedad.
Se estima que para reparar los espacios de la casa en mal estado y mantenerlos se necesitan al menos £400,000 libras esterlinas mensuales, lo que equivale a alrededor de $510,000 dólares.
Una de las razones por las que Andrés se niega a salir de la propiedad es que desde que se mudó al lugar en 2002 se ha encargado de hacer mantenimiento y reformas al lugar, invirtiendo, según él, dinero de su propio bolsillo.
Según ‘The Sun’, el príncipe ha invertido al menos £7.5 millones de libras esterlinas, pero ya no tiene dinero para seguir cubriendo esos gastos.