La UEFA ha anunciado que Szymon Marciniak será el encargado de dirigir la vuelta de semifinales de la Champions League entre el Real Madrid y el Bayern de Múnich. Este colegiado, de holgada experiencia internacional, cuenta con un pasado oscuro. Como jugador del Wisla Plock, llegó a insultar a los colegiados en varias ocasiones hasta ser él uno de ellos. En 2011, cuando comenzó su carrera como juez, prometió que mandaría en una final de un Mundial y cumplió.
El experimentado colegiado polaco Szymon Marciniak ha sido el designado por la UEFA para dirigir, este miércoles, la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones entre el Real Madrid y el Bayern de Múnich, encuentro que se disputará en el Santiago Bernabéu con todo por decidir tras el 2-2 de la ida.
La última vez que el árbitro dirigió un partido en el que jugaban los blancos fue en las semifinales ante el Manchester City de la pasada temporada, en las que el Real Madrid cayó derrotado en el Etihad Stadium por 4-0 y quedó eliminado de la competición
El árbitro internacional, de 43 años, es uno de los de más experiencia a nivel mundial y ya fue el encargado de arbitrar la última final de la Champions, entre el Inter de Milán y el Manchester City, o la del pasado Mundial de Catar 2022, entre Argentina y Francia.
El resto del equipo arbitral está formado por los asistentes polacos Tomasz Listkiewicz y Adam Kupsik. El árbitro principal de VAR será Tomasz Kwiatkowski y estará asistido por Bartosz Frankowski, ambos también polacos. Completa el equipo el eslovaco Ivan Kruzliak, que ejercerá como cuarto árbitro
El pasado oscuro de Marciniak
Marciniak, como uno de los árbitros con mayor bagaje en la esfera internacional, ha concedido varias entrevistas a los medios oficiales de FIFA y UEFA a lo largo de su carrera. En uno de estos diálogos, recordó cómo se comportaba él mismo con los colegiados cuando era un jugador semiprofesional del equipo de su ciudad, el Wisla Plock.
“Era mediocentro, un líder pero, para ser sincero, estaba un poco loco”, llegó a contar. Hubo un encuentro en el que fue expulsado tras una cruda discusión con el árbitro: “No estaba de acuerdo con su decisión y se lo dije con palabras irreproducibles… Le dije que era uno de los peores árbitros que había visto en mi vida. Él me contestó: ‘Muy bien. Si piensas que es un trabajo fácil, intenta hacerlo”.
Y vaya si lo hizo. Se formó en cuanto pudo, aprovechó el golpe de suerte de una selección de jueces de cada país que llevó a cabo el Centro de la UEFA para la Excelencia del Arbitraje y de granjeó su oportunidad. En 2011, prometía que pitaría la final de un Mundial, meta que logró en Catar con el Argentina-Francia de 2022. También mandó en la final de la Champions League de la temporada pasada entre el Manchester City y el Inter de Milán.
