Antes de ser nombrado contralor, Carlos Pólit Faggioni estuvo ligado a cinco compañías en Ecuador, durante un lapso de casi 23 años, de 1984 a 2007. Sus negocios, dos de ellos actualmente manejados por familiares, se relacionaban con actividades inmobiliarias, operaciones de agente de aduanas, de almacenamiento aduanero, una aerolínea y también tenía un local comercial en el aeropuerto de Guayaquil.
Su primera participación fue como vicepresidente de la inmobiliaria Polest S. A. en 1984, año en que dos de sus hermanos y su cuñado Jorge Esteves crearon esta empresa. Ahí fue socio (1994, 2000) y gerente por varios periodos. En el 2006 y 2007, bajo su administración, Polest tuvo ingresos anuales por unos $ 11.400.
En la actualidad, Polest está a nombre de dos de los cinco hijos de Pólit y desde 2019 hasta 2023 no ha tenido operaciones económicas. Antes, en 2017, año en Carlos Pólit renunció al cargo de contralor ante su presunta participación en la red de corrupción del caso Odebrecht, la empresa reportó ventas por $ 8.037. En 2018, la firma vendió una ‘propiedad, planta o equipo’ por $74.051.
La empresa mantenía hasta el 2022 sus activos por un total de $ 146.739 e incluye, por ejemplo, dinero en cuentas bancarias ( $ 72.233), un terreno ($ 35.948) y cuentas por cobrar ($ 23.965); y su patrimonio ascendía a $ 85.065.
Otra de las empresas de Pólit, Tecnocarga, fue creada por él en 1991 con otros dos asociados, para dar servicio de agentes de aduanas. Hasta 1995 poseía el 30 % de las acciones. La Supercías no registra la fecha en que Pólit vendió sus acciones, pero desde 1998 ya no consta como socio. La firma sigue activa, y por 25 años, desde 1998, el cuñado de Pólit, Jorge Esteves, ha sido el socio mayoritario de este negocio que reporta ventas anuales por más de un millón de dólares.
Sus operaciones se han mantenido así los últimos años, del 2019 al 2022, pero aún no alcanzan las ventas por más de $1,2 millones que registraron en 2016, antes de que estallara el caso de Odebrecht e involucrara a Pólit, uno de sus exsocios y expresidente. En 2017, cuando ya era perseguido por la justicia, las ventas bajaron a $ 925.989 y en 2018 cayeron a $ 751.850.
En Tecnocarga, cuyos activos en 2022 ascendían a $ 867.115, Pólit fue presidente de 1994 a 1996, cuando el administrador era Armando Patiño, primo del excanciller Ricardo Patiño.
Los últimos 18 años, desde 2006, la gerenta de Tecnocarga ha sido Cecilia Pachay, quien se ha desempeñado de 2003 a 2023 como contadora de Polest, la inmobiliaria de los hijos de Carlos Pólit, sentenciado a seis años de prisión por el delito de concusión en el país y quien enfrenta actualmente un juicio por el delito de lavado de activos en Estados Unidos.
Pachay no atendió una solicitud de entrevista de este Diario. Pero quien se identificó como su asistente señaló -vía telefónica- que Pólit había trabajado en Tecnocarga hace “mucho tiempo”, antes de que Pachay ingrese a la firma, y descartó cualquier tipo de relación con el excontralor.
Adprisa S. A. es otra de las compañías que Pólit creó en 1994 con otros siete accionistas, entre ellos Armando Patiño, para ofrecer almacenamiento aduanero. Esta firma, disuelta diez años más tarde (hasta 2014), tuvo al excontralor como presidente durante nueve años, de 1996 a 2005. En el último periodo (2005) tuvo ventas por $ 258.190.
Pólit también figura como exgerente de Polival Duty Free S. A., local comercial en el aeropuerto de Guayaquil. En ese cargo, según el portal de la Superintendencia de Compañías, estuvo durante una década (1994- 2005), aunque en otros documentos de la firma se menciona su administración por menos de un año (1994-1995), lapso en el que no hay detalles financieros.
Por menos de tres años (2001-2003), Carlos Pólit compartió acciones en la aerolínea Saeta S. A., disuelta en 2003. En los documentos de esta empresa no constan sus informes operacionales de años anteriores. (I)
Activos de Pólit no llegaban a $ 180.000 en el país; su familia acumula millones en Estados Unidos
A pesar de que Carlos Pólit Faggioni estuvo al frente de la Contraloría durante una década (2007-2017), solo en el año 2017 presentó tres declaraciones de bienes, en las que su patrimonio se mantuvo en un poco más de $ 170.000.
En su último reporte, que detalla los pocos meses que estuvo durante su segunda reelección al cargo –de marzo a junio de 2017–, este abogado registró activos y un patrimonio de $ 176.957,63. Ese monto incluía una cuenta bancaria en Ecuador con $ 20.693,34 y otra en una financiera de Estados Unidos por $ 25.317,29; cuentas por cobrar por $ 31.882; un terreno en Guayas, adquirido en 2002 por $ 46.894; y una suite en Pichincha, comprada en 2005 y valorada en $ 52.171.
No tenía deudas en ese reporte. Mientras que en las otras dos declaraciones que presentó, una de ellas al finalizar su segundo periodo en la Contraloría (2012-marzo de 2017) y la otra como ingreso en marzo de 2017, se detalla un préstamo que recibió en 2016 del Fondo Complementario Provisional Cerrado, Jubilación Patronal de la Contraloría por $ 5.998 con un plazo de doce meses para cancelar la deuda. El saldo que registraba en ese momento era de $ 966.
A su nombre no tiene otras propiedades en el país. Su domicilio en Guayaquil, allanado durante las investigaciones por el caso Odebrecht en 2017, constaba a nombre de uno de sus hijos. Ahí se encontraron euros, joyas, relojes lujosos de marca Rolex y Cartier, entre otras pertenencias que no reportó a Contraloría.
En Estados Unidos, donde reside desde finales de mayo de 2017, tampoco tiene bienes. Sus hijos, sus empresas y otros familiares, en cambio, sí registran al menos trece propiedades valoradas en $ 11,7 millones, entre ellas seis departamentos, dos viviendas, dos terrenos, dos construcciones para locales comerciales y un edificio de oficinas de tres pisos. (I)
