En menos de un mes está previsto que entre en vigencia el Tratado de Libre Comercio entre Ecuador y China, aprobado por la Asamblea Nacional el pasado 7 de febrero del 2024 y ratificado por el presidente de la República el 15 de febrero.
China, pese a ser productor de alimentos, es importador de estos bienes dado su nivel poblacional que alcanza los 1.400 millones de habitantes. En este sentido, sus importaciones de alimentos desde el mundo se han incrementado a un ritmo promedio anual del 12 %, en los últimos años. Solo consolidar exportaciones a una pequeña parte del mercado chino puede compararse con alcanzar un nuevo país destino de las exportaciones.
Este escenario, para el director ejecutivo de la Cámara de Comercio Ecuatoriano China, Gustavo Cáceres, es una enorme oportunidad. “Con el acuerdo, las preferencias arancelarias van a beneficiar al 99,6 % de la oferta exportable actual. Estos beneficios se obtendrán a lo largo de tres, cinco y hasta 10 años. Desde mayo, empezará a entrar con cero arancel más del 60 % de la oferta exportable actual. Son más de 6.000 productos que tienen potencial de consumo en China, entre ellos los arándanos (bajarán del 30 % de arancel a cero), granadilla, sandía, papaya, pitahaya (del 20 % a cero), jugos de frutas (30 % a cero), cacao en polvo (de 15 % a cero), atún (12 % a cero), sombreros de paja toquilla (8 % a cero), embutidos, mermeladas (10 % a cero). Eso nos permite estar en igualdad de condiciones que otros países que en la actualidad proveen al gigante asiático”.
El presidente ejecutivo de Fedexpor, Felipe Ribadeneira, estima un incremento acumulado, en los primeros cinco años de vigencia del acuerdo, de $ 1.000 millones adicionales en exportaciones no petroleras. “Países de la región que han suscrito un acuerdo comercial con China, actualmente han duplicado y hasta septuplicado sus exportaciones no petroleras”. Pero, ¿cómo se preparan los productores de frutas a esta oportunidad de abrirse a un mercado gigantesco?
¿Leche por uvillas?
Toda una vida dedicado a las uvillas. Por eso, conoce de cabo a rabo cada aspecto del proceso productivo de esta fruta. Es Dennis Brito, el gerente general de Golden Sweet Spirit, exportadora de las llamadas ‘golden berry’, a varios mercados del mundo. Él ve a China como una oportunidad que los ecuatorianos no logran dimensionar, a tal punto que prevé que el principal problema que existe es que no se pudiera cubrir toda la posible demanda. “Es un mercado gigante para el tomate de árbol, granadilla, ajíes y frutas nativas (mortiño, arándanos, uvillas). Si nos ponemos pilas, en 10 años podremos romper un poquito la balanza comercial a favor de nosotros. Para ello hay que prepararse casa adentro, hay que tener volúmenes, cantidades que permitan ingresar a esos canales comerciales”.
Para Brito, la respuesta es transformar los enormes hatos ganaderos de la Sierra que, según él son nulos rentablemente, en tierras para el cultivo de uvillas. “Una planta de esta fruta tiene su primera cosecha alrededor de los cinco a seis meses. Después de eso, se cosecha todas las semanas por 18 meses seguidos. Hay un reto gigante que es el volumen. Necesitamos superar la barrera de las 1.000 hectáreas de uvillas para que el negocio empiece a vender números similares a la rosa o el camarón. Sí se puede hacer, pero es un trabajo conjunto y de conectar a las haciendas ganaderas. Estamos formando asociaciones de productores, dándoles habilidades para que puedan ser exportadores. Pero no solo se necesita trabajar con las asociaciones de las pequeñas, tenemos que buscar que el mediano o gran agricultor y el ganadero se involucren”.
Desde Latacunga
En Latacunga, la empresa Naranjo Roses ha dado inicio a la renovación de sus cultivos, apostando por la comercialización de arándanos tanto en el mercado local, nacional y extranjero. Además del mercado europeo, la firma tiene la mira puesta en el mercado chino. Con la próxima apertura de la tienda Cotopaxi Kawsay, en mayo, planea enviar la primera exportación de arándanos con destino a China durante la primera semana de ese mes. Este paso estratégico representa una oportunidad para ampliar su alcance internacional y diversificar sus fuentes de ingresos.
El jefe de Calidad del grupo Naranjo Roses, Juan Carlos Yanchatipan, señaló que actualmente cuentan con dos hectáreas de plantas de arándanos y que exportan cerca de una tonelada mensual a España. El proceso de establecimiento de los cultivos de arándanos no ha sido sencillo. Iniciaron con la importación de 22.000 plantas desde Chile, hasta la espera de un año y medio para la primera cosecha.
Germán Castillo, responsable de los cultivos, afirmó que están en el segundo año de producción y esperan alcanzar una producción de 1,5 kilos por planta este año. Con miras al futuro, proyectan aumentar esta cifra entre tres y cinco kilos por planta para el tercer año de producción. En la primera cosecha tuvieron 50 kilos, de ahí subió a 100 kilos y en la actualidad tienen una cosecha de 800 kilos semanales.
Cáceres sostiene que el éxito en este mercado dependerá en la medida en que nuestros productos sean comprados y esto debe ir de la mano de un entendimiento de la cultura china. “A pesar de ser un país económicamente desarrollado, prevalecen aún muchos detalles de su cultura milenaria. Debemos conocer, por tanto, de qué forma deben ser empaquetados los productos, el idioma en que se debe etiquetar los productos, sus colores preferidos. Tenemos que conocer más del comportamiento de sus consumidores y asegurar el éxito en las exportaciones. Como Cámara, estamos permanentemente realizando paneles de discusión, foros, comunicando los beneficios del acuerdo. Tenemos programas de capacitación para exportadores, escuela de idiomas que es importante para aprender el idioma chino mandarín, ahora que somos el cuarto país de la región que cuenta con un acuerdo vigente con China”.
Para Luis Ponce, gerente de la Unidad de Agroexportación, de Nobis Holding de Inversiones, el acuerdo con China es positivo, pero el aumento de exportaciones de frutas frescas será paulatino, año a año. “Por la experiencia que tenemos en el mercado chino, creemos que los incrementos de los pedidos no van a ser drásticos, de un día para el otro. En el sector de las frutas frescas hay que adecuarse a los requerimientos del mercado chino, los permisos fitosanitarios para ingresar toman tiempo. En el caso de la pitahaya amarilla, que producimos grandes volúmenes, hay certificaciones que se exigen para ingresar y muchas empacadoras no las tienen. Mientras que para los arándanos, donde somos uno de los mayores productores, el protocolo fitosanitario aún no está abierto, entonces es necesario que vengan las autoridades chinas para que se abra y podamos hacer las exportaciones. Pese a todo, creemos que con la reducción de aranceles vamos a aumentar las ventas de frutas frescas hacia China este mismo año y esperamos que crezcan más en el 2025”.
Fuente: Expresó