Morir ante las bombas israelíes o el hambre. Este es el escenario latente para miles de gazatíes a medida que la guerra en curso escala a pesar de los intentos por una tregua.
En las últimas 24 horas, al menos 81 personas murieron y 93 resultaron heridas producto de los ataques del Ejército de Israel contra el enclave, que abarcaron áreas residenciales y los alrededores de los hospitales.
Pero, además, al menos otros 18 palestinos murieron ahogados este martes 26 de marzo mientras intentaban recoger en el mar parte de la ayuda humanitaria que ha sido lanzada desde el aire. Una medida de urgencia tomada por gobiernos como el de Jordania y Estados Unidos para hacer llegar alimentos a la población, en medio de los focos de hambruna tras el bloqueo total impuesto por Israel hace más de cinco meses cuando lanzó las hostilidades en respuesta al sorpresivo ataque de Hamás.
“El envío por aire de ayuda se ha convertido en un peligro real para la vida de los ciudadanos hambrientos”, subrayó el Ministerio de Salud local.
El total de víctimas mortales aumentó a 32.414, incluidos miles de niños, indicó en las últimas horas la cartera de Sanidad.
Las muertes crecen en momentos en que las tropas retoman el asedio contra los hospitales –donde aseguran que se ocultan miembros de Hamás–, pero sin dejar de azotar el resto del enclave, de norte a sur. No hay lugar de escapatoria para los civiles.
La agencia de noticias palestina Wafa reportó que solo en los alrededores del hospital Al-Shifa, el principal del norte del territorio gazatí, al menos 30 palestinos murieron. En Rafah, la pequeña ciudad en el sur donde se refugia la mayor parte de la población internamente desplazada, murieron al menos 18 personas.
Fuente: France 24