‘Los controles de precios son shows políticos; si se quieren enfrentar los efectos de la subida del IVA eso es lo menos efectivo’

A 18 días de que se concrete la subida del IVA al 15% (a partir del 1 de abril de 2024), empresarios y consumidores tienen temores y expectativas.

El aumento de los precios al consumidor es inevitable; pero también se prevé una reducción de los márgenes de ganancia de los industriales.

Por un lado, se tiene una serie de productos procesados (parte de la canasta básica), como el aceite de palma y la leche, que no gravan IVA.

Por otro lado, están los productos procesados que sí gravan IVA, como galletas, pasabocas, café soluble, gaseosas, jugos de frutas, refrescos, gelatinas, aliños, mayonesa y salsa de tomate.

El presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (Anfab), Christian Wahli, explicó que, en general, la materia prima con la que trabajan, que se transforma en los productos terminados, no grava IVA.

Lo que sí lo hace son los empaques, las etiquetas, las asesorías y las máquinas.

“Las empresas que fabrican productos gravados con IVA podrán compensar ese IVA en el precio final con el IVA que deben pagar en su cadena de valor. Ahí no habría demasiado problema”, dijo.

Según cálculos preliminares de Anfab, en promedio, se prevé un aumento de 6 centavos en cada unidad producida con un IVA que sube del 12% al 15%.

“La diferencia de precios no pasa de los seis centavos. Evidentemente que es importante para un mercado popular, donde seis centavos son representativos. En el caso de la clase media, que normalmente es consumidora de marcas, sí se puede producir un primer momento de caída de las ventas formales y aumento de las ventas informales”, puntualizó Wahli.

Controles inservibles

El Gobierno, en provincias como Loja, ya ha iniciado controles de precios, con ayuda de militares y policías, con el fin de supuestamente frenar la especulación y evitar abusos.

Además, todo apunta a que se estaría preparando operativos masivos ante el miedo a una escalada de precios que afecte a un Gobierno popular.

Al respecto, Wahli puntualizó que todo “es un show para mostrar que algo están controlando. Esos controles jamás han funcionado. Se coge a uno, se lo sanciona y no pasa nada. Estamos acercándonos a la época electoral y algo de popular tiene que mostrar. Es una locura ocupar policía y militares en eso, en lugar de la lucha contra la inseguridad”.

En vez de perder tiempo y recursos en controles de precios, se debería, en primer lugar, parar la generación sin sustento de leyes y ordenanzas que traban la producción.

Andrea Robalino, pequeña empresaria de la industria alimenticia, pone como ejemplo la ordenanza de bienestar animal que se prepara en el Municipio de Quito.

Además, se debe hacer un gran esfuerzo de trabajo público privado para impulsar la digitalización del campo, la formación profesional de agricultores y el fomento para la creación de cooperativas productivas.

La meta final es tener un agro más productivo y eficiente, donde menos jóvenes se quieran ir. Más productividad y más personas empleadas, significan más oferta y mejores precios para los consumidores.

Sin embargo, Whali denunció que ni siquiera entre los ministerios de Producción y Agricultura, con influencia en la agroindustria, se pueden poner de acuerdo para tener un plan.

Caída del consumo

El mercado interno ecuatoriano lleva mucho tiempo deprimido, debido a los bajos ingresos y la alta informalidad. Esta realidad ya ha provocado que la industria alimenticia reduzca sus márgenes (absorba parte de los costos de producción) y ofrezca promociones y descuentos para mantener su clientela.

Eso mismo se continuará haciendo con la subida del IVA, es decir, ajustar procesos, optimizar costos, ofrecer promociones y subir precios lo menos posible.

La salida en medio de un mercado interno deprimido es la exportación, por eso son importantes los acuerdos comerciales que se han firmado y ratificado; además de los que se van a negociar.

En 2016, cuando el expresidente Rafael Correa impuso un aumento temporal del IVA del 12% al 14%, el consumo de los hogares cayó un -2,4%. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que el consumo ya había caído un -0,1% en 2015 debido al colapso del modelo estatista basado en los altos precios del petróleo.

Un escenario parecido se puede replicar en 2024, luego de un segundo semestre de 2023 en el que las ventas ya han venido cayendo.

La gente, en un primer momento, consume menos o se pasa a la oferta informal cuando suben los precios.

De la experiencia de 2016, también se puede colegir que la inflación repunta al inicio. Así, entre mayo y junio de 2026, la inflación pasó del 0,92% al 1,29% anual; pero luego cayó hasta el 0,32% en junio de 2017.

Según el abogado tributario, Napoleón Santamaría, la cuenta mensual de las familias, en productos con 0% de IVA, subirá máximo un 1%; mientras, en los productos y servicios con IVA, subirá máxima 2,6%. Si se gastaba antes $200, máximo se pagará $5,2 más. (JS)

Formalización de los informales

En el sector de alimentos hay mucha informalidad. En ciertas categorías, como cárnicos, huevos, lácteos y quesos, la informalidad sobrepasa el 60%.

Este es realmente unos de los puntos críticos si se quiere ayudar a que la industria mejore su capacidad económica y su oferta de productos.

El presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (Anfab), Christian Wahli, explicó que hay un grupo de informales que solamente buscan subsistir en medio de la falta de oportunidades; pero lamentablemente hay otro grupo creciente de informales que trabaja de la mano de las mafias.

“Hay problemas de informalidad con crimen organizado. Se debe emprender un trabajo duro para romper esos vínculos y formalizar a los informales, a través de capacitación y ayudándoles a conectar directamente con las industrias”, recalcó.

Actualmente, Wahli contó que la situación está lejos de estar controlada. Como ejemplo, citó que ha visto un video de “la entrada de un camión de cerdos desde Perú, resguardados por grupos armados, sin que la Policía pueda hacer algo”.

¿Por qué los industriales alimenticios apoyaron la subida del IVA?

El presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (Anfab), Christian Wahli, dijo que se apoyó la subida del IVA porque es un “impuesto muy democrático”

Primero, es un impuesto que paga el que consume. Segundo, paga más el que consume más. Tercero, la mayoría de los productos de la canasta básica no gravan IVA.

“Tenemos que pagar por la seguridad, La industria en general está apoyando el aumento del IVA porque es mucho mejor que otro invento impositivo”, dijo.

Sin embargo, Wahli lamentó que se hable mal de los industriales y el sector productivo en general, mientras que, cada vez que el Estado está mal, se les mete la mano en el bolsillo.

“Finalmente somos los financistas del Estado. Pasamos de unos impuestos excepcionales a otros. No es justo, pero no porque no queramos pagar o no vayamos a pagar; sino porque ni siquiera se reconoce nuestro aporte”, acotó

Lo que sí está haciendo desde la industria es buscar que se reduzcan las tasas de las autorretenciones que deben pagar mensualmente (anticipo del impuesto a la renta).

“Tienes categorías como los lácteos, con márgenes bajísimos. Si les pones tasas muy altas de autorretenciones mensuales, le provocas una afectación grave. Estamos buscando que se reduzcan los porcentajes de autorretención para liberar recursos para pagar mis proveedores apagando mis empleados”, concluyó Wahli.

Fuente: Diario La Hora

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