El gobierno observa ahora una reducción de la brecha de precios, aunque asegura que sigue existiendo una disparidad.
“Terminemos con esto. POR FAVOR. No nos va a quedar una sola industria abierta”, escribió en mayo el presidente de la Cámara de Industrias, Fernando Pache, en su cuenta de X. Su reacción fue a una noticia que informaba que el tránsito en el puente San Martín –que une las ciudades de Fray Bentos y Gualeguaychú– tenía largas filas de uruguayos que pretendían cruzar. Fue un hábito que se reiteró durante el 2023, cuando los uruguayos aprovecharon una Argentina barata por la diferencia cambiaria.
Desde que asumió Javier Milei, ese comportamiento comenzó a mostrar un cambio en la tendencia aunque la diferencia de precios sigue siendo amplia, según evalúan en el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) de Uruguay. La Dirección General de Impositiva (DGI) del país estimó que durante el 2023 se perdieron en el entorno de los USD 50 millones por el desvío del consumo.
“Estamos incorporando (en la proyección fiscal del ministerio) la menor brecha con Argentina en la medida que hemos mejorado un poquito respecto a lo que teníamos en los últimos escenarios. Le pedimos a la DGI que hiciera una medición estimada y con las dos metodologías utilizadas le dieron en el entorno de USD 50 millones que el país habría perdido de recaudar por el desvío del consumo”, declaró a Búsqueda la directora de Política Económica del MEF, Marcela Bensión.
“De todas maneras, somos conservadores: si bien mejoró mucho la diferencia de precios entre ambos países, todavía existe”, agregó.
Desde el cambio de gobierno en Argentina, los comerciantes de la frontera de Uruguay comenzaron a notar un aumento en sus ventas. La diferencia cambiaria entre los dos países se comenzó a reducir y, de a poco, cruzar los puentes internacionales para hacer las compras cotidianas deja de ser conveniente.
El Indicador de Precios Fronterizos que elabora la Universidad Católica del Uruguay (UCU) comenzó a reflejar esta reducción, según la publicación difundida a principios de mes. El informe concluye que “continúa el camino de la reducción de la brecha de precios”. El índice mide la diferencia entre Concordia y Salto, y su última versión muestra que la ciudad argentina “se vuelve cada vez menos barata en todas las divisiones”.
El 2023 fue un año “duro” para los comerciantes uruguayos, según lo definió el presidente de la Cámara de Comercio y Servicios (CCSU), Julio Lestido, en Búsqueda. “El tipo de cambio oficial aumentó, pero es cierto que también el uruguayo quiere ir a la playa, entonces, ese aluvión de todos los meses a Argentina empieza a estabilizarse”, explicó.
“Se empezó a amortiguar el impacto de las compras de uruguayos en Argentina. Hay que esperar: por ahora lo que nos marcan los números es que tuvimos una desaceleración”, agregó el representante de los empresarios.
En el año, las ventas del sector comercial y de servicios se contrajeron un 2% en valores reales comparados a 2022.
Lestido sostuvo que, ahora, la gremial debe apuntar a encontrar la “mejor manera de contrarrestar” o de evitar que se “agrave” el alto nivel de informalismo que el abaratamiento de Argentina provocó en los últimos años.
Durante el año, hubo 3,9 millones de viajes de uruguayos hacia Argentina, lo que representó un 80% de las salidas al exterior. Los uruguayos gastaron USD 1.200 millones en el país vecino, su estadía promedio fue de 4,4 días mientras que el gasto medio fue de USD 321.
“Para muchos, hacer esa escapada era una obligación”, reconoció el ministro de Turismo de Uruguay, Tabaré Viera, cuando presentó los datos.
Los uruguayos sacaron ventaja de una cotización favorable del dólar para comprar ropa, productos de farmacia, insumos para el auto y hasta para hacerse cirugías estéticas. Hubo días en los que los puentes internacionales registraron filas de hasta 8,5 kilómetros.