Las bajas voluntarias ascienden hasta el 13% del total en 2023 frente al 8,5% de 2019. Las causas van desde cambios de trabajo para mejorar las condiciones laborales y salariales a temporalidad encubierta o a problemas de salud mental de origen laboral.
El número de personas con empleo se encuentra en cifras récord tras recuperarse del desplome de la pandemia y la temporalidad contractual ha caído, aproximándose más a la media europea, como consecuencia de la reforma laboral de 2022. No obstante, esta mejora en la cantidad del empleo y en la estabilidad (al menos formal), no parece haber repercutido en una mayor permanencia en los trabajos: las bajas voluntarias han aumentado un 42,4% en los dos últimos años y cada vez es más frecuente trabajar a la vez que se busca otro empleo.
Según los datos de la Tesorería General de la Seguridad Social, el número de bajas de 2023 es inferior al de 2019, el último año antes de la pandemia, a pesar de que hay 1,4 millones de personas más afiliadas al Régimen General. Sin embargo, las bajas de la Seguridad Social por renuncias del propio trabajador han pasado de suponer en 2019 un 8,5% del total a un 13,1% en 2023. Se desplomaron en 2020 por la pandemia y alcanzaron cifras similares a los años anteriores en 2021, pero han repuntado con fuerza desde entonces.
El informe trimestral del mercado de trabajo de Fedea y BBVA Research publicado este jueves pone el foco en estos datos y señala dos hipótesis detrás del aumento. La primera apunta a la insatisfacción con el trabajo y a la reforma laboral de 2022. Los abandonos voluntarios de los trabajadores indefinidos se han multiplicado por cuatro entre 2021 y 2023 y esto se debe, según explican los autores, a un “efecto composición”: los contratos indefinidos siempre han tenido “mayor proporción de bajas voluntarias” y al haber aumentado con la reforma laboral, también han impulsado las bajas.
Según esta explicación, varios puestos de trabajo que antes tenían contratos temporales pasaron a ser indefinidos con la reforma, pero este hecho “no significa que la satisfacción del trabajador con el puesto de trabajo haya mejorado”. Los cambios de empleo con la finalidad de mejorar la situación laboral terminarían ahora con abandonos voluntarios indefinidos, mientras que antes se hacían con ceses de contratos temporales.
“Los despidos y los abandonos voluntarios ocurren en el primer año porque tanto trabajadores como empresas no están contentos con lo que han contratado”, ha señalado durante la presentación del informe el economista Florentino Felgueroso. Otro dato relacionado es que los trabajadores que están buscando otro empleo han alcanzado máximos de los últimos 20 años: un 8,5% de los asalariados en 2023, según la EPA, lo que equivale a 1,5 millones de trabajadores. El Banco de España también ha detectado un aumento de los cambios de empleo para mejorar condiciones laborales y eso ha repercutido en 2023 en una subida de los salarios.
La segunda hipótesis es que algunos de los abandonos voluntarios o dimisiones “no sean en realidad tan voluntarios”, si la relación laboral tiene “una duración determinada acordada” de manera informal entre la empresa y el trabajador, aunque el contrato sea indefinido. De hecho, el aumento de las bajas por abandono voluntario de los fijos discontinuos (antiguos temporales) supuso el 24% del aumento de las bajas voluntarias de los contratos indefinidos totales.
Un tercer factor no mencionado por el informe de Fedea, pero relacionado con su primera hipótesis, es el de la dimisión voluntaria por problemas de salud mental ocasionados en el trabajo. Este hecho se relaciona con una deficiente prevención de riesgos laborales psicosociales y según un reciente informe de UGT, ya hay sentencias que así lo reconocen. Es el caso de la emitida el pasado 17 de agosto de 2023 por el juzgado de lo social número 2 de Vitoria, según la cual dos trabajadores sanitarios dimitieron tras periodos de ansiedad y estrés continuados provocados por “sobrecarga laboral deliberada y continua en el tiempo”. En consecuencia, el juzgado condenó al centro sanitario empleador a pagar dos indemnizaciones por importe superior a 61.000 euros.
El 58% de los que dimite tarda dos meses o más en volver a trabajar
Más allá de los motivos que llevan a la baja voluntaria, Fedea analiza qué tipo de relaciones laborales tienen seguidamente después las personas que usan esta fórmula. A partir de los datos de la Muestra Continua de Vidas Laborales de 2022 concluyen que el 57,8% de quienes renuncian tardan dos meses o más en incorporarse a un nuevo empleo y solo el 27,3% mejora el grupo de cotización en el nuevo trabajo. Hasta un 36,2% lo empeora y el resto (36,5%) se mantiene. Los grupos están ligados a tramos salariales, por lo que los más altos implican más salario, aunque se pueden producir aumentos salariales sin cambiar de grupo.
“Hay un peso muy importante de personas que parece que no mejoran —tras la dimisión—. Tenemos varias hipótesis y no hay que descartar ninguna”, ha señalado Felgueroso indicando que será necesario un análisis científico más riguroso para explicar completamente el aumento de las bajas voluntarias.
Fuente: Infobae