En entrevista con KCH FM Radio y KCH TV, el Econ. Jaime Carrera, secretario del Observatorio de la Política Fiscal, analizó la proforma presupuestaria 2024.
El presupuesto es un tema inminentemente técnico, pero, además de ser técnico, es el núcleo de la administración de un Gobierno y de la administración de un país.
Alrededor de las cuentas públicas gira lo que un Ecuador puede hacer para su bienestar o su malestar. Es el núcleo central del manejo de la economía de un país y de lo que tiene que hacer para progresar.
El presupuesto se compone de dos partes fundamentales: ingresos y gastos.
Si un Estado gasta más de sus ingresos tiene déficit, y a parte de eso tiene que pagar amortizaciones de deuda pública tanto interna como externa.
¿Qué son las amortizaciones?
Amortizaciones son el pago de capital de deuda de años anteriores que se adquieren cuando hay déficit y el Estado pide préstamos. Aquellos hay que pagarlos durante su vigencia. El capital del pago de esos préstamos son las amortizaciones de la deuda pública.
Cuando se analiza un presupuesto hay que mirar estos dos componentes: el nivel de déficit y el pago de amortizaciones, que son dos cosas completamente diferentes.
DÉFICIT
En la proforma de este año se presentó un presupuesto con un déficit de $4.800 millones. Esto significa que los gastos superan a los ingresos.
Aparte del déficit, se tiene que pagar $4.800 millones de amortizaciones de la deuda pública. Además, el presupuesto no contempla los atrasos en obligaciones del Gobierno de años anteriores.
En 2023 las deudas del Gobierno bordearon los $4.600 millones. Ese rubro no está en el presupuesto y hay que pagarlo.
Tampoco están contemplados los certificados de tesorería (Cetes) de $2.400 millones, ni los $4.600 millones de los famosos convenios de liquidez.
Carrera mencionó que todo esto debería estar en el presupuesto pero, tristemente, no está. El Tesoro de la nación tiene que hacer a nivel de caja estos pagos y requerimientos.
En este momento el Gobierno ya ha pagado ciertas deudas del año anterior de las cuales no se conoce el norte. Este año se sigue acumulando deudas: $1.400 millones en deudas acumuladas de enero y febrero.
«Lamentablemente esta es la mecánica de unas cuentas públicas que lucen inmanejables, que no son del todo transparentes y en las que el presupuesto público no se refleja todo», declaró.
Lo que quedó por fuera de pagar el año pasado fueron $4.600 millones, más $2.400 millones de Cetes y otros $4.600 de fondos.
Necesidades de financiamiento
Están dadas por el déficit ($4.800 millones), amortizaciones ($4.800 millones), cuentas por pagar ($4.600 millones).
Esos tres rubros suman $14.000 millones de necesidades brutas de financiamiento. Si adicional a eso se agrega $2.400 millones de cetes y los $4.600 millones de los fondos de liquidez, las necesidades brutas de financiamiento son de $20.000 millones.
Entonces, en la proforma están contemplados $4.800 millones de déficit, pero en los ingresos se tiene algunos rubros que, técnicamente, están considerados Impuesto a la Renta, como los $973 millones de autorretención de impuestos a empresas y la banca adelantados del año 2025. Si se excluye estos $973 millones, el déficit real de la proforma, técnico, bien calculado es de $5.800 millones.