Giancarlo Loffredo, posicionado como ministro de Defensa en el gabinete del presidente Daniel Noboa, es la persona que encabeza las operaciones de las Fuerzas Armadas para combatir al terrorismo y al crimen organizado en Ecuador, además de ejecutar el Plan Fénix propuesto por el Gobierno.
Desde el 9 de enero, el día en que se declaró un conflicto armado interno en el país, el Ministerio de Defensa ha presentado resultados periódicos. Hasta el 6 de febrero se contaban 75.302 operativos y 110 operaciones contra grupos terroristas, entre otras cifras.
Esta guerra, como la describe Loffredo, tendría un alto costo: “Todo enfrentamiento trae consecuencias económicas, psicológicas, físicas, legales, y en este caso va a haber consecuencias económicas”, comentó esta mañana, en una entrevista con el programa Así amaneció, transmitido por Radio City (89.3 FM en Guayaquil).
“No sabemos cuál va a ser el costo de esta guerra que estamos librando, sabemos que va a ser un costo alto, y no sabemos cuánto tiempo va a durar y tenemos que ser capaces de sostener esta lucha en el tiempo”, enfatizó.
Principalmente, estas consecuencias económicas recaen en el costo de logística, de movilización, del sostenimiento de un conflicto armado, afirmó el ministro. Por eso, indicó que “es muy necesario que cualquier medida que quiera adoptar el presidente, como ciudadanos estemos listos a adoptarlas”.
Cooperación estadounidense
Las Fuerzas Armadas del Ecuador no se enfrentarían solas al conflicto armado interno. Tres acuerdos bilaterales fueron firmados en enero con Estados Unidos para la cooperación militar aérea y marítima con fines de combate al crimen organizado y los delitos conexos.
Estos acuerdos implican financiamiento, datos de inteligencia, información, capacitación, control y comunicaciones, soporte logístico, entre otros.
“Con Estados Unidos tenemos muchos acuerdos de entendimiento. Hemos recibido ayuda de equipamiento, recibimos mucha colaboración en temas de capacitación, en trabajo conjunto de inteligencia, en compartir la inteligencia”, aseguró Loffredo.
Sin embargo, también “es muy importante compartir inteligencia con todos los países que se ven involucrados en esta cadena de crimen. Entre esos no solo Estados Unidos, sino nuestros países vecinos como Perú y Colombia”, agregó el funcionario.
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Al ser cuestionado sobre qué es lo que Ecuador da a cambio por la cooperación internacional, Loffredo respondió: “¿Qué más puede dar Ecuador al mundo que este combate contra el narcotráfico, el terrorismo y el crimen organizado transnacional que afecta a todo el mundo?”.
Las operaciones de las Fuerzas Armadas en las cárceles
Actualmente, 9.000 efectivos de las Fuerzas Armadas se encuentran en presencia permanente en los operativos del Plan Fénix. Uno de los ejes de este plan es el control de las cárceles, identificadas como centros de mando de grupos de crimen organizado.
Según el ministro de Defensa, los militares se encuentran presentes y con control total en diez centros de privación de libertad, los más conflictivos. Mientras que en otras cárceles no tienen presencia permanente, pero ingresan para realizar controles de armas, explosivos y municiones.
Loffredo explicó que “la idea es ir poco a poco retirando la presencia de las Fuerzas Armadas” en las cárceles, pero “muy probablemente se queden en ciertas funciones de control de ingresos a las penitenciarías conflictivas”. Esto funcionaría una vez que se fortalezca el SNAI, la entidad que maneja estos centros penitenciarios.
“A cargo del SNAI hemos puesto un general que es un héroe de guerra”, dijo Loffredo, refiriéndose a Luis Zaldumbide. “Él está liderando este proceso de transformación del SNAI y fortalecimiento”.
“Recordemos que las cárceles eran los centros de mando, los cuarteles de estos grupos de terroristas o crimen organizado. Desde ahí ellos lideraban operaciones de sicariato, de narcotráfico, de secuestros, de extorsiones, entonces al tomar control de esos cuarteles es una pieza clave en este combate que tenemos contra el terrorismo”, señaló el ministro.
Fuente: El Universo
