La grave sequía que padece Barcelona y su área metropolitana ha conducido a las autoridades a declarar la primera fase de emergencia.
El gobierno regional catalán declaró el jueves (1.2.2024) la fase de emergencia en Barcelona y su área metropolitana por la sequía histórica que padece gran parte de esta región. Las reservas de agua se encuentran en niveles críticos.
La decisión, anunciada por el presidente del gobierno regional catalán, Pere Aragonès, implicará nuevas restricciones para unos seis millones de personas, especialmente para los usos relacionados con la agricultura, la ganadería y la industria.
«Cataluña está padeciendo la peor sequía del último siglo. Desde que se tienen registros en el ámbito pluviométrico no habíamos afrontado nunca una sequía tan larga y de tanta intensidad», dijo Aragonès en una rueda de prensa en Barcelona.
Con más de tres años con precipitaciones por debajo de lo habitual, las autoridades habían anunciado que se declararía la emergencia en esta zona en cuanto el nivel de los embalses bajara del 16 por ciento, algo que ha sucedido en los últimos días.
La entrada en la primera etapa de la fase de emergencia, de las tres que hay previstas, implicará un aumento de las restricciones, especialmente para el riego agrícola, que deberá restringirse en un 80 por ciento, mientras que los usos ganaderos deberán recortarse en un 50 por ciento y los industriales en un 25 por ciento.
Prohibido el riego
También se descenderá el umbral de consumo permitido en 202 municipios afectados, la mayoría en la provincia de Barcelona y el sur de Girona. Las localidades que lo superen, podrán registrar bajadas en la presión del agua y sanciones.
En esta fase se prohíbe el riego, excepto en caso de supervivencia para los árboles y jardines públicos y siempre con agua no potable, el rellenado de piscinas, menos en los equipamientos deportivos públicos con medidas de ahorro, y se debe limitar al máximo las duchas en instalaciones deportivas.
Si las reservas siguen bajando, se avanzará entonces a las dos siguientes fases, que implican restricciones todavía más severas en el umbral de consumo, así como el cierre total de duchas en los gimnasios o el riego de campos de césped incluso federados.
