El comportamiento de la constitución de las compañías ha tenido un incremento dadas las facilidades para crearlas, sin embargo, se debe considerar un aspecto importante, la sostenibilidad de las empresas, en donde el entorno económico tiene un rol fundamental y está ligado con la seguridad, lo cual se ha visto afectado en las últimas semanas.
En el 2023 se constituyeron 20.633 compañías, mientras en el 2022 fueron 19.668, y si es que se mira más atrás, en el 2021, la cifra fue de 16.524; en el 2020, 10.962; en 2019, 10.019; en 2018, 8.943; y en 2017, 8.252, según datos de la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros, en los cuales están incluidas las empresas que fueron constituidas de manera presencial y electrónica en las dos modalidades, la tradicional y de la Sociedad por Acciones Simplificadas (SAS), esta última fue habilitada desde mayo del 2020.
De acuerdo con el reporte de la Superintendencia de Compañías, en el 2023, el mes en el que más se constituyeron las empresas fue marzo, en total, 1.951, que se dividen en 18 ramas, de las cuales en la que más predominó fue en comercio al por mayor y menor con 464, seguida por actividades profesionales, científicas y técnicas (284), y construcción (242).
Constitución de las compañías en el 2023:
Meses Total
Enero 1.836
Febrero 1.510
Marzo 1.951
Abril 1.484
Mayo 1.912
Junio 1.920
Julio 1.766
Agosto 1.908
Septiembre 1.737
Octubre 1.582
Noviembre 1.603
Diciembre 1.424
Con respecto a lo opuesto, en el 2023, la entidad indicó que 3.901 empresas tradicionales se encuentran en estado de disolución y cancelación. Así también, por el lado de la SAS, 2.464 están entre las disueltas y canceladas. Entre las dos suman 6.365. En tanto que en el 2022, el cierre fue de 12.278 empresas, 27.534 en el 2021 y 2.069 en el 2020, según lo indicado por Marco López, superintendente de Compañías, en una entrevista con este Diario en marzo del 2023.
Marco López, superintendente de Compañías: El mayor golpe se registró en 2021, cuando se cerraron más empresas que las que se abrieron
Para realizar una interpretación a los datos, el analista económico Hanns Soledispa retrocede a mayo del 2020, pues desde ese año hay una facilidad para la creación de empresas, que en la práctica es legalización de empresas. “Ecuador está lleno de emprendedores, microempresarios, comerciantes informales, pero a partir de mayo del 2020 se aprueba la creación de las SAS, que es un mecanismo para crear una empresa en muy pocos días, en algunos casos hasta en unas pocas horas, que no se requiere el uso de abogados y tampoco de un capital elevado”, explicó.
En ese sentido, dijo que cuando se simplifican los trámites se facilita la formalización y eso es lo que ha ocurrido en estos últimos años.
Según la Superintendencia de Compañías, en el 2023 de manera física se constituyeron 3.702 SAS, mientras que de manera virtual 14.127, lo que refleja un crecimiento con respecto a los otros tres años, que registran los siguientes datos:
2022: presencial (5.004) y electrónicamente (10.958)
2021: presencial (4.337) y electrónicamente (6.906)
2020: física (3.395) y electrónicamente (794)
Soledispa señaló que gran parte del crecimiento de constitución de compañías se debe a las SAS, sin embargo, hay una desaceleración de manera general. “Si bien es cierto sigue creciendo la creación de empresas por las facilidades que otorgan los mecanismos de constitución de las SAS, cada vez el impacto o el boom que significó en su momento con esta modalidad se va desinflando un poquito al no haber estos incentivos de una economía con un entorno que ayude a tomar esa decisión al emprendedor de formalizar su negocio o de crear uno nuevo, ese fenómeno en estadística se conoce como desaceleración”, explicó.
Un criterio similar tiene el analista económico Jorge Calderón. Indicó que, en efecto, según los datos, se muestra una desaceleración en la constitución de empresas, para lo cual revisó las cifras desde el 2017. Dijo que excluyendo el 2020, un año bastante atípico por el asunto relacionado con la pandemia, en el 2021 se tuvo una recuperación del 50 %, con lo cual de alguna forma se recupera “el terreno perdido, llegando a la relativa normalidad”, pues se da la flexibilización a las restricciones por el COVID-19 y en consecuencia hay un repunte económico que va de la mano con el crecimiento de la economía, “de cierta manera el efecto rebote″.
En el año siguiente, en el 2022, de acuerdo con Calderón, tiende a estabilizarse con lo cual es muy aproximado a lo del 2019, sin embargo, cae “abruptamente” en el 2023 la creación de compañías. Con respecto al cierre de las empresas, Calderón indicó que se muestra un aumento importante en el 2023, que ha sido influido por la situación económica, la inestabilidad política, los estados de excepción, la inseguridad, etc.
Por su parte, Soledispa indicó que pese a que se den las facilidades para que se constituyan las empresas para que se duplique, triplique la creación, lo que realmente se debe considerar es la sostenibilidad. “Podemos crear muchísimas empresas, pero luego esa sostenibilidad de que esa empresa se va a quedar en el mercado operando es otra cara de la moneda”, enfatizó.
Y para que esa operación se dé, Soledispa señaló que dependen dos factores. El primero, la visión de negocios y la forma de trabajar del emprendedor, mientras que el segundo es un entorno económico que brinde seguridad, confianza al consumidor, que haya estabilidad tributaria, laboral, es decir, una serie de factores que dependen en gran medida de las políticas públicas.
En ese contexto, agregó que a medida que se pueda mejorar el entorno para los empresarios y los emprendedores se puede asegurar “un poco la sostenibilidad y ya no hablar de empresas que se cierran, sino que más bien cada vez el saldo sea mucho más positivo y sostenible en el tiempo de que las nuevas empresas que se crean estén muy lejos de las empresas que se vayan cerrando por las razones que sean”.
Calderón también hace referencia a la situación de inseguridad. “Estamos hablando en gran medida de negocios pequeños, emprendedores, que son los que se ven bastante afectados con este tipo de situaciones y que deja ver que no hay una sostenibilidad en el crecimiento de la economía como para garantizar que se constituyan empresas, que las mismas perduren en el tiempo, que se genere empleo, entre otros aspectos”, dijo.
La seguridad es uno de los temas en los que se deben trabajar, pues el resultado de la falta de seguridad, según Soledispa, tiene dos consecuencias. Por un lado, los negocios que se cierran, “porque simplemente no quieren lidiar con las extorsiones y la delincuencia”, lo cual es un efecto negativo, ya que el cierre de una empresa “es una muy mala noticia para la economía del país y para la sociedad” porque significa “menos ventas, así como menos empleo y producción”.
Y por otro lado, es que hay emprendedores y empresarios que tienen en pausa la idea de invertir o hacerlo formalmente y lo que hacen es esperar a que la “situación se calme, que la situación del país mejore un poco para poner su negocio”. (I)