El presidente Joe Biden avanza hacia la nominación del Partido Demócrata. El expresidente Donald Trump podría comenzar a obtener la aprobación de su partido en unos días.
La respuesta de Estados Unidos: esto no puede estar sucediendo.
Aun cuando ambos hombres se dirigen hacia una probable coronación en el verano y a una revancha en el otoño, hay un trasfondo de incredulidad que recorre el país. Muchos republicanos consideran a Biden como alguien tan débil en términos políticos y físicos, que creen que su partido lo sustituirá. Muchos demócratas no pueden imaginar que Trump pueda ganar otra nominación al mismo tiempo que enfrenta 91 cargos por delitos graves y cuatro juicios penales.
Esta incredulidad —que va de una duda casual a la negación conspirativa— se ha ocultado tras un año de encuestas que muestran un estado de ánimo muy sombrío entre la población, y la misma ha surgido en docenas de entrevistas durante las últimas dos semanas, así como en declaraciones recientes de los candidatos y analistas políticos.
“Harán un cambio de último minuto”, dijo acerca de los demócratas David Lage, un misionero republicano de Spring Hill, Iowa. “Han intentado casi cualquier otro truco sucio”.
Paige Leary, de Exeter, Nuevo Hampshire, una independiente que votó por Biden en 2020 y por los demócratas en las elecciones presidenciales anteriores, también cuestionó si Trump sería el candidato republicano.
“El jurado está deliberando”, comentó. “No sabemos lo que sucederá legalmente con Trump”.
Estos puntos de vista tan contrastantes reflejan que las dudas sobre Biden y Trump tienen orígenes diferentes en cada partido.
Para los republicanos, la pérdida de confianza en el sistema político es el tema predominante. El partido tiene casi una década viviendo en la era de Trump, y la desinformación y las ideas conspirativas sobre la salud de Biden y la conspiración demócrata para remplazarlo abundan en los medios noticiosos conservadores y el mundo político en general. Una teoría favorita, y totalmente infundada, es que Michelle Obama tomará su lugar en un golpe de Estado demócrata.
Por su parte, los demócratas están consumidos por una esperanza desgarradora de que Trump no sea el candidato. Están cruzando los dedos para que sus juicios penales o intentos de inhabilitarlo para el cargo mediante la decimocuarta enmienda lo saquen de las votaciones. La mayoría alberga pocas esperanzas de que su nominación pueda arruinarse; simplemente se están aferrando a la creencia de que un hombre que aborrecen desaparezca de algún modo.
En el medio, sin ninguna posición asumida, también hay más electores ocasionales que todavía no prestan atención a unas elecciones que están casi a un año de distancia pero creen que es seguro que el país encuentre a alguien nuevo.
“La gente de ambos partidos en verdad le tienen antipatía al posible candidato del otro”, señaló Charles Franklin, director de la encuesta de la Escuela de Derecho de la Universidad Marquette. Franklin comentó que había escuchado a tantas personas insinuar que tanto Trump como Biden serían desplazados, que incluyó una pregunta al respecto en la encuesta que está realizando este mes.
“Los electores que piensan: ‘Dios mío, no repitamos lo de 2020′, se darán cuenta de que estamos viendo otro episodio”, explicó Franklin. “Los mismos personajes y una trama parecida. Hay que acostumbrarse”.
Los datos internos de la campaña de Biden han revelado que casi las tres cuartas partes de su llamado universo electoral específico no cree que Trump sea el candidato republicano. Esos electores son un conjunto amplio de estadounidenses que no están conectados con las noticias y en la actualidad no apoyan la reelección del presidente, pero la campaña cree que se les puede convencer de apoyarla.
Pero Biden y su equipo se están enfrentando a una andanada de especulaciones descabelladas por parte de los republicanos.
“Yo, en lo personal, no creo que lo logre”, el mes pasado comentó Trump acerca de Biden en Fox News. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, insinuó en un evento de Fox News en el ayuntamiento la semana pasada que es posible que los demócratas “lo sustituyan por alguien más”.
La comentarista Megyn Kelly planteó la teoría sobre Obama en su pódcast de la semana pasada y la presentadora de derecha, Tomi Lahren, dijo en su programa de internet el miércoles que los demócratas lo sustituirían por el gobernador de California, Gavin Newson.
“Yo sigo pronosticando —como lo he hecho durante más de dos años— que Michelle Obama será la candidata presidencial del Partido Demócrata para 2024″, publicó Roger Stone, un antiguo asesor de Trump, en las redes sociales una semana antes del caucus de Iowa.
Pese a que Obama ha descartado que tenga algún interés por la presidencia, OddsChecker, una casa de apuestas en internet, el viernes le dio casi las mismas probabilidades de ganar las elecciones presidenciales que Nikki Haley, la exgobernadora de Carolina del Sur que quedó en tercer lugar en Iowa el lunes; ambas quedaron detrás de Trump y Biden. Este sitio colocó a Newson en quinto lugar, muy por delante de DeSantis.
Muchas de estas creencias provienen de la derecha inspirada por Trump, la cual ha traficado de todas las maneras posibles con afirmaciones falsas acerca de las elecciones de 2020 y está dispuesta a creer que esta situación volverá a ocurrir en 2024. La idea general y extraña es que el Partido Demócrata está actuando según los caprichos del “Estado profundo” y ya ha elaborado su plan para sustituir a Biden.
(EFE)Además, hay teorías conspirativas dentro de las teorías conspirativas.
Varios republicanos entrevistados en paradas recientes de la campaña presidencial repitieron una mentira antitransgénero de hace una década sobre Obama, difundida por el desprestigiado teórico de la conspiración, Alex Jones.
“Creo que Michelle Obama — o Michael Obama — será la elección de los demócratas”, señaló Sue Grove, una secretaria procedente de Van Meter, Iowa, que trabaja para legisladores republicanos en el Capitolio del estado de Iowa y apoyó al emprendedor Vivek Ramaswamy para la presidencia antes de que se retirara. “También he oído rumores sobre Oprah. No veo manera de que Biden entre de nuevo”.
Los círculos de la extrema derecha en internet también están plagados de teorías infundadas en que los demócratas podrían provocar una muerte prematura del presidente de 81 años. Grove aludió a esa idea de manera siniestra: “Bueno, hay muchas muertes sospechosas de demócratas, muertes repentinas”, comentó. “Hay muchos suicidios, ¿verdad?”.
Ningún demócrata destacado ha discutido la posibilidad de que Trump no vaya a ser el candidato republicano. De hecho, según sus asesores, una parte del problema inmediato de Biden en las encuestas es que los electores a quienes no les gusta Trump no se han dado cuenta de lo probable que es que él gane la candidatura.
La izquierda, preocupada por la posibilidad de una segunda presidencia de Trump, está recurriendo al sistema jurídico para evitarlo, con la esperanza de que los fiscales pongan un alto a su ofensiva política. O si no es un jurado penal, entonces la Corte Suprema, misma que los demócratas esperan que confirme las decisiones de dos estados de excluir a Trump de las votaciones en virtud de la decimocuarta enmienda.
“Parece que hay una decepción colectiva con respecto a Trump”, comentó Bill Schafer, un ejecutivo en energías renovables de Boulder, Colorado, que se calificó como un exrepublicano que votó por Biden en 2020. Señaló que no había podido aceptar que los republicanos nominen a Trump.
“Encendí Fox News para ver ‘How does it feel to live in this world?’” comentó. “Se trata de una combinación de The National Equirer y la lucha libre profesional. Si se puede creer en esas dos cosas, entonces MAGA es pan comido”.
En realidad, es primordial para la estrategia electoral de Biden convencer a los electores de que Trump estará en las votaciones en noviembre. Los funcionarios de campaña afirman que su posición política mejorará una vez que se establezca la realidad de la probable nueva nominación de Trump con los electores que no sigan la contienda con mucha atención.
“Esto no es hipotético”, señaló Ammar Moussa, un vocero de la campaña de Biden. “El presidente espera pasar los próximos diez meses recordándole al pueblo estadounidense lo peligroso que es Trump y su agenda MAGA”.Y también están los electores que siguen deseando que exista cualquier otra contienda para 2024.
Yoram Ariely, un demócrata adinerado que está retirado de la importación y exportación de concentrados para jugos de fruta, se dio a la tarea de encargarle a SurveyUSA una encuesta en octubre para preguntarles a los electores si preferirían que Biden renunciara a su campaña presidencial y contendiera para la vicepresidencia.
Con esa pregunta sesgada e inverosímil, la encuesta reveló que entre 1024 demócratas, el 69 por ciento creía que a Biden le iría mejor si tratara de recuperar el cargo que tuvo durante ocho años cuando Barack Obama fue presidente.
Fuente: Infobae