Petroecuador no declarará la emergencia en la Refinería de Esmeraldas pese a que la anterior administración había emitido comunicaciones en el sentido de que este importante activo de Petroecuador estaba al borde del colapso.
El 11 de diciembre, el ahora exgerente de Refinación Johnny Alejandro Castillo Vivar le había enviado una comunicación al exgerente general Reinaldo Armijos pidiéndole la declaratoria de emergencia debido al mal estado de los sistemas de generación eléctrica interna, torres de agua de enfriamiento, red contraincendios, tratamiento de aguas y efluentes, almacenamiento y transferencia. Sin embargo, estas advertencias no habrían tenido sustento para una declaratoria de emergencia.
Así, cobra fuerza la teoría de algunos entendidos de que lo que se buscaba era generar un momento complejo para aplicar la emergencia y hacer contrataciones directas, con posibles riesgos de sobreprecios.
Según un criterio jurídico emitido por el procurador de Petroecuador, el 4 de enero pasado, los juicios emitidos tanto por el exgerente de Refinación Castillo como por el exgerente general Armijos no tenían el sustento necesario. “Con base en la normativa aplicable citada en el criterio jurídico sobre la declaratoria de emergencia de la Refinería Esmeraldas emitida por el procurador de la administración anterior y de acuerdo con los datos registrados en relación a la capacidad operativa de la refinería y metas operacionales, no se sustenta la declaratoria de emergencia en Refinería Esmeraldas”, indicó la empresa.
De manera puntual, el análisis jurídico indica que las advertencias que constan en el Memorando n.º PETRO-REF-2023-1464-M “obedecen a incumplimientos en la planificación de los paros programados de mantenimiento y la falta de adquisición oportuna de repuestos”. Los problemas presentados serían más bien originados en los procesos de contratación pública. En este sentido, la empresa está gestionando una solución al respecto.
Además señala que en el caso de la Refinería Esmeraldas, la demora en los procesos judiciales establecidos sobre varios contratos no permite intervenir los equipos para concluir su montaje o terminar su reparación, por ejemplo, en los clarificadores de efluentes.
Adicionalmente, la empresa indica que la directriz de la Gerencia General es gestionar de manera eficaz los paros programados para que se cumplan en los tiempos y fechas establecidos, de acuerdo con el Plan Operativo Anual.
Sin embargo, la declaración de Procuraduría demuestra que hubo falta de cumplimiento de las paras planificadas, lo que habría también generado, al menos en el año 2023, gastos extras por 248 millones en importación de combustibles, según lo había calculado Darío Dávalos, experto en temas de energía.
En todo caso, la producción de derivados en este momento se acerca a niveles normales. La unidad de Crudo 1, cuya meta operativa es del 90 %, se encuentra en un 84 %. En cambio la Unidad de Crudo 2 y FCC, cuya meta era estar en 90 % y 80 % respectivamente, lo están cumpliendo. Según Petroecuador, las cifras muestran que la única planta operando con una diferencia menor a la programada, equivalente al -6,7 %, es la unidad de Crudo 1 de Refinería Esmeraldas, debido a daños en los intercambiadores de calor. Actualmente ya se está gestionando su reparación.
EP Petroecuador despachó en 2023 un total de 3.723 millones de galones de combustibles desde sus terminales de productos limpios y refinerías a escala nacional.
Respecto al gas licuado de petróleo (GLP), la empresa pública despachó un total de 1.322 millones de kilogramos. Este producto se vende al público en bombonas de 15 kilogramos para el sector doméstico, de 15 y 45 kilogramos para el sector industrial, de varias especificaciones y de acuerdo con los dispositivos instalados en los automotores para el sector vehicular y al granel para el sector agroindustrial. (I)
Fuente: El Universo