Preocupación en Uruguay por la baja cantidad de graduados entre los estudiantes de la universidad pública

Los datos del 2023 confirman una estadística que en el gobierno buscan revertir. La brecha entre la universidad estatal y las privadas se amplió en 10 años.

Hace una década, el politólogo Gustavo De Armas afirmó que en Uruguay había una “revolución” universitaria que seguía los pasos “de los países desarrollados”. La diferencia entre las instituciones privadas y la estatal Universidad de la República (Udelar) no estaba tan marcada, pero 10 años fueron suficientes para que las tendencias cambiaran.

El anuario estadístico del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) –consignado este miércoles por El Observador– confirmó una tendencia que las autoridades educativas conocen “hace años”: que el porcentaje de egreso en la Udelar es “extremadamente bajo” y la brecha con las universidades privadas se volvió a agrandar. Ahora, desde el gobierno buscan revertir esta estadística.

En las universidades privadas se gradúan el 55% de los estudiantes cinco años después de haber iniciado una carrera de grado; en la institución pública, sin embargo, lo hace el 25%. Hace una década, cuando De Armas hablaba de una “revolución” universitaria, la brecha entre los dos sectores era de 15 puntos porcentuales.

Las autoridades no solo están preocupadas por la distancia con las instituciones privadas, sino también por el nuevo rol que ocupan las universidades, que pasaron a ser la nueva secundaria, según consigna el medio uruguayo. A diferencia de otras épocas, ahora el título universitario solo sienta las bases del conocimiento y la orientación laboral se define en un posterior posgrado.

La prorrectora de Enseñanza de la Udelar, Estela Castillo, explicó que la diversidad de los estudiantes es cada vez mayor en la universidad estatal y que cada uno necesita “una atención” especial para abordar esas diferencias. Se refiere a que la mitad de los estudiantes universitarios son los primeros en la familia en tener formación terciaria.

La sede central de la Universidad de la República, en Montevideo (Udelar)La sede central de la Universidad de la República, en Montevideo (Udelar)

Una posible explicación es que hay algunas profesionales, como las de la licenciatura en Comunicación o Humanidades, que no exigen el título para ejercer. Muchos estudiantes, entonces, no terminan la carrera y empiezan a trabajar antes.

Un estudiante de Historia, Filosofía o Antropología debería graduarse en cuatro años. Sin embargo, la mitad de los que se recibieron antes de la pandemia lo hicieron en ocho. En la carrera de Medicina pasa lo contrario: sin el título no se puede ejercer y, por tanto, un médico se gradúa antes que un egresado promedio de la Facultad de Comunicación.

El rector de la Universidad Católica del Uruguay (UCU), Julio Fernández, declaró a El Observador que el país estaba rezagado en cuanto al tiempo de graduación de los estudiantes.

“Los estándares internacionales sostienen que la inmensa mayoría de los estudiantes debería acabar las carreras en el tiempo justo que las mismas duran. Y se refieren a un estudiante normal, no brillante. Pero en Uruguay, tanto las universidades públicas como las privadas, veníamos muy rezagados”, admitió.

Sede central de la Universidad Católica del Uruguay, en MontevideoSede central de la Universidad Católica del Uruguay, en Montevideo

Para revertir esta tendencia, la UCU cambió todos los planes de estudio hace unos siete años para que las carreras duraran en la práctica lo que deben durar. La institución eliminó los períodos de exámenes –apostando por una evaluación permanente durante el curso–, quitó las tesis en las carreras en los que no son necesarios y apostó por un seguimiento personal de los alumnos que habían abandonado.

Con los cambios, dijo el jerarca universitario, la tasa de eficiencia (la relación entre egresos e ingresos) trepó del 50% al 70% en este centro de estudios. El porcentaje no conforma a las autoridades, que se trazaron que para el 2024 esa tasa llegara al 80%, una cifra que no alcanzarán.

La Universidad ORT tiene una eficacia cercana al 50% porque, si bien tienen más ingresos anuales, también es la institución privada con más estudiantes. Las universidades más pequeñas (de Montevideo, de la Empresa y Claeh) tienen una tasa mejor por la menor cantidad de alumnos.

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