Belén, la tierra donde, según la tradición cristiana, Jesús nació y símbolo irrefutable de la Navidad, este 24 de diciembre parece una ciudad fantasma. Las celebraciones se suspendieron debido a la guerra entre el Ejército de Israel y el grupo Hamás, que controla la cercana Franja de Gaza. Aunque solo alrededor de 1.000 cristianos habitan el lugar, entre una población de dos millones de musulmanes, gran parte de la localidad vive del turismo y la ausencia de visitantes este año tiene un alto impacto económico.
Sin luces ni árbol de Navidad que en años anteriores centraban la atención de los visitantes en la Plaza del Pesebre, pero sobre todo sin la celebración pública de una tradición que forma parte de la historia del lugar.
Belén, una ciudad palestina, en Cisjordania ocupada y a unos ocho kilómetros al sur de Jerusalén, dista de su panorama habitual en época decembrina.
El normalmente bullicioso lugar, donde, según la Biblia, Jesús nació, ahora es una ciudad desolada, luego de que las autoridades locales decidieran cancelar las celebraciones por la guerra que viven sus hermanos palestinos en Gaza. Una escalada del conflicto de larga data-que inició hace más de dos meses en respuesta al sorpresivo ataque de Hamás contra el sur de Israel, el 7 de octubre-, pero que ha generado tensiones y un aumento de redadas militares y violencia en las distintas localidades palestinas.
“Este año, sin árbol de Navidad y sin luces, solo hay oscuridad”, describió John Vinh, un monje franciscano de Vietnam que ha vivido en Jerusalén durante seis años.

Vinh señala que siempre viene a Belén para celebrar la Navidad, pero este año fue especialmente impactante, mientras contemplaba un belén, o representación del nacimiento de Jesús, en la Plaza del Pesebre, con un niño envuelto en una sábana blanca, que recuerda a los miles de menores muertos en los combates en la sitiada franja costera.
Allí, 20.424 personas han muerto durante la guerra en curso, y gran parte de ellas son niños, informó el Ministerio de Salud gazatí este 24 de diciembre.
Ante el trágico panorama, la representación de los tradicionales pesebres ha cambiado en Belén. Ahora, el alambre de púas rodea la escena y los escombros grises no reflejan ninguna de las luces de color que normalmente abarcaban la plaza durante esta temporada.
Un duro golpe para la economía de Belén
Se estima que el turismo representa el 70% de los ingresos de Belén, casi todo durante la temporada navideña. Por tanto, la cancelación de las festividades por esta fecha marca un duro revés para las finanzas de la localidad palestina.
Dado que muchas aerolíneas importantes cancelaron los vuelos a Israel, pocos extranjeros se trasladan a la ciudad donde nació Jesús. Los funcionarios locales señalan que más de 70 hoteles en Belén se han visto obligados a cerrar, lo que ha dejado a miles de personas desempleadas.
Solo algunas tiendas de regalos abrieron en Nochebuena, pero hubo pocos visitantes.
«No podemos justificar plantar un árbol y celebrar como de costumbre, cuando algunas personas (en Gaza) ni siquiera tienen casas a donde ir», destacó Ala’a Salameh, uno de los propietarios del restaurante de falafel Afteem, propiedad de su familia y a pocos pasos de la plaza.
Este año es un mensaje de tristeza, dolor e ira
Salameh recuerda que la víspera de Navidad suele ser el día más ocupado para su negocio en el año, pero en esta ocasión no es así. «Normalmente no se puede encontrar una sola silla para sentarse, estamos llenos desde la mañana hasta la medianoche (…) Este año solo una mesa fue ocupada por periodistas que se tomaban un descanso de la lluvia”, indicó.

Bajo una pancarta que decía “Suenan las campanas navideñas de Belén pidiendo un alto el fuego en Gaza”, algunos adolescentes ofrecieron pequeños muñecos de Papá Noel inflables, pero nadie los compró. En lugar de su tradicional marcha musical por las calles de Belén, los jóvenes exploradores permanecieron en silencio con banderas. Un grupo de estudiantes locales desplegó una enorme bandera palestina mientras permanecían en silencio.
«Nuestro mensaje cada año en Navidad es de paz y amor, pero este año es un mensaje de tristeza, dolor e ira frente a la comunidad internacional, por lo que está sucediendo en la Franja de Gaza», afirmó la alcaldesa de Belén, Hana Haniyeh, durante un discurso ante una multitud.
300 palestinos muertos fuera de Gaza durante la guerra en curso
Además de las víctimas mortales, según las cifras de las autoridades gazatíes, alrededor del 85% de los 2,3 millones de habitantes del bloqueado enclave se encuentran desplazados por el conflicto en curso. Una precaria situación con la que los palestinos en Belén se solidarizan, en medio de una guerra que también los afecta.
Además, desde que inició la actual guerra, paralelamente han aumentado las redadas del Ejército israelí en Cisjordania ocupada y Jerusalén Este. Asimismo, se han incrementado los ataques de colonos judíos contra los palestinos, como ha reconocido el Gobierno de Estados Unidos, que recientemente impuso sanciones contra los involucrados.
De los hechos de violencia, las inmediaciones de Belén tampoco han estado exentas. Unos 300 palestinos fuera de Gaza han muerto por fuego israelí, desde el 7 de octubre.
El conflicto ha afectado la vida en toda Cisjordania. Desde hace más de dos meses, el acceso a Belén y otras ciudades palestinas en el territorio ocupado ha sido aún más difícil, con largas filas de conductores esperando para pasar los puestos de control de los militares israelíes. Las restricciones también han impedido que miles de palestinos salgan del territorio para trabajar en el país de mayoría judía.
En Israel, entretanto, recuerdan que alrededor de 1.200 personas murieron y más de 240 fueron secuestradas en el mayor ataque de Hamás contra su territorio, el pasado octubre.
Fuente: AFP