El Presidente tiene un profundo amor por sus perros, que recibieron sus nombres en honor a célebres economistas liberales. Vivirán en la Quinta de Olivos y ordenó construir caniles para que estén cómodos.
El presidente Javier Milei siempre se encargó de destacar públicamente su amor por sus cinco perros de su vida. Conan, el mastín inglés que siempre lo acompañó hasta 2017, año en que murió, y sus cuatro animales actuales, copias clonadas de su antiguo compañero.
Y son tan protagonistas en su vida, que en varias ocasiones los llamó “mis hijos de cuatro patas”. Por ejemplo, el 13 de agosto se conocieron los resultados de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), Milei dio la gran sorpresa al consagrarse como el candidato más votado.
Al conocer los resultados de los comicios, el líder de La Libertad Avanza (LLA) festejó la victoria junto a sus militantes en su búnker ubicado en el porteño Hotel Libertador. Y en el final de su discurso afirmó: “Les quiero dar las gracias, aunque nos les guste a los periodistas roñosos, a mis hijos de cuatro patas: Conan, Murray, Milton, a Robert y a Lucas”.
Los perros de Milei en el bastón presidencial
Y si bien no los nombró, el 19 de noviembre último, cuando finalmente fue consagrado por las urnas como presidente, volvió a poner a “sus hijos” como protagonistas el 10 de diciembre al asumir su mandato, cuando se reveló que había dispuesto grabar sus caras en el mismísimo bastón presidencial que mostró en forma risueña a la vicepresidenta saliente, Cristina Kirchner, durante la sesión especial en el Congreso Nacional.
Los nombres de los perros de Milei
El primer perro de Javier Milei fue Conan, que falleció en 2017 tras varios años de convivencia con el economista y ahora primer mandatario argentino.
Años atrás, en una entrevista demostró el amor que tenía por ese animal: “Cuando me quedé sin trabajo y contaba con el dinero de la indemnización, saqué la cuenta de cuánto tiempo iba a tardar en encontrar empleo. En ese contexto establecí ciertas restricciones: el paseo de Conan no se tocaba y la calidad de su comida tampoco”.
Su nombre se inspiró en el personaje que interpretó Arnold Schwarzenegger en la película “Conan, el bárbaro”. Tras su muerte, el libertario tomó el material genético necesario para poder clonarlo y fue así que concurrió al laboratorio estadounidense PerPETuate fue el encargado de dar vida a sus cuatro nuevos “nietitos”, gracias células de Conan.
Cuando tuvo sus cuatro perros nuevos, Mieli los nombró Murray, Milton, Robert y Lucas, como los reconocidos economistas Milton Friedman, Murray Rothbard y Robert Lucas. “Los trato como si fueran de mi familia. Cuál es el problema que tenga tanto afecto por mis perros”, aseguró públicamente durante la campaña presidencial y enfatizó que siempre da prioridad a la salud y alimentación de ellos. “Gasto una bolsa de 15 kilos cada tres días. Lo debito, no le doy pelota. La de ellos es sagrada, ni me fijo”, había dicho.
¿Cómo vivirán los perros de Milei en la Quinta de Olivos?
Antes de mudarse a su nueva residencia en la Quinta de Olivos, el jefe de Estado solicitó que se hicieran una serie de modificaciones estructurales en el edificio y los parques del lugar, con el objetivo, entre otras cosas, de poder llevar con él a sus perros, con los que tiene un fuerte arraigo.
Justamente, una de las reformas que se hicieron en la Quinta fue en la caballeriza que se encontraba en desuso desde la época de Carlos Menem, que era un fanático de los equinos y tenía pensado criar allí varios ejemplares.
El nuevo Presidente ordenó que en ese sitio se construyeran los caniles en donde van a estar sus perros, que son agresivos y no pueden tener contacto entre ellos, debido a que durante la pandemia perdieron la sociabilidad.
¿Cómo es la raza mastín inglés?
Los perros de Milei corresponden a la raza mastín inglés o mastiff, una de las razas más antiguas que se remontan a la época anterior a los romanos, quienes los adoptaron para emplearlos como gladiadores en los anfiteatros de la época.
Los romanos llevaron perros de tipo mastín a Gran Bretaña durante su ocupación de la isla, donde se cruzaron con las razas locales para dar lugar a lo que hoy conocemos como mastín inglés. Desde entonces, la raza se empleó para cuidar del ganado y proteger las granjas, fincas y terrenos, tareas que sigue cumpliendo en la actualidad.
Tiene un instinto protector muy arraigado. Es leal y valiente cuando se trata de cuidar a los suyos, por eso muchas personas lo utilizan para cuidar sus casas.
“El mastín inglés es un perro de los llamados gigantes, que ha participado en la formación de otras razas un poquito más populares, como el Bull Mastiff. Normalmente son muy temperamentales, conscientes una vez que generan un primer ataque de su potencia. Al ser grandes en tamaño o gigantes, viven poco. Su promedio de vida está estimulado en ocho o nueve años”, explicó a Infobae el doctor Juan Enrique Romero, médico veterinario.
“Y en la República Argentina no quedó ningún criador por múltiples razones. Primero, porque no hay un gusto tan grande con los animales gigantes y los cambios económicos de los últimos 20 o 30 años han hecho que la preferencia son los animales chicos. Eso también tiene que ver con cambios sociales, es decir, los hogares”, agregó el experto en animales.
Romero aclaró que sus cuatro perros son clones. “Son iguales desde un punto de vista basal genético. Pero son todos machos clones y esto hace difícil la convivencia entre ellos. El hecho de que estén en Olivos, en caniles acondicionados distintos y que salgan individualmente, nos dice de esta condición difícil. Y lo ha dicho alguna vez el Presidente, que es difícil para él a veces estar de a uno con ellos. El mejor estado en el que van a estar creo que es en la Quinta de Olivos, donde van a tener un canil con expansión individual, no van a tener la posibilidad de agredirse entre sí y creo que van a poder disfrutar de su tutor y su tutor de ellos con mayor posibilidades”, concluyó Romero.
Cuando Javier Milei recibió una mordida de sus perros
En el año 2019, con Conan muerto y sus cuatro clones corriendo por la casa, Javier Mieli tuvo un accidente, al recibir una mordida en su brazo por parte de uno de sus perros. En abril de ese año, fue mordido por uno de sus perros y debió ser atendido en el Sanatorio Otamendi, donde le inmovilizaron el brazo izquierdo con un yeso.
“Me tuvieron que dar unos puntos, y básicamente el tema del brazo es para inmovilizármelo”, arrancó. Estaba Daniela (su ex pareja) en el living comedor, la parte en donde suelen estar ellos, y como yo me quedé en uno de los dormitorios se aglutinaron los cinco. Ellos se disputan, digamos, ser el preferido, y cuando salí se generó ese intercambio que por estar entre ellos quedó mi brazo en el medio”, explicó durante una entrevista televisiva.
“Se pusieron a pelear entre ellos y yo quedé en el medio, no es que me atacaron. Y cuando ellos pelean, obviamente no tienen manos para pelearse, entonces se pelean con la boca. Y obvio, estando en el medio, si te agarran tiene sus consecuencias. Son perros grandes, de 90 kilos cada uno y miden 1,80 mts. parados”, afirmó en diálogo con Implacables.
“Tengo unos cortes, me hicieron unos puntos y mañana voy a curaciones. Me imagino que me van a poner una cosa más amigable, porque aparte necesito trabajar. Con eso ni siquiera me puedo cambiar la camisa, es una cosa bastante incómoda”, continuó.
“Pero me parece que son estas cosas que te pasan. Los mastines son perros súper amigables pero no les gusta compartir el papá, por decirlo de alguna manera, en este caso el abuelo”, profundizó, tratando de ponerle un poco de humor al suceso.
“No tienen el hábito de atacar, el problema es que son celosos, que es otra cosa. Y entonces, claro, salí del cuarto, estaban los cinco ahí y bueno, fue una imprudencia de mi parte no estar al tanto de que Daniela estaba en la otra parte de la casa y los mandó para ahí”, concluyó.