Una crisis diplomática con Israel tras exigir el alto al fuego en Gaza y la solución de los dos Estados, el inicio de la tramitación de la ley de amnistía en el Congreso, abroncar en la Eurocámara al líder del PP europeo, un pacto para dar Pamplona a EH Bildu y acelerar la normalización en las relaciones con Junts y Carles Puigdemont. Este es el balance de Pedro Sánchez un mes después de recibir el respaldo de 179 diputados para seguir siendo presidente del Gobierno.
El inicio de esta etapa, marcado por la tensión a cuenta de los pactos con los independentistas, y la complejidad de la legislatura obligó a Sánchez a rearmarse con un Gobierno diseñado para apagar incendios, compuesto por “personas capaces de gestionar, pero también de llegar a acuerdos y explicarlos públicamente”, tal como definió el secretario general del PSOE.
Con una derecha agitada, que promete no bajar las espadas ni dar tregua, Sánchez ha pasado al ataque para contrarrestar las eventuales críticas a sus decisiones políticas. El presidente del Gobierno de coalición ha capitalizado las principales acciones que han marcado la trayectoria de su gabinete a lo largo de este mes, aumentando además su presencia en los medios de comunicación para explicarlas.
Crisis diplomática con Israel
Un día después, desde el Paso de Rafah, se abrió a reconocer de manera unilateral el Estado de Palestina. “Es algo que numerosos países de la UE creemos que tenemos que hacer de forma conjunta, pero si este no es el caso, España adoptará su propia decisión”, advirtió. Estas palabras enfadaron a Netanyahu, convocando a la embajadora española para “una dura conversación de reprimenda” y acusó a Sánchez de “apoyar al terrorismo” de Hamás.
Asimismo, Israel escaló el conflicto diplomático llamando a consultas a su embajadora en España. Unas nuevas declaraciones de Sánchez motivaron esta brecha en la crisis entre ambos países en la que el presidente español aseguró tener “serias dudas” de que Israel “está cumpliendo con el derecho internacional humanitario” ante la alta cifra de muertos en Gaza.
Avances con Junts
A lo largo de este mes, además de lanzar su segundo libro, Tierra Firme(Península), Sánchez ha acelerado la normalización de las relaciones con Junts, el partido heredero de la antigua CiU que hasta hace apenas unos meses no había participado en la gobernabilidad del país desde el procés catalán. Primero, con la defensa de un verificador internacionalpara mediar en los encuentros periódicos previstos con este partido en Ginebra (Suiza), con la presencia de Carles Puigdemont, y con ERC en otra mesa bilateral de partidos.
De hecho, a principios de diciembre tuvo lugar esta primera cita tras la investidura, liderada por el número tres de los socialistas, Santos Cerdán, y el expresidente de la Generalitat fugado a Bélgica. En este encuentro, se acordó proponer al diplomático salvadoreño Francisco Galindo Vélez (San Salvador, 1955) para coordinar este mecanismo internacional. Según explicaron fuentes socialistas, el embajador Galindo participó en dicha reunión, “al cual los dos partidos agradecieron su compromiso en poner a disposición de las partes su experiencia y su voluntad de contribuir a alcanzar la solución política y negociada al conflicto”.
En este recorrido, la posición de los socialistas sobre una eventual reunión entre el presidente del Gobierno y Puigdemont, avanzado por Jordi Turull, aunque sin concretar la fecha y el lugar, contrasta con las promesas de traer de vuelta al líder de Junts para que rinda cuentas ante la Justicia. En lo referente a esta reciente información, Sánchez se ha limitado a señalar que esta cita no está contemplada en su agenda, pero sin rechazar que se produzca, algo que cada vez gana más peso.
Acuerdo sin precedentes con EH Bildu
La otra pata de la apuesta de Sánchez por normalizar las relaciones con sus socios ha pasado por el acuerdo de los socialistas navarros con EH Bildu para desbancar a Cristina Ibarrola (UPN) de la alcaldía y convertir al candidato de la coalición abertzale en primer edil. Este pacto, aunque en Ferraz quieren limitarlo al “ámbito local”, acaba con una idea que hasta hace muy poco defendían los socialistas sobre impedir los gobiernos de EH Bildu.
El propio Sánchez ha pasado de jactarse de haber facilitado la alcaldía a UPN para que los de Otegi no gobernasen en Pamplona a justificar la moción de censura por “responsabilidad” y para dar “estabilidad” a la ciudad. No obstante, ante el horizonte electoral en el País Vasco (los comicios están previstos para el primer semestre de 2024), este avance no compromete todavía las alianzas de los socialistas con el PNV en este territorio.
Defensa de la amnistía en el Congreso
Por otro lado, el camino de la ley de amnistía arrancó de manera oficial en el Congreso con su admisión a trámite. Tras meses discutiendo sobre esta medida, el primer debate de la norma en el Pleno no solo reafirmó al PSOE en su posición y ratificó la división del Congreso en dos bloques, sino que dio lugar a un nuevo capítulo del enfrentamiento entre PP y Vox en su carrera por capitalizar el malestar por los pactos de Pedro Sánchez con los partidos independentistas.
Fue la primera medida que los socialistas han planteado en la Cámara Baja desde la investidura, una norma que no estaba en su programa, pero que Sánchez quiere convertir en una herramienta para acabar con el conflicto político de Cataluña con el resto de España y aspira a convertirla en “un hito como el de Zapatero y el fin de ETA”.
Asimismo, el propio presidente del Gobierno utilizó su comparecencia en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo para revindicar esta medida. Lo hizo para sacudirse de las críticas vertidas por el líder del Partido Popular Europeo (PPE), Manfred Weber. En su respuesta, Sánchez arremetió contra el alemán, acusándole de repetir las “proclamas infundadas” del PP sobre la situación en España.
“La verdadera amenaza en España y en Europa es el avance de la ultraderecha y la irresponsabilidad de las derechas tradicionales que le están abriendo las puertas a los gobiernos de coalición y están haciendo suyas muchas de las ideas ultras”, señaló el líder del PSOE, cuestionado además su interés por España después de 20 años y esgrimiendo que es una “democracia plena”.
Fuente: Infobae