El vocero presidencial de Argentina, Manuel Adorni, explicó este miércoles los alcances del histórico plan de ajuste que el ministro de Economía, Luis Caputo, dio a conocer el martes y que provocó una conmoción por el impacto que tendrá en la sociedad.
“Las medidas eran necesarias e inevitables para lo que viene en las próximas semanas: el plan de reformas estructurales donde dará inicio esta Argentina distinta para evitar la catástrofe“, aseguró Adorni en conferencia de prensa al insistir en que, de no poner en marcha este plan, el país se encaminaría hacia una hiperinflación.
Lo más urgente, agregó, es lograr el equilibrio de las cuentas públicas.
“El déficit cero es la madre de todas las batallas. No se puede gastar más de lo que se tiene, más de lo que ingresa, eso no es negociable porque sabemos que eso deriva en crisis de deuda o crisis de inflación, que la venimos viviendo hace más de 20 años”, dijo.
El funcionario abundó en ejemplos catastrofistas para justificar el ajuste que afectará a millones de ciudadanos.
“A este Gobierno no le han dejado un paciente con dolor de muelas, hemos encontrado a un paciente en terapia intensiva a punto de morirse, no estamos dispuestos a que ese paciente se muera porque eso significaría que la pobreza no va a tener límite”, afirmó.
También convocó a “no tenerle miedo a la verdad” y explicó que al Gobierno le hubiera gustado que la situación fuera otra y tomar medidas diferentes, lo que no es posible por la profundidad de la crisis económica.
Cuentas
“Los bancos, los acreedores privados ya no creen en la Argentina por nuestra triste historia de pago de deuda. Nos destacamos en el mundo por ser ‘defaulteadores’ seriales, y el Banco Central y su máquina de imprimir billetes ya no es más nuestro amigo, no va a financiar un peso más del Tesoro”, advirtió.
Para el cierre de 2023, precisó, se espera un déficit fiscal del 3,0 % del Producto Interno Bruto (PIB), a lo que se suma un 2,2 % correspondiente a la deuda.
Según Adorni, ese desequilibrio se resolverá con ingresos que el Estado obtendrá a través de aumentos en materia fiscal, como las retenciones a las exportaciones agropecuarias, el regreso del impuesto a las ganancias, y el ‘blanqueo’ de cuentas bancarias.
Otros aportes van a provenir de una baja en jubilaciones y pensiones, la eliminación de las transferencias discrecionales a las provincias, la suspensión de las obras públicas, el recorte de planes sociales y la reducción del funcionamiento del Estado.
“Esto nos lleva a una expectativa de déficit cero (…) Nos apena mucho a todos tener que tomar medidas por el desastre, irresponsabilidad y el desinterés por la cosa pública demostrado en muchos años“, afirmó.
El plan
Los anuncios que Caputo realizó el martes por la noche incluyen una brusca devaluación, ya que el dólar pasó de 400 a 800 pesos; y la reducción de la administración pública, que pasa de 18 a nueve ministerios y de 106 a 54 secretarías.
Además, todos los contratos en el Estado que tengan menos de un año de antigüedad serán dados de baja y se eliminarán los subsidios a las tarifas de energía y el transporte en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Por otra parte, el Estado nacional no va a licitar nueva obra pública, cancelará las que ya se licitaron pero no han iniciado y reducirá “al mínimo” la transferencia de recursos de la Nación.
A ello se suma la suspensión de la pauta oficial a los medios de comunicación por un año y la apertura de importaciones.
En contrapartida, en un intento de paliar el impacto en los sectores más desfavorecidos, se duplicarán los ingresos de programas sociales como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y se aumentará en un 50 % la Tarjeta Alimentar.
Fuente: RT