La aerolínea Virgin Atlantic realizó el primer vuelo transatlántico sin utilizar combustibles fósiles. Emplearon una mezcla denominada combustible de aviación sostenible (SAF por sus siglas en inglés), compuesto por azúcares y grasas.
El vuelo, que salió de Londres, Reino Unido y aterrizó en Nueva York, Estados Unidos, produjo 70 % menos carbono en comparación a lo que hubiera emitido si hubiera utilizado combustible a base de petróleo.
Durante 2022, la industria de la aviación representó el 2 % de emisiones de carbono a nivel global. Los gases de efecto invernadero, que son el dióxido de carbono, gas metano y el óxido nitroso, contribuyen al efecto invernadero, fenómeno que mantiene la temperatura del planeta en niveles habitables.
Sin embargo, una sobreconcentración de los mismos por actividades antropogénicas (como la aviación) causan que se retenga demasiado calor, aumentando la temperatura de la tierra.
Aunque representa un hito, el vuelo realizado por Virgin Atlantic fue una demostración de una sola vez, pues la aerolínea no lo ofrecerá de forma regular.
El mercado de SAF sigue siendo pequeño, pero la Unión Europea, por ejemplo, requiere por ley que las aerolíneas utilicen un porcentaje del biocombustible en sus aviones. La legislación proyecta un crecimiento gradual en su uso, y obligará a las compañías a que el 70 % de sus combustibles sean sostenibles.
KLM & Air France, una aerolínea europea, por ejemplo, realiza vuelos desde Europa a Sudamérica, incluyendo a Ecuador, con un porcentaje de SAF en sus aeronaves. (I)