Nueva Zelanda derogará la primera prohibición mundial de fumar a los jóvenes

El nuevo Gobierno de Nueva Zelanda pretende derogar la primera ley del mundo que prohíbe fumar a las generaciones futuras, de modo que los ingresos procedentes de la venta de cigarrillos puedan destinarse a reducir los impuestos, informa The Guardian.

La ley se aprobó en 2022 para elevar gradualmente la edad para fumar y, finalmente, prohibir por completo que los nacidos después de enero de 2009 compraran cigarrillos. La disposición se diseñó para evitar miles de muertes relacionadas con el tabaquismo y ahorrar miles de millones de dólares al sistema sanitario. Después de Nueva Zelanda, el Reino Unido anunció en octubre una decisión similar.

La normativa también regulaba la cantidad permitida de nicotina en los productos de tabaco y su venta únicamente a través de tiendas especiales, cuyo número se redujo de 6.000 a 600 en todo el país.

Las novedades debían entrar en vigor en verano de 2024. El sábado, la nueva ministra de Finanzas, Nicola Willis, declaró que el Gobierno tiene intención de anular estos planes para que los ingresos procedentes de la venta de cigarrillos se destinen a recortes fiscales.

¿Beneficio o perjuicio?

A su vez, el nuevo primer ministro, Christopher Luxon, declaró que la derogación de la ley impedirá la aparición de un mercado negro de tabaco y no arrastrará a los comercios a actividades delictivas.

Por su parte, los responsables sanitarios se oponen a la medida, señalando que provocaría la muerte de miles de personas y podría costar hasta 5.000 vidas al año, con un efecto especialmente perjudicial para las comunidades maoríes, entre quienes las tasas de tabaquismo son más elevadas.

«Es una gran derrota para la salud pública y una enorme victoria para la industria tabacalera, cuyos beneficios aumentarán a costa de las vidas de los kiwis», declaró la profesora Lisa Te Morenga, presidenta de la organización no gubernamental Health Coalition Aotearoa.

También llamó la atención sobre los resultados de un reciente modelo, según el cual, de aplicarse plenamente, la ley ahorraría 1.300 millones de dólares en costes del sistema sanitario en los próximos 20 años y reducirían las muertes en un 22 % en el caso de las mujeres y en un 9 % en el de los hombres. RT

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