Entre risas, Lavinia Valbonesi Acosta cuenta que su esposo, el mandatario electo Daniel Noboa Azín, “la engañó” cuando se conocieron hace cuatro años: nunca le dijo que quería ser presidente de la República. Pero agrega que él mismo la refuta diciendo que ella sabía que estaba estudiando Administración Pública en la Universidad de Harvard. Entonces, era obvio lo que tenía en mente.
“La verdad no me lo imaginé, pero conforme fuimos avanzando como pareja me fui involucrando en la política, escuchándolo, porque era un tema de conversación bastante rutinario en nuestra vida. Veía las injusticias, lo que no está funcionando en el país, y yo le preguntaba todo y me gustaba que él siempre me daba respuestas y soluciones. La política es complicada, y siempre le decía que, aunque no me encantara, me moría porque llegue a un puesto como este (…). No me imaginé que sería tan pronto… Bueno, sí me lo imaginé, porque tengo mucha confianza en él y conozco su capacidad. Por eso es que me siento tan feliz, pues sé que todos los cambios que desea hacer los hará”, expresa.
A pocas horas de que su esposo asuma la primera magistratura de Ecuador, este jueves, 23 de novimebre del 2023, esta chonera de 25 años dice sentirse “sumamente orgullosa” de él por todo lo que ha logrado y por todo lo que sabe que logrará.
“Es un año y medio en que tendrá que resolver cosas muy complicadas, pero estoy segura de que tiene la capacidad para hacerlo. Siento que va a crear un antes y un después en el país (…). Él se ha preparado para esto, ha vivido en una familia muy política y ha estudiado tres masterados, uno en Administración Pública, otro en Gobernanza (…). Es una persona perseverante, que nunca da un paso en falso, y siempre está preocupado por que todo salga bien. Su único propósito es servir. Lo que quiere es un nuevo Ecuador”, reflexiona ella.
El rol de primera dama del país tradicionalmente lo ha asumido la pareja del mandatario. Aunque durante el gobierno de Jamil Mahuad Witt, entre 1998 y el 2000, ese lugar lo ocupó su hija Paola, ya que era divorciado. En tanto que Rafael Correa Delgado, en su mandato de diez años (2007-2017), mantuvo a su esposa, Anne Malherbe, alejada de la vida pública.
Ni la Constitución ni las leyes le asignan una función específica ni un puesto en el Gobierno. De ahí que Lavinia explica que en las últimas semanas ha tenido reuniones de trabajo con fundaciones y grupos de ayuda social para conocer cuáles son sus necesidades, y con esos insumos decidir en qué área podría aportar más a la gestión de su esposo. Y también dice que podría “trabajar en conjunto” con ministerios como el de Inclusión Social, Educación o Salud. “O en cualquier ámbito social que Daniel me necesite estaré dispuesta”, afirma.
Lavinia dice que su preparación para esta tarea se inició en las campañas electorales de su esposo, tanto en la de legislador por Santa Elena en el 2021 como en la presidencial de este año. En sus recorridos escuchaba los pedidos de la gente y se los trasladaba a Daniel, que el próximo 30 de noviembre cumplirá 36 años.
Hace dos semanas, la nueva primera dama se reunió con la saliente, María de Lourdes Alcívar, en el Palacio de Carondelet. Hablaron de sus experiencias y de sus proyectos, almorzaron juntas y recorrieron la Casa de Gobierno. Sus equipos de trabajo quedaron a cargo de afinar la transición de sus despachos.
Decisiones familiares
En estos días, en tanto, Lavinia Valbonesi luce una discreta barriga de 26 semanas de embarazo. Un embarazo que le ha dado algunos sustos, pero que está rigurosamente monitoreado por sus médicos.
Ella cuenta que su condición es un poco delicada, porque ha presentado un cuadro de placenta previa causado por el trajín de los recorridos de campaña y, además, porque ella tiene lo que se describe como riñón ectópico, o sea, que dicho órgano no está en posición normal en las vías urinarias.
El bebé que espera será su segundo hijo (es varón) y se llamará Furio, como su abuelo materno. Ya tiene a Alvarito, de un año y ocho meses, que justamente se llama con su abuelo paterno. Ella dice que le gustaría tener “mínimo” uno más: “La maternidad es maravillosa”.
En una entrevista con EL UNIVERSO, hace unos meses, Lavinia comentó que le gustaría que su hijo naciera en el Palacio de Carondelet. Lo hizo en sentido figurado, aclara ahora. Su bebé nacerá en un clínica, con todos los cuidados posibles, considerando lo delicado de su embarazo.
Todavía no le ha comprado nada. “Le le dicho a mi doctor que no le he comprado ni un monito. Y él me respondió: ‘Así son los segundos…’”. Así que Furio usará, al menos en principio, las ‘herencias’ de Alvarito.
La primera dama señala que no se ha decidido dónde vivirá la familia presidencial. Residirán todos en Quito, sí, pero no sabe si se quedarán en su quinta ubicada en el sector de Guápulo o en Carondelet. “Eso se verá con el tiempo, conforme nos vayamos acoplando a esta nueva rutina, a este nuevo rol. Daniel es una persona que no para. La campaña fue difícil porque no nos veíamos, pero ir a Quito nos permite estar más cerca” para que pueda ver a su hijo pequeño antes de irse dormir o al despertarse.
En todo caso, lo más probable es que esto lo resuelvan luego de que dé a luz en febrero, ya que por ahora ella se quedará la mayor parte del tiempo en Guayaquil.
Sus redes, su estilo
La primera dama ha sido descrita como influencer porque en sus redes sociales tiene centenares de seguidores que aprecian sus consejos de salud, nutrición, moda y estilo. Pero ella está consciente de que su nuevo rol la alejará un poco del mundo virtual. “Voy a tratar de estar superactiva, porque es mi naturaleza y es algo que me ha conectado mucho a la gente (…). Lo que estamos viviendo es un honor que nunca me imaginé, pero en lo que se pueda estaré presente para que puedan seguir conociendo nuestras actividades. Habrá límites; claramente, ya no será lo mismo: estoy en otra etapa de mi vida…”.
Aunque dice que las redes sociales apuntalaron mucho la campaña electoral de su esposo. “Lo maravilloso de esta elección es que Ecuador ha escogido una nueva generación, con nuevas ideas, nuevas formas de hacer las cosas, de comunicar…”.
También su imagen ha cambiado. Ahora debe lucir más formal, con diseños y tonos más serios, pero con detalles que ponen la nota fresca y juvenil.
La primera dama dice que todavía no ha escogido la ropa que usará en los eventos del cambio de mando que se realizarán este jueves 23. Como está embarazada, prefiere tomar la decisión en la víspera, porque la “barriga” puede crecer de un día para otro, bromea.
Pero adelanta que como parte de su estilo incorporará diseños y marcas ecuatorianas, así como accesorios confeccionados por artesanos “para promover el consumo local”.
Tampoco se ha decidido qué lucirá el presidente electo. Lo que sí les ha pedido a sus familiares es que incorporen en sus outfits prendas o detalles de color morado, en diferentes tonalidades, que es el que caracteriza al movimiento Acción Democrática Nacional (ADN). (I)
Fuente: El Universo