Lo bueno y lo malo del Gobierno que se va: el ‘efecto Lasso’ se fue diluyendo

Ni bien fue oficial el triunfo de Guillermo Lasso en las elecciones presidenciales del 2021 la reacción fue positiva: el riesgo país del Ecuador -que aún lidiaba con los estragos de la pandemia del coronavirus- tuvo una caída pronunciada aquel 12 de abril, pues pasó de 1.169 a 824 puntos, y de pronto se notaba un optimismo empresarial con anuncios de nuevas inversiones y llegada de marcas internacionales al país. A eso se lo llamó el ‘efecto Lasso’.

Dos años y medio después es otro el panorama. A ese tiempo quedó reducido su mandato tras aplicar la muerte cruzada, en medio de un juicio político en la Asamblea Nacional que buscaba sacarlo del poder. ¿Qué pasó para que ese primer impulso que tuvo la economía se haya diluido?

El efecto Lasso implicaba un cambio en el desarrollo de las políticas públicas, una estrategia de reducción del gasto, disminución de la burocracia, de la tramitología. “Esos mensajes daban una gran tranquilidad a la comunidad internacional, se veía una gran confianza de los ecuatorianos en la gestión que iba a realizar el presidente. Sin embargo, con el tiempo ese tipo de situaciones fueron cambiando, por un lado las pugnas con la Asamblea Nacional que volvían ingobernable el Estado, el hecho de que el presidente Lasso haya ejecutado una reforma tributaria que fue tan dura especialmente para la clase media fueron mensajes de debilitaron esa confianza”, analiza la directora ejecutiva del Comité Empresarial Ecuatoriano, Gabriela Uquillas.

A este Gobierno le tocó resolver la pandemia -la vacunación se identifica como uno de sus logros innegables-, los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania, un paro nacional de 18 días liderado por los indígenas, problemas en la producción petrolera, sube y baja del precio del crudo, algunos de ellos aspectos externos que complicaron la situación del Ecuador, pero Uquillas considera que lo que más pesó fueron circunstancias internas y muchas de ellas derivadas directamente de Lasso, en su manejo con los otros poderes del Estado, con otros actores políticos y de la sociedad.

“Si bien al inicio -y la vacunación es muestra de ello- hubo una gran cooperación con el sector privado, para otros temas trascendentales no se dio la misma dinámica, y todo eso perjudicó una administración y la posibilidad de un Gobierno en el que las expectativas eran muy altas y la necesidad de reconciliación nacional era la tónica fundamental. El Gobierno tuvo este eslogan del “Gobierno del encuentro” y finalmente no se pudo visibilizar que haya sido realmente un punto de encuentro para los diferentes sectores de la sociedad”, opina.

La empresa privada trabajó junto al Gobierno de Guillermo Lasso en el 2021 para multiplicar el número de personas vacunadas contra el COVID.

Para la empresaria y presidenta de la Cámara de Comercio de Quito, Mónica Heller, el gobierno de Lasso “no permeó el dinero del Estado a la sociedad y no se sintió ni mejoría ni bienestar” y ese es uno de sus desaciertos, pero también habla de los obstáculos: “Gobernar sin una Asamblea siempre es un reto, eso nos debería llevar a la conclusión de que la gobernabilidad es fundamental y en ese sentido hay que pedirle a la Asamblea Nacional que deje de ser opositora porque sí y porque no. No puede volverse un tema de obstruir por alineación política, el país pide algo mejor de sus asambleístas y sus nuevas autoridades a costo de nada. Los pactos en política son legítimos, lo importante es que sean transparentes, el país tiene derecho a saber”.

Y alerta que estamos en un punto de inflexión peligrosísimo, por lo que es obligación de las nuevas autoridades y de los asambleístas darle viabilidad al país. “Apenas empezábamos a salir de la crisis del COVID y tenemos una crisis de inseguridad, una crisis energética, una crisis fiscal, no necesitamos una crisis de Gobierno, ya la tuvimos, no nos fue bien, no le sirvió al país. Hoy necesitamos mejores gobernantes con mejores posturas que se desprendan de banderas políticas y que tomen decisiones en aras de darle al país prosperidad y paz”.

Heller considera que falta claridad numérica en el resultado de la gestión y que para hacer una valoración final y completa se necesita transparencia en los temas tributarios, de déficit, de seguridad social. Mientras que para Uquillas, la elección de ciertos funcionarios no abiertos al diálogo tampoco contribuyó, aunque reconoce la compleja situación económica del país y que “trabajar sin recursos genera efectos adversos”.

En todo caso, hay coincidencias para definir lo mejor que hizo Guillermo Lasso en la Presidencia de la República: su gestión en torno a la vacunación que califican de exitosa y todo el trabajo realizado para la apertura comercial con la firma de acuerdos comerciales -sobre todo con China- que abrirán las puertas para tener más mercados. Además de la reducción de la desnutrición crónica infantil y el canje de deuda por la conservación de Galápagos.

Riesgo país

La llegada de Guillermo Lasso al poder dio confianza en los mercados internacionales y eso se reflejó en un repunte del precio de los bonos y una caída de su rentabilidad. El riesgo país, que había superado los 6.000 puntos por la pandemia del año 2020 y que luego se había mantenido en el rango de 1.000 y 1.200, se redujo hasta su valor más bajo de 714 puntos el día de su posesión, pero tras el paro indígena este indicador ya no volvió a estar por debajo de los 1.000 puntos. El riesgo país mide la percepción de los mercados internacionales de que un país pague o no sus deudas y durante la gestión de Lasso llegó a su punto más alto de 2.035 puntos a inicios de agosto del 2023, cuando se desarrollaba la campaña de primera vuelta electoral.

Subió más en los últimos días, pero eso se atribuye más a la percepción en torno al presidente electo, Daniel Noboa Azín, que asumirá este 23 de noviembre. Cuando él ganó las elecciones en octubre pasado lo más bajo que llegó el riesgo país fue a 1.733 puntos, el 15 de noviembre del 2023 la escalada llegó a 2.054 puntos y el último dato publicado por el Banco Central es que se encontraba en 2.023 al 16 de noviembre pasado.

Impuestos

La llegada de nuevas marcas internacionales que desde noviembre del 2021 se dio en Ecuador se atribuye a la reducción del impuesto a la salida de divisas (ISD), entre otros motivos. Ese factor fue destacado por la firma costarricense AR Holdings que abrió Old Navy en Ecuador en 2022 y GAP en 2023, porque de esa manera no se encarece demasiado la operación de las empresas que llegan al país. Este impuesto, que era del 5 %, ha ido bajando en los últimos dos años. En septiembre del 2021 el Gobierno eliminó este impuesto para el sector aéreo y decretó la baja progresiva para el resto de actividades en el 2022. Así se redujo 0,25 % cada tres meses y en el 2023 se siguieron aplicando las reducciones hasta ubicarse actualmente en el 3,50 %. En diciembre debe bajar de golpe 1,50 % para que la tarifa quede en 2 %, para entonces ya estará en funciones el nuevo presidente Daniel Noboa.

Para las aerolíneas ese impuesto se eliminó desde el inicio del Gobierno y por esa medida y otras el Ministerio de Turismo destaca que en diciembre próximo Ecuador tendrá la mayor cantidad de ofertas en vuelos internacionales.

Indicadores

Uno de los temas con más expectativas en todo gobierno es el empleo. En mayo del 2021, cuando Guillermo Lasso asumió el poder, la tasa de desempleo en el país era del 6,3 % y en septiembre de ese año del 4,9 %. En este 2023 mayo tuvo un desempleo del 3,2 % y septiembre 3,7 %, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

Precio del petróleo

El precio WTI que sirve de referencia para el crudo ecuatoriano en mayo del 2021 estuvo, en promedio, en $ 65,2 y en septiembre del 2023 en $ 89,4. Y el viernes pasado se ubicó en $ 75,05. (I)

Fuente: El Universo

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