Un informe de la banca de inversión Barclays considera que el desafío para el Ecuador en este momento “es la desconfianza en el país generada por la percepción de riesgos políticos y su disposición a pagar, lo que restringe el acceso a la financiación”. En este sentido habla de la necesidad de que el nuevo presidente Daniel Noboa Azín inyecte un shock de confianza, mostrando una clara voluntad de pago de la deuda. Pero, además, considera que aún podría tener opciones de una nueva renegociación de deuda.
Justamente, luego de reuniones que mantuvo el mandatario electo con inversores en Estados Unidos, e incluso con la propia banca de inversiones Barclays, el riesgo país subió. Noboa anunció en Washington que Ecuador corre el riesgo de incurrir en default de la deuda pública en 2026 o 2027 si el país no aumenta los ingresos públicos. También tuvo declaraciones no del todo precisas sobre una posible reforma tributaria, que más bien buscaría bajar los tributos.
La semana pasada el riesgo país se acercó a los 2.000 puntos. El jueves 9 de noviembre subió a 1.993 y aunque al día siguiente bajó a 1.947 para este lunes 13 de noviembre volvió a elevarse hasta los 1.977 puntos. Este indicador es el termómetro que tienen los mercados sobre posibilidades de honrar deudas, pero también de la posibilidad de acceso de un país a financiamiento. Mientras más alto menos confianza en el pago y menos posibilidad de acceso.
De acuerdo con el análisis de Barclays, bajo estas condiciones, se ve que “el país corre el riesgo de repetir el ciclo de impago de deuda y reestructuración”. Sin embargo, indica que Ecuador aún puede tener una oportunidad de romper este ciclo.
Y así habría posibilidad de acceso a liquidez, lo que podría permitirle llevar a cabo una recompra de deuda que proporcione algo de efectivo y un cierto ahorro, una mejora del perfil de la deuda que llevaría a reducir significativamente el riesgo de incumplimiento en el corto y medio plazo, y podría facilitar el acceso a otras fuentes de financiación. En cambio, si no logra tomar medidas rápidas, esperar hasta 2025, podría ser demasiado tarde para cambiar las percepciones del mercado y riesgos de quedar atrapados en el ciclo de impago/reestructuración, sostiene el análisis.
Para Barclays, el Gobierno debería dar una señal fuerte de voluntad de pagar. Sin embargo, también reconoce que el presidente electo Daniel Noboa hereda una situación fiscal compleja en medio de una gobernabilidad difícil. “Una serie de conmociones políticas en los últimos meses han hecho que el país retroceda en el camino de logros de consolidación fiscal alcanzados hasta el año pasado. Además, existen demandas sociales de la creación de empleo y la solución de la crisis de seguridad, lo que podría tener costos fiscales no despreciables”.
Comenta que el país también está expuesto a los efectos de El Niño y tendrá que afrontar el cierre del campo petrolero ITT, que pone en riesgo más del 10 % de la producción petrolera. Estos son obstáculos importantes para la nueva administración.
Barclays también señala el hecho de que la nueva administración fue elegida como gobierno de transición por solo 18 meses, lo que convierte su reelección en 2025 en la máxima prioridad. En este escenario indica que “considerando el enfoque centrista del gobierno de Noboa, su reelección podría ser una noticia positiva para los mercados, particularmente considerando que la alternativa podría ser un gobierno menos favorable al mercado”. Sin embargo, agrega, un retraso de cualquier tipo de medida de ajuste deja al mercado sin un catalizador positivo claro en el corto plazo.
El escenario alternativo en el que el Gobierno adelantara el ajuste podría no ofrecer mejores resultados tampoco. Incluso si Ecuador presentara un equipo económico altamente calificado y anunciara una serie de medidas ortodoxas para reducir su desequilibrio fiscal, como reducir el subsidio al combustible y el aumento de los impuestos, podría resultar insuficiente para cambiar radicalmente el mercado.
Para Barclays, una composición más centrista de la Asamblea podría facilitar una alianza con el partido centrista Construye y el PSC. Sin embargo, también señala el interés del correísmo en un quid pro quo de gobernabilidad (dar algo a cambio de otra cosa) por algún tipo de amnistía legal podría permitir a la administración alcanzar una “tregua política”, que podría darle cierto margen político para maniobra.
Uso de las reservas
Barclays también habla de las reservas internacionales y de cómo podría el gobierno de Noboa tomarlas en esta coyuntura. Las reservas se encuentran en $ 6.000 millones y un endeudamiento directo de las reservas del Banco Central al Gobierno requeriría deshacer las leyes que se han implementado para preservar la estabilidad del sistema de dolarización.
Sin embargo, “podría haber una manera indirecta de acceder a las reservas y aun así mitigar el daño, mediante permitir a los bancos locales utilizar sus requisitos de reserva para comprar deuda local, lo que podría potencialmente proporcionar suficiente liquidez para que el Gobierno lleve a cabo una recompra de deuda y cubra algunas de sus necesidades de financiación”.
Usar las reservas para financiar puramente gastos corrientes serían noticias negativas y dejar al país en una posición más vulnerable. Sin embargo, si el Gobierno utiliza al menos $ 1.000 millones para recomprar su bono de vencimiento más corto (ECUA 2030), actualmente con un precio inferior a la mitad de su valor nominal, podría sacar del mercado casi la totalidad emisión y reducir drásticamente el riesgo de impago en los próximos siete años, señala el análisis.
Fuente: El Universo
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