Diferentes generaciones convivirán en la nueva Asamblea Nacional: la legisladora más joven tiene 23 años y el mayor, 65

Nathaly Farinango y Jorge Chamba tienen 42 años de diferencia, pero son más las coincidencias que los unen que la brecha de edad que los separa. Ambos tienen experiencia en el trabajo con los sectores sociales y se alistan para ejercer por primera vez como legisladores: la primera lo hará a sus 23 años por el oficialismo, la alianza Acción Democrática Nacional, mientras que el segundo a sus 65 por el Movimiento Construye, la segunda fuerza política.

Farinango pertenece a la generación de los centeniales, que comprende a los jóvenes nacidos desde el 2000, y dice que llegar al Legislativo a su edad conlleva una gran responsabilidad y el reto de representar bien a la juventud, algo que considera deben hacer todos los 137 asambleístas con cada grupo del que provienen.

“La diversidad de edades que habrá es democracia. Está el criterio de los jóvenes, pero también el de los representantes de otras edades y de otras generaciones y todos debemos mirar por un bien común, que es el desarrollo de nuestro país, y sobre todo en la crisis que estamos pasando y que llevó a la muerte cruzada”, comenta la legisladora electa por las parroquias rurales de Quito.

Para Farinango, egresada de la carrera de Derecho en la Universidad Central del Ecuador, esta será su primera vez en la política y dice que lo que la motivó a participar en esta elección tan atípica, ya que estarán en funciones menos de un año y medio, hasta mayo de 2025, fue ponerse del lado de la toma de decisiones y acciones y dejar de estar del lado de la crítica.

“En este momento de crisis hay que tomar acción, no basta solo con indignarnos y criticar, hay que pasar de la crítica a la acción y esa fue una de las principales motivaciones para asumir este reto, y sobre todo por el sector rural, yo también vengo ahí y ha sido bastante olvidado, entonces creo que debemos llevar una voz fuerte a la Asamblea Nacional”, subraya.

Chamba, en tanto, pertenece a la generación de los baby boomer, que comprende a los nacidos entre 1949 y 1968. Ser el legislador con más edad dice que no le incomoda y que hace que exista “la combinación perfecta”.

“Tenemos de un lado a la juventud con todas sus tendencias y ganas de mostrarse al mundo y del otro a nosotros los mayores, con la experiencia y el tiempo vivido y esa combinación espero que haga que la Asamblea tenga otra imagen a la que tenía, una imagen refrescante, innovadora, donde brille la bandera del Ecuador y no un partido”, resalta el asambleísta por Guayas que ha estado inmerso en la política desde los años ochenta como simpatizante del fallecido mandatario y alcalde de Guayaquil, León Febres-Cordero.

Para Chamba, abogado de profesión, también es la primera vez que llega a un cargo público, aunque a diferencia de la joven legisladora participó en dos elecciones anteriores.

La primera vez en 1998, cuando terció por la Alcaldía de Durán por una coalición de partidos afines a la izquierda; y la segunda en 2021 cuando quiso ser asambleísta por el partido Avanza.

¿Cuáles serán sus agendas legislativas?

Aunque han vivido en épocas diferentes, ambos legisladores coinciden con haber estado vinculados a proyectos sociales.

Farinango ha sido parte de fundaciones que trabajan en la búsqueda de personas desaparecidas, colaboró como voluntaria con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y otras organizaciones relacionadas con la ruralidad, por lo que la agenda con la que llega a la Asamblea se concentrará en fiscalizar a los Gobiernos Autónomos Descentralizados en cuanto a la inversión para los grupos de atención prioritaria.

“El Cootad (Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización) determina que el 10% de recursos permanentes deben ser invertidos en estos grupos de atención prioritaria, pero lamentablemente esto no ha sucedido dentro de los gobiernos locales, entonces queremos que haya la mayor inversión social… también vamos a proponer una reforma para que los GAD pueden invertir el 5 % de recursos permanentes en seguridad ciudadana”, explica.

La legisladora quiteña dice también que trabajará para sacar adelante la agenda del presidente electo Daniel Noboa, con acciones como incluir a los jóvenes dentro del sector público a través de programas labores.

“Quiero que la juventud sepa que somos el presente y que tenemos que ser los actores estratégicos para la construcción de un nuevo Ecuador”, apunta.

En cuanto a Chamba, dice que va a trasladar al Legislativo todas las necesidades de la gente de los sectores populares a los que se debe y ha servido por décadas, a través de su Movimiento Independiente Lealtad, con el que ha llevado brigadas médicas, de fumigación, cortes de cabello y otros servicios que lo hicieron merecedor de un doctorado honoris causa.

Cuenta que como bancada van a presentar tres proyectos de ley que beneficiará a los ecuatorianos en el campo de la seguridad: la Ley de extinción de dominio, la Ley del uso progresivo de la fuerza y el proyecto para eliminar la tasa de consumo de drogas y otros proyectos enfocados en la sociedad, además de encabezar la comisión para investigar el crimen de Fernando Villavicencio, el aspirante presidencial de Construye.

Bancadas los preparan para el ejercicio legislativo

En tanto, parte del ejercicio legislativo es dialogar y hasta negociar con las otras bancadas que integrarán la Asamblea Nacional y Farinango dice que está consciente de las cosas a las que se enfrentarán y los retos que tiene por ser joven, mujer y parte de la bancada del partido del presidente electo.

“Desde la candidatura asumí este reto con la expectativa de ganar, sabemos a lo que nos enfrentamos, venimos con esa responsabilidad y nosotros respondemos directamente al pueblo. Con mis compañeros asambleístas de ADN somos un grupo fuerte, unidos, que queremos cambiar la política, tener una nueva era de la política, en donde haya transparencia y honestidad sobre todo”, subraya.

Chamba también dice estar en sintonía con lo que significa ser un legislador y considera que la cercanía que ha tenido con la política a lo largo de su vida le permite decir que en estos momentos los 137 asambleístas deben ir sin banderas y a trabajar por los ecuatorianos que los eligieron en las urnas.

“Por esta vez vayamos por la patria, no vayamos con mañas y hagamos leyes que beneficien a los ecuatorianos y al presidente para poder gobernar y sacarnos de esta crisis. Hay que obrar con transparencia y no por una obra ni por un hospital, nuestra obligación es levantar a esta Asamblea Nacional”, apunta. (I)

Fuente: El Universo

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