La Cámara baja lleva sin titular permanente desde el 3 de octubre. He aquí cómo podría elegirse uno nuevo, o cómo el proceso podría descarrilar una vez más.
El puesto de presidente de la Cámara de Representantes ha estado vacante desde principios de octubre en medio de la disputa entre los republicanos que ha paralizado la cámara.
Los republicanos de la Cámara eligieron a dos candidatos para el cargo desde que un pequeño grupo de legisladores de extrema derecha derrocó al presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy. Sin embargo, ambos hombres —los representantes Steve Scalise de Luisiana, el líder de la mayoría, y Jim Jordan de Ohio— tuvieron que retirar sus candidaturas después de que se hizo evidente que ninguno podría reunir los 217 votos necesarios para ganar el puesto.
El viernes, los republicanos de la Cámara rechazaron a Jordan como su candidato a la presidencia en una votación secreta, con lo que en esencia volvió a empezar la búsqueda de un nuevo líder. En los días que han pasado desde entonces, un montón de legisladores se ha postulado para ese alto puesto de liderazgo.
Esto es lo que pasará a continuación:
Se espera que los republicanos de la Cámara se reúnan el lunes por la tarde para celebrar un foro de candidatos en el que los aspirantes a presidentes le presenten sus visiones a la conferencia.
Planean celebrar una elección interna para un nuevo candidato el martes y, si eligen a uno, los republicanos podrían ir al pleno de la Cámara de Representantes para una votación ese mismo día.
No obstante, debido a que nueve republicanos aspiran al puesto, esa elección interna puede llevar más tiempo de lo habitual. Las normas de la conferencia exigen que el candidato del partido obtenga una mayoría simple de votos. Si nadie obtiene la mayoría en la primera votación, el candidato que reciba menos votos será expulsado de la segunda votación y los legisladores volverán a votar. Este proceso continuará hasta que haya un candidato.
Sobre el proceso se cierne el trabajo de la Cámara, suspendido desde la destitución de McCarthy, incluidas la inminente fecha límite del 17 de noviembre para decidir cómo financiar el gobierno federal y una nueva petición de la administración del presidente Joe Biden para financiar los conflictos de Ucrania y el Medio Oriente.
La elección del próximo presidente de la Cámara de Representantes
El proceso para elegir a un nuevo presidente de la Cámara de Representantes es transparente y un tanto rústico a nivel tecnológico, tal y como el mundo lo pudo ver en enero durante una lucha única en el siglo en la que McCarthy se batió en el pleno por ganar el mazo. Toda la Cámara se reúne en la sala y los legisladores emiten su voto por orden alfabético, poniéndose de pie y gritando un nombre. Gana quien obtenga la mayoría de los presentes y participantes.
Si asiste toda la Cámara, esto quiere decir que un candidato necesita al menos 217 votos para ser elegido presidente. (En la actualidad, hay 433 miembros en la Cámara de Representantes y dos vacantes). Las cuentas pueden cambiar si hay ausencias o si algún legislador vota “presente” en vez de dar su apoyo a un candidato.
Si nadie consigue alcanzar ese umbral, la Cámara simplemente sigue celebrando elecciones hasta que alguien lo haga. Lo más común es que se elija a un presidente después de una votación en el pleno. No obstante, si eso es imposible, el proceso puede prolongarse de manera indefinida. McCarthy se impuso después de cinco días y quince votaciones.
¿Los republicanos podrían formar una coalición con los demócratas?
Se espera que los 212 demócratas de la Cámara de Representantes sigan votando como un bloque unido en favor del representante Hakeem Jeffries, de Nueva York, el líder de la minoría.
Jeffries propuso la idea de formar un gobierno de coalición que describe como un “acuerdo ilustrado”. Sin embargo, la idea es una posibilidad muy remota. Y, debido a que tiene más votos que cualquier republicano que aspire a la presidencia de la Cámara, es muy poco probable que Jeffries acepte ceder ante un candidato del Partido Republicano sin concesiones significativas.
¿La Cámara de Representantes sigue funcionando sin un presidente?
La actividad legislativa en la Cámara se paralizó mientras los republicanos luchan por unirse detrás de un presidente. Esto incluye el trabajo sobre la legislación para financiar el gobierno y evitar un cierre que comenzará a mediados de noviembre si no se toman medidas. También se congeló todo debate sobre un paquete de ayuda a Israel, un asunto que según ha expresado Biden es una prioridad urgente después de que el grupo terrorista Hamas lanzó una de las incursiones de mayor envergadura en territorio israelí en 50 años.
¿Hay alguna manera de que la Cámara de Representantes funcione sin un presidente electo?
El representante Patrick McHenry, republicano de Carolina del Norte, actúa como presidente provisional, un puesto creado después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 para garantizar la continuidad del gobierno en caso de que el presidente muera o quede incapacitado. El cargo nunca se ha puesto a prueba y, hasta ahora, McHenry y los ayudantes de la Cámara lo han interpretado de modo muy restringido, simplemente como un elemento temporal que preside la elección de un nuevo presidente.
Algunos legisladores republicanos más centristas habían trabajado en una resolución que de manera explícita le otorgaría el poder a McHenry de llevar la legislación al pleno, con lo cual su papel rudimentario tendría una autoridad más definida.
Para esto sería necesaria una votación.
Otra opción sería que McHenry simplemente intentara presentar un proyecto de ley y, en caso de que un legislador desafiara su poder para hacerlo, el asunto se sometería a votación en la Cámara. Si una mayoría abrumadora estuviera a favor de una medida de este tipo —por ejemplo, una que brindara ayuda a Israel o mantuviera el financiamiento del gobierno para evitar un cierre—, la Cámara podría actuar.
© The New York Times 2023
Fuente: Infobae